lunes, 15 de octubre de 2012

JAPÓN: TOKIO (III)


7 septiembre 2012          TOKIO  (III)


El último día en Tokio lo aprovechamos para ver sitios cercanos a nuestros hostel. Aún nos quedaban otros sitios destacados como el Mercado del Pescado, ver algún combate de sumo, o incluso ver la catedral de Tokio que nos había aconsejado el tío de Marc, pero lo dejaríamos para los últimos días en Japón.
Templo Senso-ji.
Caminamos paralelos al río Sumida hasta llegar al puente Kototoi-bashi, lo cruzamos y nos dirigimos  al templo Senso-ji. Se dice que en su interior se encuentra la diosa budista de la Misericordia, Kannon, pero es todo un misterio porque nunca ha estado expuesta al público. Enfrente del templo  se encuentra un caldero donde los devotos queman centenares de barras de incienso, y se dice que el humo expulsado da salud, así que se puede observar como la gente se restriega por el cuerpo este humo. Lo “poco” que pudimos ver del templo nos gustó, pero los centenares de personas que se encontraban allí hicieron que nuestra visita fuera breve y pensáramos en ir otro día más temprano. Bajamos por la calle comercial perteneciente al templo, donde se puede encontrar toda serie de suvenir especialmente pensado para el turismo.

El siguiente destino era Ueno, un barrio de Tokio que destaca principalmente por albergar en una colina llamada Ueno-köen casi todos los museos y galerías de Tokio. Para ahorrar y también porque es la forma que nos gusta de ver las ciudades, decidimos ir caminando, con la intención de encontrar la famosa calle Kappabashi-dori donde se puede ver en los escaparates los platos en plástico que exponen muchos restaurantes, pero no supimos encontrarla.

Cementerio Tokuga Shogun.
Sus jardines, todo un arte.
Nuestro objetivo en Ueno-köen, no era visitar los museos, ya que no nos apetecía en este viaje, sino ver el cementerio Tokugava Shogun Rei-en y el santuario Toshogu. Los cementerios son sitios muy curiosos, aparentemente puede parece un poco tétrico, pero cada país o incluso ciudad tiene un estilo propio de mantener el recuerdo de los fallecidos, y aquí en Japón, las lápidas se pueden encontrar rodeadas de pequeños pero hermosos jardines.

El santuario Toshogu está dedicado a Ieyasu Tokugawa, el hombre que unificó Japón. El camino que lleva al santuario está repleto de lámparas de piedras y se dice que el santuario es muy resplandeciente por el pan de oro que lo ornamenta, pero nosotros no pudimos  comprobarlo, ya que estaba en restauración.

Santuario Toshugo.
 Paseo de la entrada, lleno de lámparas de piedra.
¿Cómo será con ellas encendidas?

Al acabar, miramos la hora y eran más de las 14h, así que decidimos tomarnos este día con tranquilidad, volver al hostal y comer tranquilamente. Por la tarde estuvimos haciendo cuentas del dinero que llevábamos gastado, y vimos que estábamos sobrepasando con creces nuestro pequeño “presupuesto diario”. Teníamos que hacer algo, ¿quizás acortar los días de estancia en Japón? Hicimos cuenta de días y qué lugares queríamos y podíamos permitirnos visitar. Todo es carísimo, cómo ya hemos dicho, sobretodo el alojamiento y el transporte. Finalmente decidimos continuar intentando hacer couchsurfing e ir viendo día a día cómo iban nuestras cuentas.

El tiempo pasó volando y era la hora de marchar. Esa noche teníamos reservado el autobús que nos llevaría de Tokio a Hiroshima (con el ticket de 5 días de Willer, explicado en la entrada Japón: introducción). El viaje duró toda la noche. La experiencia  de dormir en el autobús había sido mejor que en otros países, Willer  posee unos autobuses muy limpios y con asientos muy cómodos, en los que se reclina la espalda y sube una zona para apoyar las piernas.  

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