sábado, 27 de octubre de 2012

JAPÓN: KIOTO (IV)


19 de septiembre 2012         KIOTO (IV)


Nuestro quinto y, técnicamente, último día en Kioto lo aprovechamos para ver lo que considerábamos imprescindible antes de marchar: templo Kodai-ji, templo  Kiyomizu-dera y el santuario Fushimi-Inari Taisha. Si nos sobrara tiempo también veríamos con más detenimiento la Estación de Kioto. Cómo habréis podido haber, en Kioto abundan los templos, pero hay muchísimos más de los que nosotros hemos podido visitar, las calles están llenas de estos edificios de plegarias.

Templo Kodai-ji
Con los días que llevábamos por Kioto y tal y como nos lo habíamos recorrido de norte a sur y de este a oeste caminando, teníamos la sensación de conocernos ya la zona. Nuestra primera parada fue en el templo Kodai-ji (600¥/persona). Este templo fue fundado por Kita-no-Mandokoro en 1605 en memoria de su difunto esposo. Lo que más destaca de este templo son sus extensos y diferentes jardines y las casas de té que posee.

Templo Kiyomizu-dera
Continuamos por el templo  Kiyomizu-dera (300¥/persona). Éste es uno de los favoritos de Hiroki, y nos lo aconsejó verlo, así que decidimos entrar los dos.  Se levantó por primera vez en el año 798, pero como la mayoría de los templos, ha sido destruido y reconstruido en varias ocasiones, siendo los edificios actuales del 1633. Pertenece a la escuela budista de Hosso,  y es uno de los monumentos más famoso de la ciudad. El edificio principal está construido sobre una ladera, y su gran terraza está apoyada sobre cientos de columnas que sobresalen de esta. Debajo se encuentra el manatial de Otowa-no-taki, donde puede beberse un agua “sagrada” que dice poseer propiedades curativas. Lo que más nos llamó a nosotros la atención, es que está repleto de sitios donde puedes comprar suerte en la salud, el amor, … y hay muchísimas personas que creen en ello. ¡No os podéis ni imaginar el dinero que se mueve allí dentro!

Sendero lleno de torii del santuario Fushimi-Nasi Taisha. 
A diferencia del día previo, el sol nos acompañó durante todo el día, así que decidimos volver al deseado santuario Fushimi-Nasi Taisha y disfrutar, hoy sí, de sus espectaculares vistas. En el siglo VII se dedicó este enigmático santuario a Inari, dios del arroz y el sake, pero con el paso del tiempo, se le ha ido pidiendo a esa deidad prosperidad en los negocios. El complejo está formado por 5 santuarios reparticos por la ladera del Inari-yama. Un sendero flanqueado por torii rojas de unos 4km recorre toda la ladera.   Al lado de los santuarios se pueden encontrar cementerios, donde abundan figuras de zorros de piedra. Los japoneses consideran este animal sagrado y la llave que suele llevar en la boca simboliza protección del granero de arroz para los campesinos. Pasamos a través de las miles de torii rojas que forman el sendero, viendo los pequeños santuarios y curiosos cementerios, y disfrutando de las bellas vistas.

Sashimi.
Como de costumbre, las horas habían pasado volando, y ya era casi las 5 de la tarde. Nos quedaba menos de una hora de luz del día. Nos dirigimos a la estación de Kyoto, donde nos paramos a ver su estructura de cristal y acero, y subimos a la planta 15 donde se encuentra una terraza que ofrece vistas de todo Kioto.

Tras haber cumplido con nuestros objetivos del día, volvimos hacia casa de Hiroki. Cómo era nuestra última noche allí, habíamos quedado en salir a cenar los 3 juntos. Tras una merecida ducha, Hiroki nos llevo a cenar a uno restaurante situado cerca de la zona universitaria y bien de precio. Pedimos sashimi y una sopa con ramen que estaban deliciosos.

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