domingo, 7 de octubre de 2012

COREA DEL SUR: GOCHANG


1 al 2 septiembre 2012      GOCHANG


El tiempo pasa muy deprisa, sobre todo cuando disfrutas de cada minuto que tienes. Sólo nos quedaban 2 días para el siguiente vuelo hacía Japón, y queríamos aprovechar al máximo. Decidimos hacer un stop en el trayecto Boseong - Seúl y visitar Gochang. Es una ciudad que destaca por tener miles de dólmenes, que se extienden a su alrededor, pero sobretodo están concentrados en unos 10 km.

Yacimiento de dólmenes
El día 1 de septiembre llegamos a Gochang desde Boseong tras coger 2 autobuses (Boseong-Gwangju 6600 KRW i Gwangju-Gochang 4800 KRW). Como siempre, salimos de la estación, nos intentemos orientar y nos pusimos a buscar habitación en un motel (ya que es lo más barato aquí en Corea). Tras una larga excursión por las diferentes calles y moteles, nos alojamos en uno muy cercano a la estación de autobuses (25000 KRW/habitación doble con aire acondicionado y lavabo, sólo estaba puesto el nombre en coreano). Tras hablar brevemente con la propietaria y jugar con su gato, fuimos a buscar algún sitio para cenar. Nos fue complicado encontrar algo, no porque no hubiera, sino por el motivo de siempre, el menú solo estaba escrito en coreano y no entendíamos nada de nada.  Así que decidimos ir al 7eleven, cogimos unas sopas y también comimos unos “dumpling” rellenos de carne buenísimos en un puesto situado delante de nuestro motel.

Yacimiento de dólmenes.
A la mañana siguiente, nos dirigimos al Yacimiento de Dólmenes (entrada 3000 KRW/persona) situado en los alrededores de la ciudad. Un señor nos había explicado la noche previa que sólo estaban a unos 3 km, y era muy sencillo ir caminando. Comenzamos nuestro recorrido felices, pero se nos hicieron eternos esos “3km” caminado bajo el sol, creemos que había unos km más. Dentro del yacimiento hay 5 recorridos para hacer e ir viendo las diferentes formas de los dólmenes, algunos parecen rocas grandes colocadas a pie de montaña, otras se ve claramente su estructura. Mientras realizábamos unas fotos hubo unas “agrables” abejas decidieron darnos la bienvenida.

Yacimiento de dólmenes.
Al lado de la entrada hay un museo con explicaciones sobre la historia del desarrollo del hombre, cómo hacían los dólmenes y qué función tenían. Los dólmenes son recintos funerarios de grandes dimensiones. Para hacerlos se necesitaba  un gran número de personas para mover las rocas. En un principio se hacían dos agujeros paralelos y en medio se hacía otro para depositar el cuerpo. En los dos agujeros paralelos se introducían dos enormes rocas y se cubrían de tierra. Mediante cuerdas y troncos se tiraba de otra enorme roca hasta colocarla encima de las otras dos. Finalmente se retiraba la tierra que se había colocado y queda la estructura que se ve. Algunos tienen rocas tan enormes encima que simplemente parecen rocas encima del suelo pero después de excavarlas se descubrió que también eran dólmenes.

Para ir al pueblo intentamos coger un autobús, ya que la distancia era mayor de la que pensábamos, pero los horarios son malísimos, solo pasa uno cada hora u hora y media, y aún quedaba más de una hora para que pasara el siguiente. Como somos un poco inquietos y no sabemos estar parados, decidimos no esperar y volver caminando. El paseo nos había abierto el apetito, así que tras enterarnos del horario del autobús dirección Seúl (15300 KWR/persona), comimos.

Nuestros días en Corea estaban llegando a su fin, sólo nos quedaba pasar esa noche en Seúl y a la mañana siguiente teníamos el avión sobre las 13h.  Intentamos hospedarnos nuevamente con la familia Choi, pero no podía ser porque tenía familia en casa. Buscamos un alojamiento cercano al metro que teníamos que coger a la mañana siguiente dirección aeropuerto, Kim’s Hongsdae Guesthouse (1500 KRW/persona en habitación doble) y cenamos. Aprovechamos a hacer una lavadora (que teníamos bastante ropa sucia) que nos salió gratis, aquí.

Tras recoger todo, decidimos irnos a dormir para recuperar horas de sueño aunque no fue antes de la una. 

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