miércoles, 17 de octubre de 2012

JAPÓN: MIYAJIMA

9 de septiembre 2012                   MIYAJIMA


El día siguiente, tal y cómo habíamos planeado, fuimos a la isla de Miyajima. Se trata de una pequeña isla declarada Patrimonio Mundial por la Unesco; sobre todo es conocida por su santuario Itsukushima-jinja, que parece flotar en el mar cuando la marea es alta, y su puerta, la torii, de color rojizo situado en la parte más adentro del mar es una de las imágenes más fotografiadas de Japón.

Miyajima. Saludando a unos simpáticos "bambies".
En la misma estación de buses y tren de Hiroshima, compramos un ticket combinado que nos incluía los transportes necesarios para llegar a la isla (tranvía y ferry) por 890  ¥. El recorrido en tranvía es largo, dura una hora aproximadamente, y te lleva hasta el puerto donde coges el ferry. Al llegar a la isla, preguntamos cuando era la mejor hora para fotografiar a la torii (cuando la marea está más alta, las 15:43) y empezamos nuestra visita.

Tan sólo llegar a la isla nos encontramos un montón de simpáticos ciervos alrededor del puerto y las calles de comercios, y no hay ningún problema para tocarlos. ¡Ellos sólo buscan algo para comer! Se comen lo que sea, incluso llegamos verlos comer cartones y plástico.


Llegando a la cima del monte Misen.
Caminamos por la calle principal hasta la entrada al santuario Itsukushima. Dirección al mar se encuentra su torii de entrada. No entramos al santuario ya que no nos pareció muy interesante y era bastante caro (600 ¥). Tras realizar unas cuantas fotos a la torii, nos adentramos en la isla con la intención de realizar el ascenso al monte Misen con nuestros propios medios: ¡los pies! También puedes subirlo en un teleférico (1000/1800 ¥ ida/ida y vuelta), pero nosotros recomendamos hacerlo a pie. El camino está muy bien señalado, sólo hay que ascender un desnivel de unos 500 metros, y su paisaje, un bosque muy frondoso con ardillas corriendo por las ramas de los árboles y el canto de los pájaros, hacen que sea muy ameno y agradable esta caminata.

En el ascenso conocimos una chica de Madrid. Aunque en Japón hay muchos turistas, incluido españoles,  siempre es agradable hablar y compartir momentos con otras personas. Estuvimos explicando los sitios que habíamos visitado y sobretodo de lo carísimo que es este país hasta la cima. Una vez allí nos separamos porque ella tenía que volver a Osaka esa misma tarde.

Vistas desde la cima del monte Misen.
Unos metros antes de llegar a la cima, se encuentra un templo donde cuenta la historia que Kobo Daishi estuvo 100 días meditando hace unos 1200 años y encendió una llama que hoy en día aún continua encendida (y que en teoría nunca se ha apagado). Una vez en la cima, se encuentra una pequeña tienda con bebidas y una terraza donde puedes observan las vistas de toda la isla.

Existe un camino alternativo para bajar la cima que te llevan a ver otros templos/santuarios antes de llegar a la calle principal. La idea inicial era bajar por este, pero cómo era casi la hora para hacer la foto a la torii, decidimos descender por el mismo camino que habíamos subido. Llegamos a tiempo, pero la verdad, es que no hay mucha diferencia a la mañana: la marea estaba más alta y dejaba ver el templo flotando y la torii estaba más hundida…

Torii flotante del santuario Itsukushima-jinja.

Era ya media tarde, y nuestros estómagos nos recordaron la hora. Buscamos por la calles comerciales algo que comer; pero o era excesivamente caro o muchos restaurantes ya estaban cerrados, así que decidimos que este día sólo haríamos una comida, la cena. 

Figuritas simpáticas del templo Daisho-in.
En nuestro hostal y también en turismo, nos comentaron que esa noche en el templo Daisho-in había un festival. Comenzaba a las 18h, así que decidimos ir con tiempo. La isla estaba quedándose poco a poco vacía, sin turistas,  restaurantes cerrados, desértica… Habían colocado velas acompañando el camino al templo, y ya estaba preparado un pequeño escenario y sillas a su alrededor. Pudimos contemplar el templo sin nadie, con el sonido de fondo de los grillos y el canto de pájaros. Se hizo de noche y no empezaba nada. Preguntamos por si se había cambiado la hora y hacernos una idea de quedarnos o marchar, ya que el último ferry era a las 20:15h. El espectáculo comenzó a las 19h finalmente. No entendimos nada de los comentarios o la letra de la música porque era todo en japonés, pero el festival se llamaba "Candle Light Festival for World Peace"  y  era muy emotivo. Sólo pudimos escuchar dos actuaciones, una canción tocada con un instrumento similar a la guitarra pero mucho más pequeño, y la representación muy emotiva de una canción por dos mujeres. Es difícil transmitir cómo nos sentimos, estábamos en medio de la noche, en una pequeña isla de Japón, escuchando cantar o tocar una canción….¡Nos sentimos muy afortunados de poder estar allí!
Nos tuvimos que marchar muy pronto, antes de lo que nos hubiera gustado, para poder coger el último ferry. Una  vez camino de vuelta, nuestros estómagos volvieron a recordarnos que aún no habíamos comido. En cuánto llegamos, fuimos a comprar al supermercado y nos marchamos al hostal a cenar tranquilamente.





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