miércoles, 28 de agosto de 2013

ECUADOR: CUENCA, INGAPIRCA Y PARQUE NACIONAL CAJAS

23 al 25 de Julio del 2013


CUENCA, INGAPIRCA Y PARQUE NACIONAL CAJAS

Vistas de la Catedral Vieja de Cuenca.

Basílica del Perpetuo Socorro, Cuenca.

A la mañana siguiente, tras la borrachera del mal de altura, Marc se encontraba mejor y decidimos marchar a Cuenca, la última ciudad que visitaríamos en Ecuador. Desayunamos con Marcelo y nos llevó a la terminal de autobuses donde compramos el billete (Riobamba-Cuenca  6 USD/persona y 6 h de trayecto).

Cuenca es la tercera ciudad más grande de Ecuador. Habíamos escuchado que tiene un encanto especial, y que muchos viajeros la comparan con Quito por sus edificios y calles coloniales. ¿Sería así?

Llegamos por la tarde, y aprovechamos a pedir información en la oficina de turismo de la terminal. ¡Impresionante!, su eficacia y organización… todas nuestras dudas sobre transportes y lugares fueron resultas en pocos minutos. Cogimos el autobús para ir al centro (0,25 USD/persona) y nos dirigimos a la zapatería de Mario y Patricio, nuestro couchsurfers en esta ciudad. Son una pareja simpática, con un humor muy especial… ¡en ocasiones nos costaba saber si hablaban en serio o en broma! En cuanto cerraron su tienda, marchamos para casa y nos dieron la bienvenida con una riquísima cena y entretenida charla sobre viajes.

El día siguiente, nos levantamos temprano para coger el autobús de las 9 a.m que sale desde la terminal de Cuenca a Ingapirca (2,5 USD/persona,2 h). Es una tranquila aldea indígena donde se encuentra una de las mejores ruinas de la época cañari e inca (S.X-XV) conservadas del Ecuador. La entrada a las ruina (6 USD/personas y 3 USD/estudiantes) incluye un guía que realiza una breve descripción de todos los monumentos de piedra que podemos observar allí: una tumba funeraria de una sacerdotisa, piedras donde molían el maíz para hacer la chicha, los calendarios lunares, un reloj lunar, diferentes vestíbulos y habitaciones y el templo del sol. ¡Interesante! Y mucho más didáctico que viéndolo por libre. Explicó que inicialmente las ruinas pertenecieron a la época cañari, caracterizado por adorar al dios luna y a la plata, y se pueden ver algunas características en el templo del sol (puertas/ventanas con ángulos de 90º); después fueron invadidas por la cultura inca, caracterizada por adorar al dios sol y al oro, y se puede observar este cambio también en el templo del sol, ya que algunas puertas y ventanas son de forma trapezoidal. Todo fue realizado con piedra volcánica y no se utilizó ningún tipo de cemento para unirlas entre sí. Aún existen algunas zonas que se desconoce su significado o función. 





Templo del Sol, ruinas de Ingapirca.

Cara del Inca, en las ruinas de Ingapirca.


Pudimos disfrutar de estas ruinas con una pareja de profesores gerundenses… Como quedó un poco de tiempo antes de coger el autobús de vuelta (sólo había uno a las 13h), fuimos a ver la Cara del Inca, unos metros más alejada. Mientras caminamos juntos, compartimos consejos de viajes y nos dieron ideas para un futuro.



Al llegar a Cuenca aún nos quedaban unas pocas horas de sol y decidimos aprovechar para pasear por sus calles y visitar el Museo del Banco Central (entrada gratuita). Cuenca tiene muchos pasajes y callejones estrechos, con estructuras coloniales,.. pero no nos gustó tanto como Quito. En el museo hay varias exposiciones: la de la moneda, las diferentes etnias que conviven en el país, de arte y pintura, de música,… que son interesantes. También tiene una parte externa con diferentes secciones: restos de ruinas incas, un bonito parque verde y un parque con pájaros de la región (loros, tucanes, aves rapaces,…). Recomendable. 
Llegamos cansados a casa, donde esta noche preparamos nosotros la cena a nuestros anfitriones.

No tuvimos un bonito día: cielo tapado, niebla y frío... Pero si nos gustó así, ¿cómo hubiera sido con sol?
Parque Nacional Cajas.


El día 25 de Julio fue nuestro último día en Ecuador, el país que gratamente nos había sorprendido… Por la mañana, fuimos a la Feria Libre, a coger el único autobús que lleva hasta el Parque Nacional Cajas (entrada gratuita): autobús de la cooperativa Occidental (1,5 USD/persona, 1 hora). Hay pocos horarios de ida y es importante llegar temprano si se quiere  realizar algún sendero de 2-3 horas, ya que a partir de las 3 pm la niebla cubre el valle totalmente.

Parque Nacional Cajas.
Al bajar del autobús nos dimos cuenta que conocíamos la otra pareja que también había bajado: Loli y Daniel, una pareja aventurera andaluza. Nos habíamos conocido días antes en el volcán Chimborazo. Los cuatro nos registramos en la oficina y nos dieron un mapa con rutas. No era buen día, porque todo estaba cubierto de niebla, pero nos aconsejaron un sendero (numero 1,  unas 2 horas) en el que tendríamos posibilidad de ver lagos y valles. Es sencillo y sin dificultad, aunque la altura se deja notar en las subiditas… Observamos lagos, ríos, valles con vegetación baja, cactus y árboles de papel... y también alguna llama se dejó ver. Los colores estaban en parte apagados por la ausencia de rayos del sol, aunque a pesar de esto, el paisaje era espectacular.

Pasamos una agradable mañana con Loli y Daniel, nuestros futuros vecinos...
Parque Nacional Cajas.

Compartimos toda la mañana con ellos e incluso volvimos juntos a Cuenca haciendo dedo. Una ranchera nos recogió a los cuatro y nos llevaron hasta la ciudad donde nos separamos. Ellos marchaban a ver unos pueblos indígenas de los alrededores y nosotros aprovechamos para conocer mejor las calles de Cuenca. ¿Nos volveríamos a ver? Quién sabe, el mundo es demasiado pequeño...


Pasamos la tarde caminando sin rumbo por Cuenca, viendo sus edificios y su cantidad de Iglesias... Llegó el momento de despedirnos de nuestros anfitriones; Mario y Patricio, y también del Ecuador. Esa noche cogimos el autobús que nos llevaría hasta Perú, concretamente Chiclayo (20 USD/persona).


Al inicio o final de nuestra caminata por la ruta 1, en el Parque Nacional Cajas.

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