viernes, 24 de mayo de 2013

AUSTRALIA: CARNARVON NATIONAL PARK Y TAMBORINE NATIONAL PARK


1 al 4 de Mayo 2013         

CARNARVON NATIONAL PARK Y TAMBORINE NATIONAL PARK


A pesar de haber visto mucha naturaleza en Australia durante estos 3 meses, aún nos sorprende gratamente.
Tamborine National Park. 

Después de nuestra escapada a Fiji y Vanuatu, llegamos a nuestra Australia el día  30 de Abril por la noche. Habíamos alquilado un coche para primera hora de la mañana del día siguiente en el mismo aeropuerto, así que pasamos la noche allí. Tanto la terminal de domésticos como la internacional de Brisbane tiene abierto 24h y poseen asientos y sofás, para pasar cómodamente la noche.

Tras unas horas de sueño reconciliador, cogimos el coche con el que iríamos a visitar unos cuántos parques nacionales situados en los “alrededores” de Brisbane los siguientes días.  Nos indicaron una forma sencilla y muy fácil de salir del aeropuerto sin pagar peajes. Teóricamente deberíamos de haber encontrado mucho tráfico, pero es que en Australia no hay colas y colas para moverse en las ciudades como por ejemplo Barcelona… ¡¡únicamente con un poco de movimiento estos australianos se estresan!! Fuimos a casa Pesca, nuestros últimos couchsurfers, para coger la ropa de invierno que habíamos dejado allí. Pudimos ver a unos cuántos de la pandilla, pero fue imposible ver a Jordi… así que quedamos con ellos de volver al cabo de 2 días, antes de marchar hacia los parques nacionales del sur de Brisbane.

A la izquierda, la entrada al amphitheatre.
A la derecha, lugar por donde entra la luz en su interior.
El Amphitheatre, Carnarvon Gorge.
















Tras realizar la compra de comida, nos dirigimos hacia Carnarvon National Park, situado a unos 700 km de Brisbane. Es sencillo llegar a él, únicamente hay que coger la carretera 15 (también llamada M2) para salir de Brisbane hasta Ipswich. Después se cambia a la A2 hasta Roma y finalmente se coge la A7 (o Carnarvon HWY) hasta el parque. Nosotros, el primer día, o mejor dicho lo que nos quedaba de día, lo pasamos conduciendo. Y para los que no se acuerden, como es costumbre, paramos de conducir cuando anocheció por el riesgo de accidente con los millones de canguros que tiene el país.

Uno de los pasos para cruzar el río en el sendero principal de
Carnarvon Gorge.
Nos levantamos con la salida del sol, y tras desayunar nos dirigimos al parque, a la parte más accesible de él, la popular Carnarvon Gorge.  Desde allí parte un desfiladero de  30 km de longitud y 200 metros de altura. Recorrer parte de él se convierte en toda  una emocionante excursión. Además cada persona puede hacer este recorrido a su medida y decidir qué desvíos  descubrir. Nosotros decidimos ir parándonos en cada uno de los desvíos a medida que los encontrábamos ya que íbamos muy justos de tiempo, y no sabíamos si tendríamos suficiente tiempo para verlo todo (22 km, unas 8 horas ida y vuelta). La caminata transcurre entre las dos altísimas paredes del desfiladero, que poco a poco, se van estrechando. Casi todo el trayecto transcurre paralelo a un río, que en varías ocasiones se tiene que cruzar. La vegetación es espectacular, desde helechos reales a pinos australianos, eucaliptos rosados o palmeras gigantes. El desvío del Moss Garden te adentra a un bosque húmedo donde todo está cubierto de una capa verde de musgo, tanto árboles como rocas. También se puede ver una pequeña caída de agua. Nuestro siguiente desvío fue al Amphiatre. Este camino te lleva al interior de una brecha de una de las paredes, donde se ha formado un pequeño habitáculo en el que  entran los rayos del sol.
Art Gallery es una roca
completamente llena de pinturas rupestres como estas.
Carnarvon Gorge.
En el Art Gallery pudimos ver una amplia muestra de pinturas rupestres de los aborígenes y conocer parte de su significado. Los siguientes últimos dos desvíos, la Cathedral cave y Boowinda gorge, (si no es que quieras seguir por  el sendero de largo recorrido) se encuentran un poco más alejados pero vale mucho la pena llegar hasta el último. Nosotros sólo pudimos verlos de forma muy muy  rápida porque no teníamos suficiente tiempo para volver antes de anochecer. La Cathedral cave también posee pinturas rupestres, pero no tan interesantes como las del Art Gallery. En cambio, sólo pudimos ver los primeros metros de la Boowinda Gorge donde otro pequeño desvío, a tan solo 80 metros de Cathedral cave, conduce a otro pequeño desfiladero donde las paredes se juntan y dan lugar a una pequeña Petra en Australia.  Nuestro consejo, si es posible ir primero hasta la Boowinda Gorge o incluso un mirador que hay un poco más alejado (no recordamos el nombre) y  volver parándose en  los desvíos de vuelta para que no os perdáis lo que pensamos que es lo mejor de este desfiladero.
Volvimos muy muy deprisa, pero pudimos pararnos a ver un simpático y atrevido equidna que buscaba hormigas para comer al lado del camino.

Una de las paredes de la garganta, en el Carnarvon Gorge.
Empezaba a anochecer, pero antes de marchar del parque, decidimos ir a la Rock Pool. Una pequeña piscina natural habitada por ornitorrincos; nuestro último animalito exótico que se nos resistía verlo en libertad. Estuvimos sentados y en silencio, vigilando cada centímetro del estanque, hasta que se hizo negra noche. Y decepcionados, ya que solo conseguimos ver unas tortugas, marchamos del parque nacional.

Hicimos pocos kilómetros en la oscuridad, únicamente buscamos un área de descanso donde poder pasar la noche.

Entrada a la Boowinda Gorge.
Carnarvon Gorge. 
El siguiente día, tras unas 7 horas de conducir por las aburridas carreteras de Australia, volvíamos a estar en Brisbane. Nos paramos en el centro Walkabout Creek (6,4 AUD/persona) del Aguilar Range National Park, situado a unos 10 km del centro de la ciudad. Se trata de un pequeño centro donde se pueden ver canguros, aves, wombats, reptiles y, lo más importante para nosotros, ¡¡un ornitorrinco!! La entrada se paga en el mostrador del centro de visitantes, pero pensamos que también es posible entrar sin pagar. De esta forma finalmente pudimos ver este animalito tan y tan curioso con pico y patas de pato, piel de mamífero (con pelo) que nace de un huevo pero son mamíferos, es decir, las crías maman y tienen una urpa venenosa en las patas. Era divertido, no paraba quieto en el agua, no sabemos si buscaba comida o si bien estaba jugando porque en ocasiones se ponía a hacer malabares con un palo.
Tras nuestra misión cumplida, volvimos a Casa Pesca donde pasamos toda la tarde hablando con toda la pandilla, aunque sobretodo con Jordi.








En Aguilar Range National Park también pudimos ver un wombat (a la izquierda) y un wallabie (abajo).




Los siguientes parques nacionales que queríamos ver se encuentran al sur de Brisbane. Nos hacía ilusión encontrarnos con una compañera de universidad de Raquel,  Sara, que casualidades de la vida se encuentra trabajando en la zona de Gold Coast. ¡Un plan perfecto!, por el día veríamos los parques y por la tarde y noche estaríamos con Sara y su familia (Burguer, su marido, y Jon, su hijo de 1 año).

Una cascada en el mismo pueblo.
Curtis Fall. Tamborine National Park.
La mañana del sábado día 4, nos despedimos para siempre de casa Pesca y nos dirigimos al Tamborine National Park. En él se encuentra un pueblo, desde donde salen cortos senderos que te llevan a ver diferentes caídas de agua. En el centro de información nos comunicaron que había varias zonas de los trekkings cerrados a causa del temporal de lluvia que hubo en enero, así que tuvimos que adaptarnos un poco a las opciones.  Dejamos el coche en el parking de información y decidimos ir caminando a las rutas. Primero realizamos la Witches Falls, donde pasamos sin darnos cuenta por el sendero cerrado. Te lleva por un bosque altísimo, con frondosa vegetación, helechos e higueras estranguladoras que abrazan y quitan la vida a enormes árboles. La cascada no está mal, pero el sendero nos pareció muchísimo más espectacular. Tras comer, decidimos quemar las calorías caminando por el rainforest y disfrutando de sus vistas. También pudimos  ver enanísimos wallabies.  Para acabar fuimos a ver la catarata de detrás de la iglesia del pueblo, las Curtis Falls. Pasamos  de andar por la calle a sumergirnos en un frondoso bosque que nos llevó a una bonita caída de agua.

Aquí se puede ver como la higuera abraza a un árbol.
Higuera estranguladora. Tamborine National Park.
                                                                                   
El sol comenzaba a bajar, así que decidimos irnos hacía casa de Sara por la carretera de la costa. Pudimos ver los edificios altos e iluminados de Surfers Paradise… Nunca hemos estado en Benidorm, pero pensamos que seguramente es muy similar a lo que vimos aquí… Llegamos a casa de Sara sin perdernos y justo cuando ellos también llegaban. ¡Cuánto tiempo sin vernos! ¡Quién nos diría que nos volveríamos a ver en la otra punta del mundo! Enseguida nos hicieron sentir como en casa y en familia. Y pasamos toda la cena y noche hablando, poniéndonos al día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario