18 y 19 de Julio del 2013
BAÑOS
Continuamos nuestra ruta por la sierra del Ecuador, dirigiéndonos a Baños.
Es un pueblo situado en un valle, no muy grande, turístico, con aguas termales
y muchas cascadas a su alrededor. Se encuentra a pie del volcán Tungurahua, uno
de los volcanes activos que posee Ecuador. Justamente, hacía 4 días, se había
activado provocando un movimiento de tierra y una salida de ceniza volcánica
que se pudo ver, incluso, desde Quito (aunque nosotros no lo vimos). A pesar de
su localización, hay poco riesgo de catástrofes ya que está situado en el valle
opuesto donde sale el magma y se dirige normalmente la columna de ceniza.
Basílica de Baños de Agua Santa. |
Este día hicimos poca cosa. Nos dirigimos a la oficina de turismo que nos
facilitó toda la información que necesitamos para ir por libre a ver algunas de
las cascadas. Comimos pollo con patatas al lado de la estación y pasamos el
resto de la tarde en las aguas termales
el Salado (3 USD/persona y gorro de
plástico 0,25 USD). Consta de 6 piscinas con diferentes temperaturas y unas
duchas de chorro de agua fría. Llama la atención que las dos más calientes son
de color marrón tierra ¿por qué? Aún seguimos preguntándonoslo…
A la mañana siguiente, fuimos a primera hora al mercado central y desayunamos hornado. Un plato tradicional de la sierra que consiste en torta frita de papas, choclos (maíz hervido), ensalada y chancho (cerdo) asado al horno. Extraño desayuno para nosotros, pero ¡delicioso! También compramos pan y queso para preparar unos bocadillos para comer. Esta mañana probamos el famoso caramelo de Baños: la “melcocha”. Los habitantes trabajan su masa desde un clavo en la pared, estirándolo de forma continua para mantenerlo caliente y blando, y finalmente cortan trozos y les dan forma. Está el caramelo tradicional de melcocha, sin aditivos, pero también puedes encontrar de sabores. Es duro, pero muy rico.
Si os fijáis en la roca podréis ver el porqué del nombre de esta catarata. Mirador de la cascada Pailón del Diablo. |
A la mañana siguiente, fuimos a primera hora al mercado central y desayunamos hornado. Un plato tradicional de la sierra que consiste en torta frita de papas, choclos (maíz hervido), ensalada y chancho (cerdo) asado al horno. Extraño desayuno para nosotros, pero ¡delicioso! También compramos pan y queso para preparar unos bocadillos para comer. Esta mañana probamos el famoso caramelo de Baños: la “melcocha”. Los habitantes trabajan su masa desde un clavo en la pared, estirándolo de forma continua para mantenerlo caliente y blando, y finalmente cortan trozos y les dan forma. Está el caramelo tradicional de melcocha, sin aditivos, pero también puedes encontrar de sabores. Es duro, pero muy rico.
Tuvimos curiosidad y fuimos a ver la cascada de cerca... Puente colgante de la Isla del Pailón del Diablo. |
¡Parece una imagen sacada de un cuento! Vistas de la catarata del Pailón del Diablo de cerca. Enfrente de nosotros había otra plataforma de observación. |
Cogimos el autobús de vuelta a Baños, pero nos bajamos a medio camino (0,25
USD/persona), donde se encuentra la cascada del Manto de la Novia. Después de
lo que habíamos visto no nos pareció muy espectacular… Nosotros únicamente la
miramos desde enfrente, pero también se podía cruzar hasta ella con una
tarabita o con tirolina (no preguntamos
precio).
Justamente debajo de la cascada del Pailón del Diablo. |
Volvimos a coger el siguiente autobús hacia Baños (0,25 USD/pers). Es bonito observar el paisaje: valles verdes y frondosos y cataratas en cualquier momento… Caminamos tranquilamente por sus calles, mirando alguna de sus iglesias: eran sencillas y tenían personas orando y cantando en su interior.
Mientras esperábamos a que las nubes nos dejaran ver al volcán Tungurahua hicimos un nuevo amigo. Mirador Bellavista, Baños. |
El volcán Tungurahua había estado tranquilo esos días. No habíamos escuchado ninguna explosión, aunque los habitantes de Baños nos dijeron que se podría observar la salida de humo de su cráter. Así que, aunque las nubes estaban bajas y había niebla, decidimos subir al uno de los miradores, concretamente al Mirador Bellavista. Hay un sendero, de menos de 2 km, que te lleva desde el centro a la cima donde se encuentra el mirador. Es empinado, pero nos pareció bastante asequible. Al llegar arriba, se tiene vistas del todo el pueblo, rodeado de montañas sus 360º. Buscamos el volcán,… pero no conseguíamos localizarlo. Finalmente pedimos ayuda a una mujer que vivía allí y ofrecía bebidas calientes y aperitivos… El volcán se encuentra a la derecha del pueblo, pero las nubes lo cubrían totalmente. Nos hizo prestar atención y escuchamos sus rugidos. ¡Queríamos verlo!, Esperamos más de una hora, pero las nubes continuaban ocultándolo y el sol comenzaba a marchar. Así que decepcionados, decidimos bajar y dar por finalizado el día.
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