miércoles, 8 de mayo de 2013

AUSTRALIA: BRISBANE


11 al 16 de Abril 2013                     BRISBANE 


Vistas del centro de Brisbane desde Kangaroo Point.
Sin darnos cuenta se nos había pasado el mes y medio en casa de Sam. Este periodo había sido intenso para nosotros tal y como explicamos en la entrada correspondiente (Curso de Inglés en Adelaide). El mismo día que terminamos el curso, tras hacer las maletas y despedirnos de la gente, dijimos adiós a Adelaide y cogimos el avión con destino a Brisbane. Llegamos a medianoche, y aunque teníamos couchsurfer en la ciudad, decidimos dormir en el aeropuerto para no llegar a horas  intempestivas.  Unos “cómodos” sofás en la terminal de vuelos domésticos nos facilitaron descansar la noche.

Una forma de descubrir Brisbane es paseando por sus calles.















A la mañana siguiente, empezó nuestro primer reto del día: cómo salir del aeropuerto de Brisbane sin pagar una pasta por el tren o autobús (15 AUD/persona hasta la ciudad y en nuestro caso unos 19 AUD/persona hasta la casa de nuestro couchsurfer). Y es que Brisbane, al igual que Sydney, el precio del transporte público se dispara cuando se sale o se entra al aeropuerto (casi 3 veces más de lo que cuesta si te bajas en la parada de antes del aeropuerto). La oficina de turismo nos fue de poca ayuda porque únicamente nos dijo que el tren era la opción más barata, y no nos dio ninguna otra opción. Aunque nos explicó que existe la tarjeta “go card”  con la que los billetes son más económicos. Cuesta 5 AUD (de depósito) y viene cargada con 25 AUD más, es decir, finalmente se paga 30 AUD. Lo importante de esta tarjeta es que cuando marchas puedes devolverla, y te abonan el crédito que te haya sobrado y los 5 AUD de depósito. Nos pareció muy interesante y decidimos comprarla.

Entre "altos" edificios encuentras iglesias como esta.
Tras mucho pensar como marchar de allí, mirar el cielo porque amenazaba con lluvia y meditar los pros y los contras, decidimos salir caminando del aeropuerto hasta la parada más cercana de transporte público, situada a unos 7 km. Tardamos una hora en llegar…, bastante aceptable, lo único negativo fue que en los últimos 5 minutos nos cayó un diluvio que nos empapó enteros. Pero el objetivo lo cumplimos, cogimos dos autobuses y un tren para llegar a casa de nuestros couchsurfers, y ¡todo ello nos costó menos de 5 AUD a cada uno! Además el conductor de uno de los autobuses se puso a hablar con nosotros y nos indicó una forma de llegar/salir del aeropuerto igual de barata y sin andar: solamente hay que coger un autobús que te lleve hasta la zona comercial llamada DFO, cerca del aeropuerto, y de allí parte un autobús totalmente gratuito que va tanto a la terminal internacional como doméstica del aeropuerto. Para aquellos que estén interesados, dejamos aquí un enlace con la página de transporte urbano de Brisbane (www.translink.com.au): con tan solo poner el punto de partida y el final (uno de ellos será DFO según se marche o vaya al aeropuerto) te indica qué autobuses o trenes hay que tomar.

Llegamos a casa de nuestro couchsurfer y conocimos a la gran familia con la que pasaríamos los siguientes 4 días: Mike(Autralia) y Ana (Guatemala), Cecile (Bélgica) y Toby (Inglaterra), Enricco (Italia), Umud (Turquia), Victoria (Rusia), Ryan (Nueva Zelanda) y Jordi (de nuestra tierra, de ¡¡Tarragona!!). Multicultural, jóvenes y con muy buen rollo entre ellos. Como es normal, fue con Jordi con quién más hablamos y nos relacionamos. ¡El mundo es un pañuelo! 

¡¡El mundo es un pañuelo!!
Alguno de Tarragona seguro que conoce a Jordi,...
Él, junto con sus compañeros de piso, dió un toque diferente a nuestra estancia en Brisbane.

Y hablando vimos que incluso tenemos conocidos en común… ¡Increible! Él, como pensamos que habrá muchos tantos, decidió ser valiente, cambiar de país y buscar una mejora laboral. Y en ello está… (¡¡Muchísima suerte, Jordi!!) Sin darnos cuenta pasamos todo el primer día hablando con todos ellos… desde el primer momento nos hicieron sentirnos parte de la familia.

Al día siguiente, la lluvía decidió por nosotros y nos “obligó” a no movernos de casa. Intentamos tomarlo con tranquilidad y relax… Buscamos un dentista para mi (porque una muela me estaba fastidiando los días y las noches), socializamos con la gran familia, compartimos comidas y pasamos la tarde viendo “Cocodrilo Dandee” (¡en inglés!).

Aunque Brisbane no está en la  costa tiene una fantastica "playa"
desde donde se tienen vistas al centro finanaciero.

El tercer día en Brisbane pudimos disfrutar de la ciudad de la mejor forma posible: caminando todos sus rincones. Paseamos tranquilamente por el South Bank Parklands. Se trata de una zona verde que bordea la orilla oeste del río Brisbane, donde puedes encontrar de todo: desde barbacoas con sombra, bosques pluviales y hasta una playa artificial con unas vistas al centro de la ciudad increíbles.



Este edificio era el Edificio del Tesoro,
pero en la actualidad es el Casino.
Cruzamos el río por el Victoria Brigde, que te lleva directamente a la zona peatonal del centro de la ciudad. Como en Adelaida, pudimos ver arte callejero en todos los rincones. Tras ver la fachada de estilo renacentista italiano del Treasury Building decidimos entrar en él. Hoy en día, también guarda mucho dinero, pero de forma diferente, ya que es el Casino de Brisbane. No pudimos ver su interior, ya que no nos dejaron entrar con la mochila.

Mirador del Roma Street Parkland.

Continuamos caminando por sus calles y nos dirigimos a Roma Street Parkland, uno de los jardines subtropicales urbanos más grandes del mundo. Era mediodía y mucha gente acudió a él para comer. Como muchas otras zonas, también dispone de barbacoas gratuitas, un lago rodeado de césped donde montar un picnic y jugar con los niños y unos caminos que pasan por bosques inimaginables en nuestro país. Mientras paseamos pudimos descubrir centenas de largatos (nombre científico: Phisignatus) de colores intensos tomando el sol tranquilamente, sin que nadie los molestara.

Uno de los tantos Phisignatus que toman el sol sin vergüenza en el Roma Street Park.

A la salida de este jardín, pasamos por delante del Ayuntamiento. Intentamos apuntarnos a una de las visitas gratuitas que hay del edificio y de la torre del reloj, de donde se dice que las vistas son magníficas, pero estaba todo ocupado.

Ayuntamiento de Brisbane.
Nos dirigimos al lado este de la ciudad para ver el mercado de James Street, abierto todos los días, y conocido por ser el paraíso del gourmet. A nuestro parecer, un poco exagerado, se trata de unos restaurantes y una tienda donde puedes encontrar “delicatesens” carísimas...

Seguimos el consejo de Jordi, y decidimos ver la ciudad desde el río Brisbane. Hay varias empresas que ofrecen un viaje por el río. Nosotros lo realizamos con la empresa que es gratuita, City Hopper (el ferry rojo), que solo cubre un “pequeño” tramo que va desde el Victoria Bridge hasta pasado el Story Bridge, donde realiza diferentes paradas. Pudimos sentarnos en la parte superior, disfrutar del fresco y de otro punto de vista de la ciudad. ¡Recomendable!
En este ferry se disfruta de un tranquilo
 y bonito recorrido gratuito por el río Brisbane.

Para acabar el día vimos el Jardín Botánico, pero estábamos tan cansados, y los otras dos zonas verdes de por la mañana nos habían sorprendido tan gratamente, que no nos pareció nada especial.

Cuando llegamos a casa, pillamos la “Cena familiar y la sesión cine”. Mike y Ana, junto con la ayuda de los demás, habían preparado unos riquísimos pastelitos de hojaldre salados y dulces, que nos llenaron los estómagos mientras vimos una película “made in Australia”. Bonito punto final para este día.

Nuestro cuarto día y último día en Brisbane fue día de “dentista”. Nos pasamos toda la mañana buscando un dentista que me calmara el dolor de muela. Por suerte, lo encontramos…

Sólo nos quedó la tarde para ver un poco más de Brisbane. Decidimos ir a ver el atardecer desde los acantilados de Kangaroo Point, situados en la orilla sur del río Brisbane. Desde aquí hay una espectacular vista nocturna del centro, además de unos caminos verdes a pie de río.

Vistas del centro financiero de Brisbane desde el ferry.

Tras 3 meses en Australia (el tiempo se nos ha pasado volando) nos tocaba marchar porque nuestro visado se acababa. Como ya avanzamos, decidimos añadir dos nuevos destinos a nuestra ruta de la vuelta al mundo, Fiji y Vanuatu y dejamos para otra ocasión Papúa-Nueva Guinea.  La mañana del día 16 de Abril, tras despedirnos de todos, nos dirigimos al aeropuerto (de la forma económica que hemos explicado arriba) y partimos hacia Fiji.

No nos despedíamos del todo de Australia. Tras Vanuatu volveremos a Brisbane donde tenemos pensado alquilar un coche y ver una pequeña parte del estado de Queensland. Y después de esto, diremos “adiós” a Australia, para seguir nuestro viaje por Nueva Zelanda.

El centro financiero de Brisbane se ilumina al anochecer.
Vistas desde el Kangaroo Point.

4 comentarios:

  1. Quina il.lusió em fa llegir la vostra aventura!!! Que cada dia sigui un nou repte és fantàstic..i crec que ho esteu aconseguint!
    I a més a més, haver pogut parlar amb tots vosaltres em va fer molta il.lusió..va ser una gran sorpresa!!!! el món és molt gran però en el fons...com diu la dita: és un mocador!!!! jeje Segur que us vau sentir com a casa!!!
    Llàstima del dentista, oi? però també és tota una aventura!!!
    Isabel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A nosaltres també ens va fer molta il·lusió poder parlar amb tu, no ens ho espràvem. De sobte el Jordi ens va dir que trucava!!! El Jordi ens va fer sentir com un més de la gran casa en la que viu. Tots són genials. Esperem poder tornar a veure'l algun cop tot i que sabem que cada cop estem més lluny... Desitgem amb totes les nostres forces que es puguin cumplir tots els seus somnis!!

      Gràcies per seguir-nos, això ens fa seguir endavant. Encara no ens podem creure que parléssim per telèfon... Com són les tecnologies!!

      T'escrivim des de Queenstown, a Nova Zelanda. Amb un fred que fa por!! Molts petons!!!

      Eliminar
  2. Ja sabeu que sempre sereu benvinguts a Casa Pesca! Va ser un plaer tenir-vos com a hostes. Potser quan torneu a la segona volta al món ;-)
    Molta sort amb les meravelles que encara us queden per descobrir. I records a Rapa Nui!
    Jordi

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gràcies Jordi. Per nosaltres també va ser una gran experiència estar a casa Pesca. Vam poder compartir la nostra estada a Brisbane amb un grup de gent molt especial i et vam poder conèixer a tu... No és fàcil trobar algú que viu a la Rambla Vella a l'altra punta del món!!

      Ens veiem a la segona volta al món... O quan vinguis de visita a Tarragona!!

      Eliminar