Del
20 al 22 de Agosto 2013
Nuestra ruta por
Bolivia llegaba a su fin. Solamente nos quedaba visitar Sucre, la antigua capital del
país, y por tanto con una gran belleza
colonial, y descubrir la mejor vía para marchar a nuestro siguiente destino,
Paraguay.
Así que cuando nos
despertamos, nos despedimos de Potosí y nos dirigimos a la terminal de autobuses
nueva en colectivo (autobús 1,25 BOB/persona). Es un edificio nuevo, muy grande
y medio vacío. Existen varias compañías que realizan el recorrido Potosí-Sucre.
Los precios son similares (15-17 BOB/persona), la única diferencia es el
horario. Cada 15-30 min, sale un autobús hacia Sucre. El trayecto se realiza a través de carretera
asfaltada, y dura unas de 3-4 horas.
Plaza 25 de Mayo. Al fondo su catedral. Sucre |
Aqui pudimos comer la deliciosa sopa de maní. ¡No os la perdáis!, está deliciosa. |
Era tarde y estábamos
hambrientos, por lo que entramos al mercado y buscamos el comedor. Nos habían
hablado muy bien de este lugar, hay muchos puestos de comida con sus mesas.
Muchos ofrecen menú por 12 BOB (sopa, plato y bebida) y realmente están
deliciosos. ¡No hay que perderse la sopa de maní!
El resto del día que
nos quedaba lo dedicamos a ubicarnos y a caminar un poco por sus calles. Por la
tarde-noche, nos volvimos a encontrar con Álvaro que, casualidades de la vida, había llegado a Sucre por la tarde y ¡se había
alojado en el mismo hostal que nosotros! Fuimos a cenar por las calles
adyacentes al mercado, donde por las noches ponen como un mercado nocturno y se
llena de vida.
Siempre encuentras viajeros con quien compartir buenos momentos. Marc, Álvaro y yo, en la plaza 25 de Mayo. |
La mañana siguiente
quedamos con Álvaro, y los tres fuimos a descubrir la belleza de Sucre.
Caminamos toda la mañana perdiéndonos por sus calles y admirando su encanto: el
mirador de la Recoleta, la Catedral y las miles de iglesias que tiene, sus plazas y otros edificios coloniales. Un
día es suficiente para descubrir gran parte de sus rincones.
Por la tarde, nos despedimos de Álvaro, y cogimos el autobús hacía Santa Cruz (60 BOB/persona, 12 horas). Pasamos toda la noche en el autobús.
Por la tarde, nos despedimos de Álvaro, y cogimos el autobús hacía Santa Cruz (60 BOB/persona, 12 horas). Pasamos toda la noche en el autobús.
Iglesia de San Francisco, Sucre. |
Al llegar a la terminal
preguntamos por el bus a Asunción en varias oficinas, pero todos tienen el
mismo precio y salen a la misma hora
(sobre las 19-20h de la tarde). Dejamos las mochilas donde compramos el
billete, y pasamos el día paseando y viendo los pocos atractivos de Santa Cruz.
Pero personalmente no hay gran cosa por hacer… ni por ver.
Nos despedimos de
Bolivia, con un intenso y largo viaje. Fueron 24h en autobús, por carreteras
sin asfaltar, por lo que nos llenamos de polvo. Asientos incómodos. Noche fría.
Comidas escasas, y sin opción de comprar nada porque solamente hacía paradas
para subir o bajar gente. Y una vez pasada la frontera paraguaya, montones de
controles policiales.
Corte Suprema de Justicia de Sucre. |
Pero no todo fue negativo: también pudimos conocer a Matías, un chico de 33 años argentino, que se había animado a conocer Perú. Y que había perdido su vuelo de vuelta, por lo que lo estaba haciendo por tierra. Con él pudimos compartir conversaciones, intercambiar experiencias viajeras y pasar buenos ratos.
El paso de frontera
Bolivia-Paraguay es curioso. La frontera boliviana se cruza de madrugada y es rápida:
sello de pasaporte, sin inspeccionar nada de nada. Habitualmente las fronteras de
los países están cerca, pero no es así no llegamos al control de aduana de
Paraguay hasta ¡4 horas más tarde! Allí nos hicieron esperar una hora, porque
había otro autobuses delante. Y es que aquí el control es más exhaustivo. Te hacen
bajar con todas tus pertenencias y las revisan una a una, haciendo sacar gran
parte del equipaje. A nosotros, por suerte, el policía nos vio cara de buenas
personas y nos dejaron pasar…. Pero aquí no se acabó todo para nosotros, porque
cada hora o así nos fueron parando diferentes controles policiales… No sabemos
si siempre es así o si era porque con nosotros viajaba un narcotraficante
conocido allí… ¡Sí! Curioso, ¿no? Cada vez que nos paraban, lo llamaban, le
llevaban a parte y… minutos más tarde subía con menos dinero en su cartera… Y
lo más sorprendente es que, en uno de estos controles, descubrimos que el
hombre, con aspecto pueblerino, que llevaba al lado, era juez y ¡llevaba un
arma cargada! Coincidencias del destino…
Niños bolivianos disfrutando de sol. |
Finalmente llegamos a Asunción a las 22h. Nosotros teníamos un couchsurfing que nos esperaba en su casa, pero teníamos que ponernos en contacto con él y que nos guiara cómo llegar. Las últimas horas habían sido muy raras, pero lo que nos esperaba nos sorprendió muy gratamente.
Matías, el chico argentino, se quedaba a pasar unos días en Asunción en casa de sus familiares. Su familia le estaba esperando en la terminal. Y mientras nosotros estábamos intentando buscar un teléfono público para llamar, él vino a buscarnos para decirnos que había hablado con su familia y nos invitaban a cenar y pasar la noche con ellos. ¡Nos quedamos muy sorprendidos!, pero aceptamos encantados, después de avisar a nuestro couch del cambio de última hora.
Estas simpáticas cebras, intentan dar educación viaria a los conductores. ¡Ya que nunca respectan al peatón! |
El
día siguiente, tras compartir con ellos gran parte del día, nos despedimos para
ir a conocer a nuestro siguiente couch.
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