sábado, 10 de noviembre de 2012

MALASIA: CAMERON HIGHLANDS


7 y 8 de octubre 2012                    CAMERON HIGHLANDS


Habíamos reservado la barca para que nos vinieran a recoger en el embarcadero de Coral Bay a las 8 a.m. Así que nos despedimos de la isla, tras nuestra última noche de placer y no hacer nada de nada, y nos dipusimos a continuar descubriendo Malasia. Aunque llegamos casi de los primeros al embarcadero, nos montamos de los últimos (casi a las 9 a.m) y éramos “veinte y la madre”, casi no cabíamos, y eso que teóricamente solo se pueden montar 12 personas en ccada barca. Por suerte, no hubo ninguna incidencia.
Cameron Hihglands. Ruta 1. Selva.
Tan solo llegar al puerto de Kuala Besut nos abordaron  ofreciéndonos tickets para Cameron Higlands y Taman Negara. Tomamos la decisión de ir a Cameron Higlands, buscamos otras agencias y preguntamos precios, y finalmente nos quedamos con la primera oferta, minivan por 50MYR/persona. Además nos acercarían hasta el hostal que le dijéramos. Todo parecía que nos estaba saliendo bien, no habíamos tenido problemas con la barca, habíamos encontrado un billete “justo”  para nosotros (aunque si se tiene tiempo, se puede conseguir más barato yendo por libre),… hasta que en medio camino nos acordamos que nos habíamos olvidado la guía de Japón  (importante  para  nosotros, ya que nos ayuda a recordar que hicimos para escribir el blog y además en este país fuimos poniendo sellos de los sitios en las hojas) encima de un coche. Los que conocéis a Marc os podéis hacer una idea cómo se puso,  pero por suerte el conductor de la minivan llamó a la agencia de viajes y la encontraron. ¡Al día siguiente nos la acercarían al hostal!

Selva. Ruta 1. ¿Dónde esta Marc?
Cameron Highlands está formada por un conjunto de colinas verdes con plantaciones de té y zonas boscosas de selva. Además en esta zona se puede llegar a ver la flor más grande del mundo, la rafflesia, que por lo que dicen es preciosa pero desprende muy mala olor. Cuando nosotros estábamos había una rafflesia, pero ir a verla era carísimo, por lo que decidimos dejarlo pasar e intentar verla en otro momento de nuestro viaje.

Cuando llegamos a Cameron Highlands, a Tanah Rata más concretamente, buscamos alojamiento, preguntamos precios donde bajaban el resto de los guiris, y finalmente decidimmos quedarnos en Daniel’s Lodge (12 MYR/persona en dormitorio compartido). Es un albergue tranquilo y limpio de mochileros situado cerca de la calle principal. Personal agradable y que explica recorridos de trekking por libre, además de tener excursiones organizadas. Además tiene una amplia terraza con mesas y sofá donde descansar  y relajarse tras una larga caminata.

Selva. Ruta 1.
Este día no pudimos hacer mucho ya que era media tarde y las el sol en breve se pondría. Caminamos por la calle principal y Vanessa se animó a que le hicieran un masaje de pies. Mientras tanto, Marc y yo, indagamos si existía alguna oficina de Turismo, pero no la llegamos a encontrar. Después nos fuimos a buscar algún restaurante local para cenar, encontramos un mercado nocturno donde vendían fruta y comida, y aquí terminamos cenando una pizza y unas hamburguesas (es frecuente encontrar puestos callejeros que hacen hamburguesas). ¡Eso sí, siempre pidiendo que no fuera picante!

Al día siguiente teníamos pensado realizar un trekking por nuestra cuenta, pedimos consejo en el albergue, y allí nos explicaron una ruta para todo el día (ruta numero 1), donde podríamos ver selva, terrazas de té y, si nos apetecía, hasta unas plantaciones de rosas y fresas y una granja de mariposas. Así que los tres (Vanessa, Marc y yo) nos pusimos manos a la obra.
Ruta 1. Descansando del ascenso por la selva... 
La ruta 1 comienza en la población de Brinchang  (a unos 6-8 km de Tanah Rata). Decidimos coger un taxi (8 MYR) para la ida, pero la vuelta la haríamos a pie. El primer tramo del camino nos desilusionó, porque era por un sendero donde pasaban vehículos continuamente, pero tras pasar una zona en obras, aparentemente un gran depósito de agua en construcción, encontramos la entrada a la jungla y nuestros ánimos cambiaron inmediatamente. Delante de nosotros se abría una zona boscosa, espesa y muy húmeda.  El ascenso hasta la cima de la montaña Gunung Brinchang es duro, sobretodo una zona donde hacía poco se había producido un desprendimiento de tierra, pero el paisaje es inexplicable: árboles recubiertos de musgo y vegetación, que no dejan pasar los rayos del sol, todo en silencio, donde solo se escuchan el canto de los pájaros o movimiento de hojas tras pasar algún animal (ardillas, lagartos,…) Fueron unas 2 duras horas de ascenso, pero que merecieron la pena por los paisajes que vimos.

Terrazas de té. ¡Parecen parches que cubren toda la montaña!
La cima no muestra ninguna vista espectacular, ya que no hay ningún mirador ni nada por el estilo, únicamente está coronada por una gran antena. El descenso lo haríamos por la carretera, ya que es muy peligroso bajar por el mismo sitio que subimos (muy resbaladizo). Lo primero que encontramos al descender fue la entrada a una pasarela de madera, a cierta altura, que discurre por una zona de bosque (no recordamos el nombre de este lugar). Por lo que nos dijo un señor, tiene unos pocos kilómetros y desde allí se pueden ver pájaros, pero como no llevábamos comida, decidimos no seguir y continuar bajando. El siguiente tramo fue un poco aburrido, porque solo se veían zonas de conreo, pero enseguida asomaron las montañas recubiertas de terrazas de té. Aunque nosotros (Marc y yo) ya habíamos visto este paisaje en otros países, no deja de sorprendernos gratamente con los dibujos que llegan a formar.  Llegamos hasta la carretera principal, donde vimos granjas de fresas y gardens (muy similares a las nuestros). Encontramos varios puestos de frutas pero son exclusivas para “guiris” y por consiguiente carísimas, así que aunque nos apetecía no compramos nada. Paramos en un puesto callejero donde nos hicieron unas hamburguesas y, aunque no somos de “comida rápida”, nos parecieron deliciosas con el hambre que teníamos.

Terrazas de té. 


Finalmente nos quedaba únicamente el tramo del pueblo de Brinchang hasta Tanah Rata, y cómo no teníamos nada mejor que hacer y había tiempo, decidimos realizarlo caminando.

Al llegar al albergue nos dimos una merecida ducha.  Vanessa estaba un poco agotada, y tras ducharse y leer un rato, el sueño le venció. Marc y yo salimos a cenar alguna cosa, pero no tardamos mucho en hacerle compañía. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario