viernes, 10 de mayo de 2013

FIJI (II)


19 al 25 de Abril de 2013      NANANU-I-RA, SUVA I PACIFIC HARBOUR

¡¡Por fin estábamos en una isla de Fiji totalmente de relax!!
Nananu-i-ra.

Como hemos dicho anteriormente, en Fiji intentamos salir de lo más turístico (por sus precios desorbitados para nuestro presupuesto) y lo conseguimos. Pero lo más importante es que también lo disfrutamos al máximo. Durante estos días en Fiji seríamos tres en vez de dos, ya que Josepha se nos unió en este tramo. Ella es alemana y tiene 20 años, lleva 18 meses viajando por Sudáfrica, Asia y Oceanía, y tiene pensado continuar su proyecto hasta noviembre de este año. Sus próximos destinos son Estados Unidos, México y Centro América.  Como podéis suponer, su mentalidad no es la de una cría de 20 años, sino mucho más madura y tiene montones de aventuras que contar.

Algunas de las casas que se encontraban cerca de la carretera.
La mañana del 19 de Abril, nos despedimos de todos, aunque podéis suponer no fue nada especial, y los tres nos dirigimos a coger el autobús. Nuestro próximo destino era Nananu-i-ra, una pequeña isla al norte de Viti-Levu que aparentemente era también paradisíaca. La idea de ir allí, la tuvimos al leer el blog de Marcando Polo, una pareja argentina que viaja con presupuestos ajustados alrededor del mundo. El día previo habíamos hecho la  reserva en MacDonald Bungalows (28 FJD/persona en dormitorio con baño y cocina privada).  Nos llevamos comida para pasar 3-4 días y así no tener que gastar más. Y además este alojamiento ofrece cayacs gratis.

Vistas desde el puerto Ellington Wharf.
La mañana la pasamos de autobús en autobús: de Malawi (donde estábamos) a Namaca (0,7FJD/persona), de Namaca a Lautoka (2,4 FJD/persona) y de Lautoka a RakiRaki (8 FJD/persona). De allí cogimos un taxi (15 FJD/viaje) hasta Ellington Wharf. El mismo taxista nos llamó a MacDonals para que nos vinieran a buscar en barca. Desde este pequeño y provisional “puerto” se aprecian unas vistas increíbles: valles y montañas verdes que se reflejan en un agua turquesa y clara.  El trayecto en barca (40 FJD/ida y vuelta/persona) dura unos 15-20 minutos. Durante el paseo en barca nos dimos cuenta que no nos habíamos equivocado: aguas cristalinas y playas de arena blanca rodeaban toda la isla, y su interior era de un verde intenso. Nos dieron la bienvenida y nos enseñaron nuestra habitación: ¡otra nueva sorpresa! No era una habitación grande con literas… sino que era un espacioso bungalow con 3 camas individuales, una cocina de gas con una pequeña nevera y un cuarto de baño. Teníamos agua potable gratis. Y nuestro porche tenía una mesa y sillas para comer tranquilamente. ¡Genial!

Esta era nuestra vista desde las hamacas del complejo Mc Donald.

Finalmente pasamos 4 noches en este paraíso. Nuestros días eran tranquilos, paseamos parte de la costa de la isla, subimos a la colina para disfrutar de sus vistas, tomamos el sol, recorrimos parte en cayac e hicimos snorkel. Este último fue lo que se podría decir que fue más flojo o que no supimos encontrar el lugar donde realizarlo. Después de buscar y  buscar, nos dimos cuenta que el mejor sitio para hacer snorkel lo teníamos justamente enfrente, en el embarcadero: estrellas de mar, peces de colores, pepinos, corales diversos,… ¡¡incluso hasta peces escorpión y una manta llegamos a ver!!



Así era nuestra pequeña "casa" (bungalow) en
Mc Donald, en Nananu-i-ra.



Hicimos kayaking por la isla de Nananu-i-ra, pero solo un poco...
no somos muy buenos ¡¡coordinandónos!!

El alrededor de la isla no era todo playas, sino que
también había manglares y zonas rocosas.

En medio de la playa podías encontrarte
columpios colgados de palmeras como este.

El agua era clara y transparente. No había muchísimo coral,
pero si caminabas un poco se podían ver estrellas y peces de colores.

En la isla hicimos nuevos amigos que no nos abandonaban durante todo el día.

Y como en todas las bonitas islas, los cocoteros forman parte de su encanto.

Durante nuestra estancia allí preguntamos qué más podíamos ver por las Fiji y que no fuera carísimo. Un amable señor nos recomendó dos sitios más: Colo-i-suva, montaña cercana a Suva (la capital) y Pacific Harbour, una villa costera. Dudamos entre ir a Mana (la isla de las Mamanucas que nos habían intentado vender) o ir a estos dos sitios. Finalmente, los tres, decidimos continuar por lo inusual…

¡¡El anochecer en Nananu-i-ra es merecedor de unas cuántas fotos de postal!!


Nos despedimos de la isla, volvimos hasta RakiRaki, donde cogimos un bus hasta Suva (12,9 FJD/persona). Llegamos a Suva alrededor de medio día. Buscamos un internet café para mirar el alojamiento en Colo-i-suva que nos habían recomendado, Raintree Lodge (25 FJD/dormitorio/persona). Parecía interesante. Estaba situado justamente en la entrada de una montaña donde se podía hacer senderismo, y se encontraba a tan solo unos 15-20 minutos en autobús de Suva. ¿Por qué no? Podría ser interesante, además de diferente. ¿Quién diría que habíamos ido a Fiji y nos habíamos puesto a hacer senderismo? Lo que no tenía era cocina, pero bueno, ya nos lo arreglaríamos de alguna forma… Comimos muy cerca de la estación de autobuses por tan solo 6 FJD, y nos llevamos comida para la noche. ¡Seguro que en el restaurante nos la calentarían! Buscamos el autobús que fuera hasta allí (2 FJD/persona el bus expres y 1,15 FJD/bus normal) y marchamos.

Nuevamente nos colocaron en una habitación de 3 persona por el precio de dormitorio, y es que solo estábamos nosotros y una familia.  Como anochece temprano, alrededor de las 6 de la tarde, decidimos quedarnos ya por allí. Este alojamiento ofrece muchas cosas: piscina, un lago para pescar (y ¡si pescas algo te lo cocinan!), billar, ping pong, películas de DVD e internet a un precio asequible (5 FJD/día). Además nos dijeron que no había ningún problema por calentarnos la comida…

¿Os imaginabais unas Fiji así? Nosotros tampoco...
Raintree Forest Park, Colo-i-Suva.

"Perdidos" en la selva de Fiji, Raintree Forest Park. Colo-i-Suva.

El camino por la selva también presentaba interesantes cruces con el río.

Agua dulce en las Fiji también es posible.
Un refrescante baño en las piscinas naturales del Raintree Forest Park, Colo-i-Suva.

Al día siguiente , por la mañana temprano, nos dirigimos al Raintree Forest Park. Hicimos las dos caminatas que ofrecen por dentro del bosque. La primera te lleva entre caminos selváticos hasta una cascada. La segunda, y menos señalizada, te lleva hasta el río donde forma unas pequeñas piscinas. Como el día era caluroso y muy húmedo, Josepha y yo, nos dimos un refrescante baño… Marc prefirió caminar un poco más allá.

Cambio  de la guardia en la puerta del Goverment House, en Suva.
Era mediodía cuando acabamos, así que decidimos ir a la ciudad, Suva, comer allí y pasear por sus calles. Este día probamos el famoso “Lolo Fish”, es decir, pescado hecho con leche de coco. ¡Riquísimo! y por tan sólo 6 FJD (no 14 FJD como nos querían cobrar en el restaurante de Mitch…) Fuimos a ver la catedral de Suva, caminamos por su “paseo marítimo” y vimos el cambio de la guardia en la puerta del Goverment House. Divertido, esto último, ya que los mismos militares se partían de la risa cuando lo hicieron…

Catedral de Suva.
Al día siguiente dimos por finalizado Suva, y nos dirigimos a Pacific Harbour (autobús 4,8 FJD/persona), a una hora de autobús. Era nuestro último día en Fiji, y queríamos darnos la oportunidad de ver algo más. Pacific Harbour es una pequeña villa costera, con aparentemente playas y snorkell bonito, dirigido principalmente al turismo. Hay varias opciones de alojamiento, nosotros elegimos Oceanus Club, un pequeño resort, situado al lado del río y a tan solo 5 minutos andando de la playa. Elegimos la opción más económica (dormitorio, 35 FJD/noche con baño y cocina). Aquí sí que nos situaron en dormitorio, pero éramos poquitos: nosotros 3, otra chica alemana y un chico francés afincado en Noumea, Nueva Caledonia.

El día estaba nublado y es posible que no hiciera justicia al lugar. Paseamos tranquilamente por su playa de arena blanca, desierta. No había nadie. El agua estaba revuelta y este día no era de color turquesa… Finalmente pasamos la tarde, todos juntos (los cinco del dormitorio) hablando al lado de la piscina, donde hay una pequeño “chillo out”.

Al día siguiente, nos despedimos de Josepha, y cogimos temprano el autobús (12 FJD/persona) hacia el  aeropuerto de Nadi. Tras 4 horas de autobús, pasando entre la costa, bosques y pequeñas villas, llegamos al aeropuerto. Había finalizado nuestra experiencia en Fiji… Diferente a la mayoría de turistas, pero genial para nosotros… Nos quedamos con ganas de ver diferentes a los habituales.

Sin darnos cuenta, los 10 días en Fiji pasaron volando...
día tras día, anochecer tras anochecer... en relax y buena compañia.
Atardecer en Nananu-i-ra.

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