17 al 20 de octubre 2012 SIEM
REAP Y LOS TEMPLOS DE ANGKOR (I)
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Los templos de Angkor (s. IX al XV): ¡un mundo que nos hace soñar!
Preah Khan. |
La noche anterior había sido una
noche movidita, ya que Marc cogió la gastroenteritis del año, y se pasó toda la
tarde y noche en el lavabo. En un principio, teníamos la idea de coger un
autobús local (6-7$) hacia Siem Reap, aunque no lo habíamos reservado. Preguntamos en nuestro hotel
para comprarles el billete pero nos dijo que estaba todo lleno; nos recorrimos
todas las empresas de autobuses y encontramos lo mismo, todo estaba lleno para
ese día… Por lo visto eran los últimos días de una festividad de ellos, y la
gente volvía a sus hogares. ¿Tendríamos
que pasar otro día en Battambang? Cuando volvimos a nuestro hotel, nos dijeron
que otra forma era ir en taxi compartido. Era otra opción, y así no perderíamos
un día sin hacer nada. Preguntamos precios (10$/persona), ¡iríamos con 3
personas más y el conductor! Un poco apretaditos, pero por suerte los
camboyanos no son muy grandes. Era caro, pero aceptamos y en 5 minutos teníamos
el taxi esperándonos en la puerta del hotel. El trayecto en taxi se nos hizo
muy corto, fueron unas 2-3 horas, y el taxista nos dejó cerca del night market,
donde nosotros le habíamos pedido.
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Templo Wat Dam Nak. |
Tan sólo llegar nos dimos cuenta
que las cosas habían cambiado bastante en 4 años (nosotros estuvimos en 2008).
Había carteles de night market en varias calles diferentes, y la vez anterior
solamente existía uno. Buscamos alojamiento, nos quedamos en Soksan Angkor
Garden Guesthouse (5$/hab. doble con baño). Este alojamiento está en el centro
de Siem Reap para “guiris”, pero es muy tranquilo y tiene una
terraza/restaurante con precios bastante razonables. Ya era a mediodía por lo que comimos
tranquilamente en nuestro hotel, y después decidimos ir a ver un poco la ciudad
y sus templo, y ya al día siguiente comenzaríamos nuestra ruta por Angkor.
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Una de las estupas del
templo Wat Dam Nak. |
Bajamos hasta el río (Stung Siem
Reap), nosotros no recordábamos que hubiera nada allí y ahora hay dos puentes
iluminados para cruzarlo y toda una esplanada llena de tiendas con souvenirs,
pinturas, pañuelos y ropa para el turista. Si, no era una sensación, ¡Siam Reap
había cambiado muchísimo! Nos acercamos a ver el templo Wat Dam Nak, donde hay
muchísimas estupas de diferentes tipos.
Aquí comenzamos a notar algo
extraño, toda la gente estaba parada, viendo la televisión donde salía gente llorando.
No entendíamos que ocurría, así que con
tacto preguntamos a un chico: “el padre del rey ha muerto”. Empezamos a ver
fotos en los muros, con flores alrededor… la gente realmente estaba
conmocionada. ¿Nos afectaría a nuestro viaje?
Aparentemente, al menos la zona
de los guiris, continuaba con su ritmo habitual. Miramos unos cuántos lugares
para cenar y encontramos nuestro lugar: un pequeño restaurante familiar, con
comida deliciosa, mesas y asientos súper cómodos y con buenos precios (1,5$ el
plato y batidos de fruta por 0,5$). Este restaurante (no recordamos el nombre)
sería nuestro rincón de descanso después de las jornadas en bici por Angkor los
siguientes días.
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Nuestro medio de transporte para los siguientes 3 días. |
Los templos de Angkor, desde
nuestro punto de vista, es la razón principal para visitar este país. Su
belleza, su grandiosidad, el sitio donde están ubicados (en medio de la nada,
rodeados de naturaleza), los diferentes estilos entre los templos, o simplemente
sus piedras son capaces de transmitir una sensación única, imposible de definir
para nosotros. Hay que vivir la situación de encontrarse montado en una
bicicleta, en un camino, rodeado de naturaleza (sus árboles, plantas enrolladas
sobre estos) y ver al fondo como aparece una puerta de entrada gigante, con una
cara que te mira… ¡es único, inexplicable! Volvíamos a estar allí y esta vez
decidimos coger la entrada para tres días y disfrutar al máximo (entrada 1/3/7
días = 20/40/60$). Nuestro medio de transporte sería la bicicleta (1$ día) y aspiramos a poder hacer el
denominado circuito pequeño y el circuito grande, y poder ver los templos de
alrededores, en concreto los Templos Rulous.
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Banteay Kdei. |
Nos levantamos temprano,
alrededor de las 6 am. para aprovechar al máximo las horas de luz. Alquilamos
las bicicletas en nuestra guesthouse y nos fuimos ruta a los templos. Antes de
salir de la ciudad de Seam Reap nos paramos en un puestecito a cogernos unos
bocadillos (¡comeríamos pan después de 3 meses!) de paté y carne que son
buenísimos.
Hay dos carreteras que te llevan
a los templos: sólo una de ellas es donde se encuentran las taquillas para
comprar las entradas, así que atención la que se coge, porque nosotros aún y sabiéndolo
cogimos la otra que te lleva hasta los templos también, pero hay un puesto de
control que no te deja pasar si no tienes entrada. Así que de buena mañana tuvimos que echar
para atrás unos 2 km, cambiar de carretera e ir a las taquillas. Allí compramos
la entrada que es personal y va acompañada de una foto que te hacen con la
cámara del ordenador, para que no se la transfieras a nadie. Es importante
llevarla a mano, porque continuamente te la van pidiendo que la muestres.
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Puerta a la entrada del templo Banteay Kdei. |
Una vez con la entrada comprada
nos adentramos en los templos. Nosotros comenzamos por el circuito grande, en sentido antihorario, y
logramos ver: Prasat Kravan, Bantey Kdei y Sra Srang, el templo budista de Ta
Prohm, Pre Rup, East Mebon, Ta Som, Preah Neak Pean y Preak Khan. Una vez aquí este
circuito se junta con el pequeño, y es mejor ver el resto de templos otro día. A
nosotros nos dio tiempo a llegar aquí, y como estaba anocheciendo decidimos
acercarnos al templo de Angkor para ver, supuestamente, una escena bonita del
atardecer. No encontramos cuál debe de ser teóricamente el mejor lugar para
contemplarlo, pero hicimos algunas fotos interesantes.
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Banteay Kdei. |
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Gravado,
en el templo Banteay Kdei. |
No nos pondremos a hablar de la
historia de los templos, porque podría ser muy extenso e incluso aburrido. A
quien interese este tema, solamente avisar que hay una revista que se puede
conseguir en el mismo alojamiento, donde describen los recorridos y la historia
de los templos. Cada templo es único, con un estilo determinado, con gravados
distintos y de diferentes tamaños. Hay que estar allí y dedicarle el tiempo que
cada uno crea conveniente. Cercanos a
los templos generalmente suele haber algún puesto donde venden fruta o bebidas,
e incluso pinturas, camisetas o pañuelos en puestos cercanos a grandes templos.