domingo, 26 de mayo de 2013

NUEVA ZELANDA: INTRODUCCIÓN

NUEVA ZELANDA

Nueva Zelanda está llena de espectaculares paisajes.
Vistas desde la cima de Ben Lomond, Queenstown.

Después de la intensidad vivida en Australia, tanto emocionalmente por las personas conocidas, como físicamente por todos los kilómetros realizados, nos dirigimos hacia Nueva Zelanda. La tierra de los campistas. El país de las ovejas y las vacas. Las islas con espectaculares paisajes que nos han enseñado en algunas películas, como El señor de los Anillos. Ahora entendemos por qué.

A diferencia de otras entradas, no podemos dar muchos consejos aún porque estamos viajando actualmente por aquí. Pero algunos cosas podemos decir…

Esta es nuestra campervan:
casa y transporte para toda nuestra estancia aquí.
La mejor forma de conocer el país es en caravana. Los precios son muy variables, pero puedes encontrar gangas como nosotros por tan solo 18 NZD/día (temporada  baja). Nosotros llegamos a la isla sud, en Queenstown y la hemos alquilado para 34 días. La devolveremos en la isla norte, en Auckland. Así que hemos tenido que cruzar las dos islas. Los puertos se encuentran en Picton (isla sur) y Wellington (isla norte). Únicamente hay dos compañías de ferrys: Bluebridge e Interislander. La primera es un poco más económica (además nosotros teníamos descuento de un 15% con nuestra compañía de la campervan). Cuidado con aquellos que cojan Bluebridge y sean cómo nosotros (que se lo leen todo). Según sus reglas una fugoneta (van) convertida en campervan (donde se puede dormir e incluso tiene una pequeña cocina) es considerada una campervan. Y por tanto el precio del ferry es más caro. Nosotros, tras dudar, no hicimos caso y pusimos que llevábamos una furgoneta de menos de 5,5 metros. ¡No tuvimos ningún problema al embarcar! El precio de una furgoneta <5,5 m ronda los 118 NZD (por campervan es más caro) y por persona es 51NZD (la tarifa más económica). Otro dato importante es que el ferry passa por el fiordo Queen Charlotte para entrar o salir de Picton durante toda una hora. Si hace buen día, ¡es precioso!



En el paso entre islas, se puede disfrutar de
 un precioso recorrido por el fiordo Queen Charlotte.
La tierra de los campistas actualmente no es tal. Hoy en día no es tan fácil acceder al “freedom camping” (camping gratis). Hay muchas restricciones que nos hacen la vida imposible al turismo mochilero de bajo presupuesto. Resumiendo rápidamente, solo se puede hacer freedom camping en las zonas donde no haya uno de los miles de carteles de prohibición “no camping” o “no overnight”; y sólo si tu caravana es “self-contained”, es decir, con lavabo. Si eres una campervan sin lavabos únicamente puedes pasar la noche en áreas con lavabo, que generalmente son campings de pago. Los campings más económicos son los del DOC (Departament of Conservation), alrededor de unos 6-10 NZD/persona/noche (aunque algunos, muy pocos, son gratis). Suelen ofrecer escasos servicios, lavabos (algunos solamente son fosas sépticas) y una mesa de picnic. Algunos también tienen un grifo y alguna zona para hacer fuego.  En un principio, si infringes esto la policía o un ranger del DOC puede multarte con 200 NZD. Aparentemente en la isla sud son más estrictos, en cambio se dice que la isla norte es más relajada con este tema. Desconocemos si también depende de la temporada (alta o baja).
Las carreteras están en buen estado,
y van acompañadas siempre de paisajes.
Nosotros, ahora, sólo llevamos unas dos semanas viajando por la isla sud con una campervan sin lavabo. Es temporada baja, el frío ya ha llegado. De momento, nos hemos espabilado para no pagar nada. “Hecha la ley, hecha la trampa”. Pasamos la noche en zonas donde no exista ningún cartel de “no camping - no overnight” ni “self-contained only”. En ninguna ocasión, por el momento (cruzamos los dedos para que continúe así), nos ha venido ningún ranger o policía a echarnos. Eso sí, intentamos situarnos en estos sitios de forma disimulada (donde menos se nos vea) y cuando ya es de noche (es fácil, porque a las 17.30 ya lo es) e intentamos  marchar cuando amanece (alrededor de las 7.30 am). Hemos leído a compañeros viajeros a los que les han llamado la atención e incluso multados por aparcar en zonas prohibidas, pero en ocasiones disculpándose y marchando les han retirado la multa o sólo les han hecho pagar un camping del DOC cercano.

Aunque en Nueva Zelanda hay más vacas y ovejas que
habitantes, los precios de los lácteos son escandalosos.
Si hasta ahora los países más caros nos habían resultado Japón y Australia, Nueva Zelanda se añade a estos. ¡La gasolina es carisísima!, unos 2,1 NZD/litro. El diesel es un poco menos caro, 1,5 NZD/litro, pero se tiene que pagar un impuesto por cada 100 km realizados (no sabemos cómo se hace, pero otros viajeros dicen que finalmente resulta igual de caro que la gasolina). Y el resto de cosas básicas (comida y fruta) son similares a Australia. Por ejemplo, 1 kg de manzanas a 3-5 NZD, el embutido a 10 NZD/kg, la leche a 2-3 NZD/litro o la carne de pollo a 8-10 NZD/kg. Hay varias cadenas de supermercados, los más frecuentes son New World, Countdown y Pak’n Save. En este último suele tener precios más económicos, sobretodo en la carne. Sobre restaurantes poco podemos decir, porque no hemos ido a ninguno, pero el plato suele costar alrededor 15-20 NZD.

Mar y montaña, todo está junto en Nueva Zelanda.
Moeraki.
El tema lavabo es bastante sencillo. En cada pueblo e incluso en muchas zonas de senderismo se encuentran lavabos o fosas sépticas. Es más complicado el tema ducha caliente. Algunas ciudades tienen baños públicos, y el precio puede variar desde gratis como en Wellington hasta unos 5NZD/4-5 minutos. Pero siempre está la opción de ir a piscinas públicas que también rondan por 4-5 NZD.

Las carreteras del país están en muy buenas condiciones, incluso aquellas que no están asfaltadas son lisas con pocas piedras y pocos baches.

Los senderos generalmente están bien indicados y
cada uno de ellos ofrece una oportunidad única para fotografiar.
Este país destaca por su naturaleza y los deportes de aventura. Estos últimos puedes encontrarlos sin problemas: tirarse en paracaídas, hacer parapente, caída libre desde un puente, kayak,…  aunque los precios también son elevados (siempre hablando respecto a nuestro presupuesto). Y para quién le guste la naturaleza, ¡este es su lugar ideal! Miles de trekkings y de todo tipo (fáciles, medios, difíciles y agotadores, cortos, de medio día, de un día o largos de varios días) se encuentran en cualquier rincón. Y lo más importante se pueden encontrar diferentes paisajes: bosques húmedos, fiordos, glaciares, playas, gargantas, grutas, picos,… ¿qué más se puede pedir?  Sólo hay que saber que el tiempo es muy variable, estés donde estés. Así que aunque haya un sol reluciente no te fíes, porque en pocos kilómetros o poco tiempo puede cambiar.  Hay que ir preparado para todo tipo de eventualidades e incluso con la mentalidad de volver atrás si el tiempo no acompaña.

Sobre la fauna, no es muy diversa, y por desgracia, todos sus colonizadores (tanto los maoríes como los europeos) acabaron con gran parte de sus animales autóctonos. La gran mayoría que ha sobrevivido han sido pájaros, como el famoso kiwi u otros como la weka o los keas. En sus costas se pueden ver pingüinos y focas. Y si es época también delfines y ballenas. Y se nos olvidaba comentar que en Nueva Zelanda se encuentra uno de los animales más antiguos del mundo: los tuataras. Es un reptil de la época de los dinosarios (200 millones de años) capaces de vivir a temperaturas bajas. Pero si hay que poner que animales son más frecuentes de ver son las ovejas y vacas (animales introducidos). Se pueden ver campos y valles de propiedad privada con cientos de ovejas y vacas. Se dice que por cada habitante hay unas 8 ovejas actualmente (antiguamente llegó hasta 40 ovejas/habitante).


Tuatara: un fósil viviente.

Por último, aquellos que tengan pensado conocer este país en caravana o campervan como nosotros, es importante hacerte con un inverter. Un aparato que va conectado al mechero de la campervan y sirve para cargar todo tipo de baterías. Nosotros hemos tenido que comprar uno aquí en Nueva Zelanda, y nos costó alrededor de unos 35 euros. ¡¡Pero es superútil!!

La moneda es el dolar de nueva zelanda (NZD) y el cambio actual es 1 € = 1,53NZD. 

Aunque seguro que hay muchas más cosas que podríamos comentar, en estos momentos no recordamos nada más… así que continuaremos disfrutando de este país durante 3 semanas más.

Para este viaje, nosotros hemos consultado en muchas ocasiones el blog de Sonia y Ainara (viajesconmochila). Si lo que buscáis es información superútil y directa, este es vuestro blog.



sábado, 25 de mayo de 2013

AUSTRALIA: LAMINGTON NATIONAL PARK I SPRINGBROOK N.P


05 al 07 de Maig del 2013                     

LAMINGTON NP I SPRINGBROOK NP


Un dia perfecte amb la Sara i la seva família.
Club de surfers, Gold Coast.

El dia cinc el vam passar amb la Sara I la seva familia, van canviar els seus plans per poder estar amb nosaltres. Ens ho vam passar la mar de bé. Després d’un bon esmorzar a la barbacoa, amb ous ferrats, bacó i torrades (tot ben australià) ens en vam anar a donar un tomb per la famosa Gold Coast australiana. Vam passejar per les platges en les que es fan els tornejos de surf més importants del món i, òbviament, hi vam veure centenars de surfers. Gairebé més que aigua...

Després de 10 mesos, 24h junts,
ens podria separar un estat??
Linia divisoria entre Queensland-New South Wales.

Ells viuen a Coolangatta, que es troba a l’estat de Nova Gal·les del Sud però treballen a l’estat de Queensland, de fet, Coolangata es troba a la frontera.


Per dinar vam tornar a casa i ens van preparar unes hamburgueses. Havent dinat vam anar a unes “piscines” naturals que es troben a pocs km de la costa on el Burger i jo (Marc) ens vam estar una bona estona llençant pedres per fer salts de granota. Com ja us deveu imaginar, les pedres que llençava en  Burger anaven força més  lluny que les meves i tampoc no eren  de la mateixa mida. Amb aquells  braços que en  fan dos dels meus...
Per acabar el  dia vam anar al lloc més australià de la Gold Coast que us podeu imaginar: a perndre algo a un club de surfers amb unes vistes de l’oceà Pacífic! Tot molt australià. Per sopar els vam preparar uns ous al niu, que cap dels dos havien provat mai. El dia se’ns va fer curt, i en Burger i jo vam caure rendits al sofà (com en Jon) amb un tres i no res mentre les noies veien la tele i xerraven d’alguna cosa...

Una de les cataractes que es poden veure al Tooloona Creek.
Lamington National Park.
L’endemà va ser un dia molt diferent. Ens vam passar tot el dia caminant envoltats de natura pel Lamington National Park, que es troba a uns 80km de Coolangatta.

És un parc declarat patrimoni mundial per la UNESCO i que és fronterer amb l’estat de Nova Gal·les  del Sud. Nosaltres ens vam dirigir a la zona de Green Mountains i vam fer el Tooloona Creek (17,4 km. Posa 6 hores i elfem en 4,5), que passa un tros per un altre sender que es diu Border track que va just per la frontera pels dos estats. El Tooloona Creek és un circuit amb força pujades i baixades, però res complicat. És 100% recomanable ja que les vistes són fabuloses i passa per diverses caigudes d’aiigua com les Elabana falls, Chalahn falls i les Tooloona falls. El punt més  alt del circuit es troba a 1190 metres i és el Mount Tooloona. Suposadament hi ha unes vistes magnífiques de la vall però nosaltres vam trobar una boira espessíssima que no ens  va deixar veure res,... a més, a aquella alçada i en plena tardor hi feia força fred. Així que vam  marxar força ràpid! Un dels punts que ens va sorprendre més agradablement del parc (per nosaltres) va ser veure de ben a prop un au lira. Un au de la mida d’una gallina però més estilitzada que té una cua molt llarga i que pot desplegar com un gall d’indi. De fet, és el símbol d’alguns parcs nacionals del país. Lamentablement va ser més ràpid que nosaltres amb la càmera i no li vam poder fer cap foto.











Aquestes són unes altres fotografíes del circuit Tooloona Creek, al Lamington National Park.



L’endemà ja era el nostre últim dia a Queensland i gairebé el darrer d’Austràlia. Ja començava a ser hora, portàvem més de tres mesos en aquesta illa-continent i teníem ganes de continuar el nostre periple, però també sentíem certa nostàlgia.

Caiguda d'aigua dintre d'una cova natural al Natural Brigde,
Springbrook National Park.
Ens vam acomiadar d’en Burger, la Sara i en Jon desitjant-nos poder veure’ns un altre cop a Austràlia o on sigui i donant-los les gràcies per haver-nos acollit tant calorosament aquells 3 dies. Ells van marxar cap a Brisbane i nosaltres cap al Springbrook National Park, a uns 60 km de Coolangatta, abans del Lamington.

Es tracta d’un parc nacional que està dividit en quatre reserves de les que nosaltres només vam passar per dues. Ens vam apropar al Natural Bridge, un forat en la roca creat pel pas de  l’aigua, donant lloc a una caverna que està plena de cuques de llum. Lamentablement aquest darrer punt el vam descobrir quan ja hi érem (és el què passa quan no es llegeixen les coses amb atenció) i les cuques de llum estaven una mica adormides i no tenien cap intenció de delitar-nos amb la seva llum.

Surfers Paradise.
Vist el Natural Bridge vam anar a la zona de Canyon Area on hi ha  també bons senders i miradors. Però el temps tenia uns altres plans per nosaltres i ens vam trobar amb una boira i pluja prou forta com per no poder veure ni fer res. Així que una mica decepcionats vam decidir marxar de l’últim punt australià que volíem visitar i anar tornant, poc a poc, cap a l’aeroport de Brisbane. D’allí teníem un vol a Sydney i, l’endemà al matí, un altre cap a Queenstown (Nova Zelanda). La nostra idea era fer nit a l’aeroport: segur que en un aeroport tan gran i mundialment conegut com el de Sydney és molt fàcil! Doncs no tant.

Ja vam explicar que a l’aeroport de Brisbane no hi ha connexió gratuïta entre terminals, la única opció és agafar el bus gratuït al centre comercial DFO i tornar a l’altra terminal amb el següent bus. Una mica incòmode però és gratis. A Sydney no hi ha aquesta possiblitat i la connexió entre terminals tampoc és gratuïta. El transfer entre  terminals es pot fer amb el T-bus (5 AUD), tren (5 AUD) o bus de línia (nº 400, el més barat, 3,60 AUD). La única opció de fer-ho gratuït és quan tens un vol amb Virgin o Qantas que arribi a una de les terminals i un altre, amb la mateixa companyia, que surti des d’una altra terminal. No era el nostre cas. Nosaltres volàvem amb Virgin fins a Sydney i d’allí sortíem amb Qantas. Vam decidir provar sort amb la noia del checkin de Brisbane de Virgin i va funcionar: ens va donar un paperet que li havíem de donar al conductor del T-bus a l’aeroport. Perfecte!! Doncs no un altre cop.

Vistes de Surfers Paradise al fons. Coolangata.

El vol de Brisbane es va endarrerir i quan vam arribar a Sydney era pràcticament l’últim vol del dia. Vam veure que el primer del matí era a les 6, temps suficient per fer el checkin amb Qantas. Vam pensar en dormir a la terminal de domèstics i l’endemà  marxar a les sis. Doncs tampoc!!

Tots el puntets negres son surferos!!!!
Platja de Coolangata
Per increïble que sembli tot un aeroport com el de Sydney tanca a la nit!!! Només deixen una petita sala a la terminal internacional oberta pels passangers en trànsit però tens que arribar abans que acabi el T-bus, sinó toca pagar. El pitjor és que el propi personal de l’aeroport no saben realment el funcionament de l’aeroport i cada un et diu una cosa diferent. Molt decepcionant!!! El que més sonava era que si  volíem passar la nit a la terminal internacional hi havíem d’arribar abans de les onze perquè sinó la tancaven fins l’endemà. TOT MENTIDA. Una mica acollonits i emprenyats vam decidir caminar entre les dues terminals, ja que eren les deu i vint i el trajecte a peu amb les motxilles podia suposar més de mitja hora.

Vam arribar a la terminal a les onze i deu, rebentats i pregant que ens deixessin entrar. La realitat és ben diferent. La sala que deixen pels passatgers en trànsit no tanca en cap moment, el que tanquen són els accessos a la zona d’embarcament i tendes. La sala  és minúscula i passa una corrent d’aire gèlid que glaça la sang, el millor és posar-se a la zona del passadís del fons, on no hi ha  corrent i estirar-se per allí. El problema, afegit, és que la terminal la tornen a  obrir a les 03:30 i comença a passar gent per tot arreu. Tanquen per menys de 4 hores!! Ja que els accessos no els tanquen fins passades les 12:00, previ control de passaports (només passaports, com si hi posés res d’especial...).
Després d’aquesta fastigosa experiència a l’aeroport de Sydney vam poder volar tranquil·lament cap a Nova Zelanda.

Els homes dormien com a nens mentre que les dones xerraven i vèiem series!!
Darrer dia a casa de la Sara.

Deixàvem Austràlia, el país en el que hem viscut més temps després del nostre. Un lloc en el que hem patit pels diners que gastàvem però que hem gaudit com el que més, un país molt còmode per viure, amb uns paisatges increïbles i una fauna espectacular. La  trobarem a  faltar. Com serà Nova Zelanda?

viernes, 24 de mayo de 2013

AUSTRALIA: CARNARVON NATIONAL PARK Y TAMBORINE NATIONAL PARK


1 al 4 de Mayo 2013         

CARNARVON NATIONAL PARK Y TAMBORINE NATIONAL PARK


A pesar de haber visto mucha naturaleza en Australia durante estos 3 meses, aún nos sorprende gratamente.
Tamborine National Park. 

Después de nuestra escapada a Fiji y Vanuatu, llegamos a nuestra Australia el día  30 de Abril por la noche. Habíamos alquilado un coche para primera hora de la mañana del día siguiente en el mismo aeropuerto, así que pasamos la noche allí. Tanto la terminal de domésticos como la internacional de Brisbane tiene abierto 24h y poseen asientos y sofás, para pasar cómodamente la noche.

Tras unas horas de sueño reconciliador, cogimos el coche con el que iríamos a visitar unos cuántos parques nacionales situados en los “alrededores” de Brisbane los siguientes días.  Nos indicaron una forma sencilla y muy fácil de salir del aeropuerto sin pagar peajes. Teóricamente deberíamos de haber encontrado mucho tráfico, pero es que en Australia no hay colas y colas para moverse en las ciudades como por ejemplo Barcelona… ¡¡únicamente con un poco de movimiento estos australianos se estresan!! Fuimos a casa Pesca, nuestros últimos couchsurfers, para coger la ropa de invierno que habíamos dejado allí. Pudimos ver a unos cuántos de la pandilla, pero fue imposible ver a Jordi… así que quedamos con ellos de volver al cabo de 2 días, antes de marchar hacia los parques nacionales del sur de Brisbane.

A la izquierda, la entrada al amphitheatre.
A la derecha, lugar por donde entra la luz en su interior.
El Amphitheatre, Carnarvon Gorge.
















Tras realizar la compra de comida, nos dirigimos hacia Carnarvon National Park, situado a unos 700 km de Brisbane. Es sencillo llegar a él, únicamente hay que coger la carretera 15 (también llamada M2) para salir de Brisbane hasta Ipswich. Después se cambia a la A2 hasta Roma y finalmente se coge la A7 (o Carnarvon HWY) hasta el parque. Nosotros, el primer día, o mejor dicho lo que nos quedaba de día, lo pasamos conduciendo. Y para los que no se acuerden, como es costumbre, paramos de conducir cuando anocheció por el riesgo de accidente con los millones de canguros que tiene el país.

Uno de los pasos para cruzar el río en el sendero principal de
Carnarvon Gorge.
Nos levantamos con la salida del sol, y tras desayunar nos dirigimos al parque, a la parte más accesible de él, la popular Carnarvon Gorge.  Desde allí parte un desfiladero de  30 km de longitud y 200 metros de altura. Recorrer parte de él se convierte en toda  una emocionante excursión. Además cada persona puede hacer este recorrido a su medida y decidir qué desvíos  descubrir. Nosotros decidimos ir parándonos en cada uno de los desvíos a medida que los encontrábamos ya que íbamos muy justos de tiempo, y no sabíamos si tendríamos suficiente tiempo para verlo todo (22 km, unas 8 horas ida y vuelta). La caminata transcurre entre las dos altísimas paredes del desfiladero, que poco a poco, se van estrechando. Casi todo el trayecto transcurre paralelo a un río, que en varías ocasiones se tiene que cruzar. La vegetación es espectacular, desde helechos reales a pinos australianos, eucaliptos rosados o palmeras gigantes. El desvío del Moss Garden te adentra a un bosque húmedo donde todo está cubierto de una capa verde de musgo, tanto árboles como rocas. También se puede ver una pequeña caída de agua. Nuestro siguiente desvío fue al Amphiatre. Este camino te lleva al interior de una brecha de una de las paredes, donde se ha formado un pequeño habitáculo en el que  entran los rayos del sol.
Art Gallery es una roca
completamente llena de pinturas rupestres como estas.
Carnarvon Gorge.
En el Art Gallery pudimos ver una amplia muestra de pinturas rupestres de los aborígenes y conocer parte de su significado. Los siguientes últimos dos desvíos, la Cathedral cave y Boowinda gorge, (si no es que quieras seguir por  el sendero de largo recorrido) se encuentran un poco más alejados pero vale mucho la pena llegar hasta el último. Nosotros sólo pudimos verlos de forma muy muy  rápida porque no teníamos suficiente tiempo para volver antes de anochecer. La Cathedral cave también posee pinturas rupestres, pero no tan interesantes como las del Art Gallery. En cambio, sólo pudimos ver los primeros metros de la Boowinda Gorge donde otro pequeño desvío, a tan solo 80 metros de Cathedral cave, conduce a otro pequeño desfiladero donde las paredes se juntan y dan lugar a una pequeña Petra en Australia.  Nuestro consejo, si es posible ir primero hasta la Boowinda Gorge o incluso un mirador que hay un poco más alejado (no recordamos el nombre) y  volver parándose en  los desvíos de vuelta para que no os perdáis lo que pensamos que es lo mejor de este desfiladero.
Volvimos muy muy deprisa, pero pudimos pararnos a ver un simpático y atrevido equidna que buscaba hormigas para comer al lado del camino.

Una de las paredes de la garganta, en el Carnarvon Gorge.
Empezaba a anochecer, pero antes de marchar del parque, decidimos ir a la Rock Pool. Una pequeña piscina natural habitada por ornitorrincos; nuestro último animalito exótico que se nos resistía verlo en libertad. Estuvimos sentados y en silencio, vigilando cada centímetro del estanque, hasta que se hizo negra noche. Y decepcionados, ya que solo conseguimos ver unas tortugas, marchamos del parque nacional.

Hicimos pocos kilómetros en la oscuridad, únicamente buscamos un área de descanso donde poder pasar la noche.

Entrada a la Boowinda Gorge.
Carnarvon Gorge. 
El siguiente día, tras unas 7 horas de conducir por las aburridas carreteras de Australia, volvíamos a estar en Brisbane. Nos paramos en el centro Walkabout Creek (6,4 AUD/persona) del Aguilar Range National Park, situado a unos 10 km del centro de la ciudad. Se trata de un pequeño centro donde se pueden ver canguros, aves, wombats, reptiles y, lo más importante para nosotros, ¡¡un ornitorrinco!! La entrada se paga en el mostrador del centro de visitantes, pero pensamos que también es posible entrar sin pagar. De esta forma finalmente pudimos ver este animalito tan y tan curioso con pico y patas de pato, piel de mamífero (con pelo) que nace de un huevo pero son mamíferos, es decir, las crías maman y tienen una urpa venenosa en las patas. Era divertido, no paraba quieto en el agua, no sabemos si buscaba comida o si bien estaba jugando porque en ocasiones se ponía a hacer malabares con un palo.
Tras nuestra misión cumplida, volvimos a Casa Pesca donde pasamos toda la tarde hablando con toda la pandilla, aunque sobretodo con Jordi.








En Aguilar Range National Park también pudimos ver un wombat (a la izquierda) y un wallabie (abajo).




Los siguientes parques nacionales que queríamos ver se encuentran al sur de Brisbane. Nos hacía ilusión encontrarnos con una compañera de universidad de Raquel,  Sara, que casualidades de la vida se encuentra trabajando en la zona de Gold Coast. ¡Un plan perfecto!, por el día veríamos los parques y por la tarde y noche estaríamos con Sara y su familia (Burguer, su marido, y Jon, su hijo de 1 año).

Una cascada en el mismo pueblo.
Curtis Fall. Tamborine National Park.
La mañana del sábado día 4, nos despedimos para siempre de casa Pesca y nos dirigimos al Tamborine National Park. En él se encuentra un pueblo, desde donde salen cortos senderos que te llevan a ver diferentes caídas de agua. En el centro de información nos comunicaron que había varias zonas de los trekkings cerrados a causa del temporal de lluvia que hubo en enero, así que tuvimos que adaptarnos un poco a las opciones.  Dejamos el coche en el parking de información y decidimos ir caminando a las rutas. Primero realizamos la Witches Falls, donde pasamos sin darnos cuenta por el sendero cerrado. Te lleva por un bosque altísimo, con frondosa vegetación, helechos e higueras estranguladoras que abrazan y quitan la vida a enormes árboles. La cascada no está mal, pero el sendero nos pareció muchísimo más espectacular. Tras comer, decidimos quemar las calorías caminando por el rainforest y disfrutando de sus vistas. También pudimos  ver enanísimos wallabies.  Para acabar fuimos a ver la catarata de detrás de la iglesia del pueblo, las Curtis Falls. Pasamos  de andar por la calle a sumergirnos en un frondoso bosque que nos llevó a una bonita caída de agua.

Aquí se puede ver como la higuera abraza a un árbol.
Higuera estranguladora. Tamborine National Park.
                                                                                   
El sol comenzaba a bajar, así que decidimos irnos hacía casa de Sara por la carretera de la costa. Pudimos ver los edificios altos e iluminados de Surfers Paradise… Nunca hemos estado en Benidorm, pero pensamos que seguramente es muy similar a lo que vimos aquí… Llegamos a casa de Sara sin perdernos y justo cuando ellos también llegaban. ¡Cuánto tiempo sin vernos! ¡Quién nos diría que nos volveríamos a ver en la otra punta del mundo! Enseguida nos hicieron sentir como en casa y en familia. Y pasamos toda la cena y noche hablando, poniéndonos al día.

miércoles, 22 de mayo de 2013

VANUATU, TANNA (II):VOLCÀ YASUR


28 al 30 d’abril de 2013                TANNA(II): VOLCÀ YASUR


Vista del volcà Yasur desde la seva explanada de cendra. Tanna.

Dels 3 dies sencers  que havíem d’estar a l’illa de Tanna 1 va ploure contínuament (no vam poder fer res) i un altre fins passades les 3 de la tarda. Això va impedir que poguéssim veure la cascada que ens volia ensenyar en Daniel (l’amo dels bungalows) i feia perillar l’ascens al Yasur. Una cascada és una cascada, però el Yasur no el deixaríem escapar tan fàcilment.

Una de les cases properes al Nakamal tenía aquest totem:
 representa un home bebent kava.
Poble d' Isaka, Tanna.
El poble on es troben els bungalows es diu Isaka i és el poble gran de la zona, té uns 50 habitants. Com que és el més gran té l’escola i hi venen nens de tota la regió. Els nens que viuen més lluny fan unes dues hores a peu cada dia fins l’escola, fent recorreguts similars al que vam fer el dia anterior.

El dia que vam anar a Enuak vam passar per davant la Nakamal d’Isaka i vam conèixer un dels professors de l’escola, en Cram. Hores més tard vàrem saber que era el “director” de l’escola. Evidentment parlava anglès, sinó difícil ho tindríem per comunicar-nos. Li vam demanar si el dilluns podríem baixar a veure l’escola amb els alumnes i ens va dir que cap problema.

Una altra de les coses que criden l'atenció, són aquests arbres gegantins:
només vam poder fotografiar el seu peu.
Es un Banyan tree, un arbre típic d'aquesta zona.
Tanna.

Doncs el dilluns va arribar i el temps seguia entestat en fer-nos la guitza. Cap a mig dia va semblar que ens donava una treva i vam decidir baixar al poble i anar a l’escola. A la Nakamal hi havia un grup d’homes que ens van preguntar on anàvem i els vam dir que a l’escola a veure en Cram. Ens van dir que no era a l’escola, que era allí. Ens vam quedar una mica sorpresos, però de seguida va sortir de “l’edifici”. Ens va explicar que els dies que plovia enviaven els nens un altre cop cap a casa pel risc que les pluges fessin créixer el nivell dels rius i no els poguessin creuar per tornar a casa. Però ens va dir que ens podia ensenyar l’escola si volíem. No seria el mateix, però millor que res.

Són petits edificis de totxanes (els únics del poble, la casa del mestre també) amb pupitres i llibres reciclats mil vegades. A l’oficina, en Cram hi tenia un ordinador, que s’encenia cada mil anys, quan s’encenia un petit generador elèctric que funcionava amb benzina. Imagineu-vos l’ordinador... A Vanuatu ser mestre i tenir feina és un molt bon lloc en l’escala social, per això en Cram tenia la casa de totxana i podia enviar els seus fills a estudiar a fora del poble. Ens va convidar a esmorzar i vam estar xerrant una bona estona.

Aquest és el sender/carretera que et porta
fins l'esplanada de cendra i el volcà Yassur.
Tanna.
A l’escola vam conèixer l’Isaac, un noi nord-americà que va créixer a Costa Rica i que parlava espanyol. Estava allí formant part d’una missió humanitària a Vanuatu. Estava fent de professor a l’escola des de feia uns mesos, però abans, havia estat en una altra illa encara menys desenvolupada durant un any també fent de professor. Creiem que s’ha de tenir molta empenta per emprendre un projecte d’aquesta envergadura i realment estava fent una feina molt important. En Cram l’hi estava molt agraït per l’ajuda.

Tornant de l’escola el dia seguia igual de negre, però de moment no plovia. Era el nostre darrer dia a Tanna, per tant, teníem que anar al Yasur sí o sí. Passant per davant la Nakamal vam trobar en Jules, germà den Daniel i el nostre guia “oficial”. Li vam comentar d’anar al Yasur i ens va dir que com vulguéssim.

En l'esplanada de cendra, preparats per pujar al cràter del volcà Yasur.
Cap a quarts de quatre sortíem d’Isaka direcció al Yasur. Anar-hi des del Lava View bungalow és realment senzill ja que només s’ha de seguir la “carretera” fins a l’esplanada de cendres. En poc més d’una hora a bon ritme vam arribar a l‘esplanada. En Jules té una preparació física imponent i el seu ritme és exageradament ràpid. Però a més, no fa servir mai sabates! Encara estem impressionats.

L’esplanada de cendres té una extensió enorme i com més t’apropes a la base del volcà vas trobant roques magmàtiques que provenen del cràter (esperàvem que molt temps enrere). Les explosions cada cop sonen més fortes i bufa un vent molt intens. En Jules ens va comentar que estàvem de sort, ja que el mes passat en Yasur havia estat molt adormit i no havia tingut massa activitat. Des dels bungalows només es senten les explosions més fortes, però a l’esplanada es senten totes. Més o menys, cada minut i mig. Per acabar d’aproximar-se a la base s’ha de travessar un riu, però és poc profund.

El volcà Yasur té un significat especial pels habitants de l’illa, ja que creuen que les ànimes dels difunts hi descansen, a 390 metres d’alçada.

El riu que es creua és profund,
però el nostre guía Jules va saber per on podíem passar sense problemes.
Tanna.
L’entrada al volcà és extremadament cara: més de 30€ per persona!! Des de la nostra més que modesta opinió pensem que és un preu descaradament car, enfocat al turisme ric australià, fora de les possibilitats de qualsevol altre tipus de turisme. I si a sobre tenim en conte les condicions de vida dels seus habitants, encara s’entén menys. Ens van explicar que els diners estan destinats a repartir-se entre els poblets de la vora del Yasur (com Isaka) però això costa molt de creure. Els diners mai van a parar on més fan falta...

Hi ha un petit “truc” per escapar a l’entrada i és pujar al volcà quan el personal de la taquilla ja ha marxat, cap a les 19:30. Això es pot fer si estàs allotjat mínimament a prop del volcà i hi pots anar pel teu compte, sinó com que has de pagar un transport, segurament no t’hi portaran. El Lava View és una molt bona opció. També ens van dir que si hi vols anar dos dies, presentant el tiquet et fan un 50% de descompte. Mira que macus!!

En Jules pujava amb una l’agilitat d’una gasela i nosaltres semblàvem dues tortuguetes al seu costat. Però no ens va deixar ni un moment sols. L’arribada al mirador és senzillament indescriptible. Les explosions es succeeixen una rere l’altra i, alguns moments, sembla que el magma vermell que surt disparat del cràter t’hagi de caure a sobre. I dic magma (líquid) perquè es veu mentre vola com canvia de forma, és com una gota vermella que s’estira i s’encongeix mentre vola. El soroll és eixordador i el vent que bufava a l’esplanada té ratxes que semblen pròpies d’un tifó. Molt recomanable portar roba d’abric, algun paraigües o impermeable i una llanterna per tornar. Tot i que en Jules portava de tot: paraigua i llanterna. Ara, ell va anar en tot moment de màniga curta i descalç. Fins i tot per sobre les roques volcàniques!! Fredes, és clar.
No sabem quantes vegades li vam donar les gràcies per haver convertit un dia una mica descafeïnat en un que no creiem que no oblidarem mai!!



En tornar als bungalows en Daniel i la Marta ens hi esperaven, els  vam explicar emocionats la nostra experiència i els vam tornar a donar les gràcies. Mentre sopàvem al “restaurant” i xerràvem amb en Daniel veiem des de la finestra les explosions del Yasur, però ja no era el mateix. El vam estar contemplant fins gairebé les 11 de la nit, cada explosió era diferent i no volíem que arribés l’última, però teníem que anar a dormir.

El nostre avió, abans de marxar de Tanna.
L’endemà vam sortir ben d’hora dels bungalows ja que l’avió era a les 09:00 i per fer els 20 kilòmetres que ens separen de l’aeroport es triguen unes 2 hores. El transport va tornar a costar 2000 VUV/persona. Va ser un dia llarg: vol de Tanna a Port Vila, de Port Vila a Nadi (Fiji), de Nadi a Brisbane (Austràlia) i passar la nit a l’aeroport.

Des del nostre petit blog volem animar a tothom a visitar Vanuatu (ja sabem que queda molt lluny), perquè realment val la pena i és força diferent a tot. Com bé sabeu els que més ens llegiu només hem recomanat un allotjament en tot el viatge: l’Oka Kartini de Bali, Indonèsia. Però aquest cop hem de tornar a fer una excepció i creiem que no seria just per ningú no recomanar-vos l’establiment den Daniel.  És el més barat de l’illa (tot i ser car), està molt a prop del volcà i tots (en Daniel i les seves filles, la Marta i els seus petits i, sobretot, en Jules) faran que l’estada assoleixi tots els objectius que tingueu (si el temps ho permet). A més, els diners els aniran de conya i sabreu en quines mans van a parar. 











Al marxar de Tanna, a l'aeroport, amb en Daniel.
















Aquí us ensenyem com són els bungalows (Lava View Bungalows) tant per fora com per dintre.



martes, 21 de mayo de 2013

TANNA (I): CELEBRACIÓN CADYA


26 y 27 de Abril 2013             TANNA(I): CELEBRACIÓN DEL KADYA


Nunca imaginamos que Vanuatu podría ofrecernos un día como este.
Celebración del Kadya, Pueblo de Enuak. Tanna, Vanuatu

Tanna, nuestro destino estrella en Vanuatu, es una de las islas más “desarrolladas”. La información en internet de ella es bastante escasa: algunos pocos blogs de gente que ha viajado y algún artículo que relata la experiencia de ver y sentir su volcán Yasur.

No hay mucha información sobre este país en internet,
 pero sus paisajes, su cultura y sobretodo su gente son suficientes
para visitarlo.
Mientras planeamos este destino, tuvimos un importante dilema: “¿coger alojamiento de forma previa o una vez allí como normalmente hacemos?” Y es que todos los blogs que habíamos leído habían ido con todo reservado… Finalmente nosotros únicamente reservamos alojamiento con Lava View Bungalow (4000 VUV/bungalow con desayuno incluido) y la recogida al aeropuerto (2000 VUV/persona/trayecto). Las comidas tenían un precio aparte (comida 700 VUV/persona y cena 500  VUV/persona). Nosotros no cogimos esta opción, preguntamos si podríamos utilizar la cocina y nos dijeron que sí. Así que compramos comida precocinada en Port Vila. Ahora tras nuestra experiencia allí, quizás aconsejaríamos coger la recogida al aeropuerto y un alojamiento para una o dos noches, y organizar el resto de la estancia una vez se esté allí. Y es que Tanna tiene mucho que ofrecer a parte del volcán: trekings que recorren la isla pasando por jungla y ríos, bonitas cascadas y sobretodo enseñarnos la cultura de vivir en plena naturaleza, sus costumbres y el día a día de sus habitantes.

¡¡Trekkings por la naturaleza están asegurados!!.
Camino hacia el pueblo de Enuak, Tanna.
Llegamos al aeropuerto de Tanna, tras un corto viaje en avión desde Port Vila (unos 93€/persona/trayecto, 40 minutos), con una hora de retraso y en medio de la lluvia. El aeropuerto es minúsculo, y como os podéis imaginar, todo funciona de forma rudimentaria. Tras recoger nuestro equipaje salimos y conocimos a Daniel, el propietario de Lava View Bungalow. Nos llevó hasta la pickup 4x4 que nos llevaría hasta el bungalow, situada al otro lado de la isla. Tras los primeros kilómetros la carretera desapareció y continuamos por caminos de tierra que surcaban en medio de la selva, con todo lo que ello implica.  La parte trasera, al descubierto de la pickup, se llenó de gente, que íbamos recogiendo por el camino,  cargados de paquetes. Ellos fueron bajando en diferentes poblados. ¡Tardamos unas 2 horas en realizar tan solo 20 kilómetros! Aunque no vimos mucho el paisaje, porque la noche nos cayó encima, pudimos contemplar las explosiones del volcán bien de cerca, ya que pasamos por su explanada de cenizas. Un afloramiento de nervios y adrenalina nos inundó, ¿qué sentiríamos cuando lo viéramos de cerca, desde el cráter?

La esplanada de ceniza del Yasur, Tanna.
Finalmente llegamos a nuestro alojamiento. Lava View Bungalows están situados justamente enfrente del volcán, encima de una colina. Tal como su nombre indica se puede contemplar el volcán los días y las noches claras desde la ventana del “restaurante”. Este complejo está compuesto por 2 bungalows sencillos, otro que funciona como restaurante y una pequeña caseta también echa de madera con wáter y ducha. Además tiene un pequeño generador que ofrece electricidad unas dos o tres horas al día (de 18 a 20 o 21h). ¡Todo un lujo!, si se tiene en cuenta que allí ningún poblado tiene electricidad y los baños son comunitarios. Está dirigido por Daniel, un pequeño empresario,  y su familia: su hermano Julius, nuestro amigable guía, y su simpática hermana Marta, la cocinera. Tras enseñarnos nuestro bungalow, nos dieron la bienvenida con un collar de hojas y nos invitaron a cenar (arroz, noodles y carne en salsa). Mientras cenábamos, las nubes nos dejaron entre ver alguna que otra erupción el volcán Yasur. Teníamos 3 días enteros por delante y no sabíamos cómo organizarnos, pero Daniel nos dijo que si queríamos podríamos organizarlo todo al día siguiente. Nos fuimos a dormir alrededor de las 22h, ya que hay poca cosa que hacer… sin luz!!

De camino al pueblo de Enuak pasamos por pequeñas aldeas en medio de la naturaleza.
Nos levantamos temprano con ganas de organizar los días y hacer muchas cosas, pero el cielo estaba repleto de nubes que impedían ver el volcán y la lluvia continuaba acompañándonos. Tras el desayuno (leche o café con pan con mermelada), conocimos a Julius, hermano de Daniel, quién sería nuestro guía. Nos estuvo comentando lo que podíamos hacer (ver su baile “tradicional”, ir a un poblado “tradicional”, ir a unas cascadas,..), a parte del volcán. Pero nada nos convencía porque a lo que llamaba tradicional quería decir para turistas, con lo que nos parecía ir a ver un teatro. No era el mejor día para ir a ver el volcán (por la lluvía y la niebla), con lo que le dijimos que queríamos ver su cultura, sus pueblos, su día a día, algo que realmente fuera 100% Tanna. Julius nos ofreció ir a ver la fiesta del Kadya, en el pueblo de Enuak. Este acontecimiento es una vez al año, se juntan los habitantes de Tanna en diferentes pueblos para celebrar la nueva cosecha del taro, un tubérculo muy similar a la patata o al boniato.  Al anochecer bailan sus danzas tradicionales tanto hombres como mujeres y niños. ¡Perfecto!, era exactamente lo que estábamos buscando.
Nos hicimos una pequeña mochila con comida y nos pusimos en marcha. Cómo hemos dicho, no existen carreteras, con lo que el recorrido hasta Enuak (unas 2h) pasa por la selva, subiendo colinas, cruzando varios ríos y pasando por pequeños poblados. ¡Increíbles paisajes! Y siempre con los truenos del Yasur de fondo, ¿quién nos hubiera dicho que allí haríamos un trekking como ese?

Cuando llegamos a Enuak, los niños se quedaron observandonos...
y luego continuaron jugando felices.
Poblado de Enuak.
Llegamos al pueblo de Enuak y enseguida fuimos el centro de atención. Los niños y adultos venían a curiosear alrededor nuestro. Las mujeres estaban preparando la comida todas juntas, el lab lab. Se trata de una pasta formada por leche de coco, pasta de plátano y taro. A veces, también les añaden unas hierbas. Todo ello se envuelve con hojas de plátano, y posteriormente se cuece en un horno de piedras, cubierto de hojas y arena. Llegamos temprano y pudimos ver todo su proceso, incluso yo (Raquel) pude “ayudar” a las mujeres a preparar el lab lab. Preparan comida para todos, de forma conjunta. Los adultos juegan a la pelota con los niños mayores. Pero no con una pelota de plástico, sino con una pelota ecológica, hecha del material que se encuentra en el interior de un árbol (similar al corcho). Los niños juegan con cualquier cosa, incluso con grandes cuchillos (algo que sería escandaloso en nuestro ámbito). Y las niñas juegan con los bebés, son sus “muñecos”.  Pero cuando hay que ayudar todos colaboran: los niños van a por agua, los hombres montan el  horno mientras las mujeres acaban de preparar la comida. Una vez está lista la comida, los hombres van al Nakamal, donde dan gracias por la cosecha y rezan para la siguiente, mientras beben kava. El Nakamal es una esplanada con una caseta donde siempre se reúnen los hombres. Es su centro “religioso” y de reuniones.


Mujeres de un poblado cercano a Enuak preparando el lab lab.

Yo ayudando a las mujeres a preparar el lab lab.

Preparando el fuego para el horno.

Los hombres de Enuak llevando el lab lab al horno.

Una vez calientes las piedras se retiran los troncos,
se pone encima de las piedras calientes el lab lab y
se vuelve a cubrir con las piedras calientes...

Se cubren las piedras con hierba y arena.
Se deja el lab lab cubierto unas dos horas... y a comer!!! 


Cuando llevábamos un buen rato observándolos nos dimos cuenta de un dato muy importante: todos sonreían, parecían ser muy felices, y no vimos ni un niño llorar, a pesar de caerse. No parecían tener preocupaciones, todos viven en comunidad y se ayudan los unos a los otros. ¡Qué diferentes a las sociedades del “mundo desarrollado”!

Marc tiene en sus manos unos de los "pequeños" cuchillos
con los que los niños suelen jugar.
Poblado de Enuak, Tanna.
Empezaba a hacerse de noche, y Julius nos informó que la comida estaba casi acabada y que nos invitaban. No habría danza tradicional, porque el día previo había fallecido un hombre de la comunidad. Nos trajeron kava, incluso para Raquel, y lab lab. El kava tenía un gusto amargo muy similar al que habíamos probado en Fiji, aunque este era mucho más fuerte ya que la lengua se nos empezó a dormir rápidamente. Tras beber kava nos explicaron que tocaba comer el lab lab, el cual tiene muy poco de gusto, no sabríamos como describirlo.  Todo esto lo hicimos rodeados de hombres, ya que las mujeres del poblado tienen prohibido beber kava e incluso ver como los hombres lo beben. La gran mayoría de los habitantes hablan bislama y sus lenguas locales, pero encontramos algunos que hablaban inglés. Estuvimos hablando con ellos e incluso nos invitaron a pasar la noche en la comunidad. ¡Si no hubiéramos tenido las noches  reservadas con Daniel, seguro que lo hubiéramos hecho!

Cómo no habría baile, Julius nos aconsejó volver  antes de que anocheciera y así lo hicimos. Al llegar a los bungalows, ya era de noche, aunque tan solo eran las 19h. Continuaba todo tapado, con niebla y volvía a llover intensamente. Nos dimos una ducha fría (no hay agua caliente) rápida y cenámos. No pudimos disfrutar de las vistas del Yasur, únicamente sentíamos su rugir cada 5-10 minutos.








Aqui os mostramos el resultado de la comida:
- el lab lab (a la izquierda)
- el taro (abajo, a la derecha). Su sabor es parecido al boniato al horno, pero menos dulce.