4 y 5 de Junio de 2013
REGION DE
COROMANDEL:
MINA MARTHA Y GARGANTA DE KARANGAHAKE
Ruta
realizada:
04-06: De Tauranga al camping DOC Dickey Flat: 89km.
05-06: de
camping DOC Dickey Flat al polígono industrial Colin road de Aucklan: 324km.
El boquete en medio de la montaña de la mina de oro nos dejó impresionados... Mina Martha, Waihi. |
Después
de dormir toda la noche plácidamente en una cama, nos levantamos y desayunamos
con Kay. Estábamos tan cómodos con ella y habíamos conectado tan bien que sin
darnos cuenta nos pasamos toda la mañana hablando. Nos sentimos como uno más en
esa casa, Kay nos dio de todo: fruta de sus árboles, miel deliciosa, la pierna
de cordero asada con vegetales… incluso ropa de invierno.
Para preservar el edificio antiguo minero, lo desplazaron manualmente por estos raíiles. Waihi |
Revisamos
nuestros correos electrónicos y sin esperárnoslo tuvimos una buena noticia:
¡¡Smith&Smith nos había encontrado un cristal para la furgoneta!! No nos lo
podíamos creer… Nos pusimos en contacto con ellos, y tras calcular cuántos días
necesitábamos, quedamos en la oficina de
Auckland en 2 días para poner el cristal.
Aunque
nos sentíamos como en casa y estábamos superbién acompañados, el tiempo era
horrible (lluvia y viento), decidimos que era hora de seguir nuestra ruta por
Nueva Zelanda y nos despedimos de Kay. El siguiente destino era la Región de
Coromandel, un terreno que sobresale de la isla Norte formando el golfo de
Hauraki. En ambos extremos tiene playas y una cadena montañosa lo recorre de
norte a sur. Nuestro principal interés aquí era visitar los yacimientos de dos
minas de oro (la del Valle de Pukeni y la de Waihi), visitar la ciudad costera
de Coromandel y disfrutar de diferentes bahías de esta región.
Sendero de la garganta de Karangahake. |
A
mediodía llegamos a Waihi, donde se encuentra la mina Martha. Como continuaba
lloviendo, decidimos primero visitar la exposición sobre la mina que se
encuentra en el i-site (justamente enfrente de la mina). Hay una pequeña
información de las máquinas gigantescas que utilizan para extraer los minerales
y cómo separan el oro del resto. La mujer de la oficina nos ofreció un paraguas
para poder ir a ver la mina, pero nos sirvió de poco porque el fuerte viento
hizo girar el paraguas y en menos de dos minutos estábamos empapados. ¡No
pudimos hacer ni una sola foto! Estuvo lloviendo toda la tarde, y la única
forma de aprovechar el tiempo fue en la biblioteca de esta localidad.
Una vez
de noche, nos dirigimos con la furgoneta hacía la Garganta de Karangahake.
Pasamos la noche un cámping del DOC cercano, llamado Dickey Flat. Tiene lavabos
con fosa y el precio es de 6NZD/persona. Nosotros decidimos hacer el mismo
planteamiento que la vez previa. Si alguien pasaba a controlar pagaríamos, sino
sería un dinero que nos ahorraríamos.
Este es el antiguo túnel ferroviario por el que ahora se puede pasear. Garganta de Karangahake. |
La noche
pasó tranquila y con la lluvia que cayó nadie pasó a controlar. Nos levantamos
un poco antes de amanecer y marchamos hacia la Garganta de Karangahake.
Tras
desayunar, empezamos a explorar la garganta. Realizamos el sendero Rail Tunnel
Loop (3,2 km, 1h y 30 min), donde se atraviesa dos puentes colgados encima del
río, y se pasa por un túnel ferroviario muy largo, en desuso. No se necesita
linterna, porque está iluminado artificialmente. Antes de marcharnos vimos otro
sendero llamado Crown Tramway Track (1 hora) y disfrutamos como niños. Este
circuito te lleva por diversos túneles de una mina abandonada. La ruta está
bien indicada y no tiene pérdida. Nosotros como somos un poco curiosos, cogimos
nuestra linterna y miramos otros pasillos de los túneles, no tienen pérdida: o
encuentras una pared o bien una verja que no deja continuar. Sólo hay que
volver hasta el sendero marcado. Además cuando apagamos la linterna y miramos
hacía el techo o las paredes pudimos ver muchas lucecitas procedentes de
luciérnagas. ¡Fue como mirar el firmamento!
El puente colgante atraviesa el río para dar acceso a los túneles de las minas abandonadas. Garganta de Karangahake. |
Después
de esto seguimos hacia el norte hasta el Valle de Puketui (a unos 7 o 8 km de
la carretera numero 25). La carretera no está muy bien indicada, por lo que nos
perdimos un poco… En este valle se encuentran diferentes senderos que te llevan
a ver unas minas de oro, en activo actualmente.
Justamente cuando estábamos preparados para bajar de la furgoneta una
fuerte lluvia comenzó… Viendo la situación decidimos comer y dar tiempo a que
parase… pero el destino decidió por nosotros: llovía, llovía y llovía, con un
cielo negro y sin intención de parar.
Con este
panorama decidimos continuar conduciendo hacia el norte de la región de
Coromandel. Pero el tiempo era el mismo. Paramos en una oficina de información
turística para enterarnos del tiempo en el resto de la zona: lluvia y más
lluvias. ¿¡Qué podíamos hacer!? Ante la imposibilidad de ver nada de esta zona,
y a nuestro pesar, dimos por perdido el día y marchamos hacia Auckland.
Entrada a uno de los túneles mineros. Garganta de Karangahake. |
De camino
a Auckland, las nubes desaparecieron. No
queríamos desaprovechar todo el día, así que decidimos parar en Miranda. Esta
población se encuentra en el pantanoso estuario de Thames. Tiene una extensa
marisma llena de gusanos y crustáceos, lo que hace que sea un lugar perfecto
para observar aves. Fuimos a Miranda Shorebird Centre, es un albergue y un
centro de exposición ornitológica. Tras mirar las explicaciones de las posibles
aves que podríamos ver, fuimos a hacer el sendero que nos habían aconsejado. Pero resultó ser un desastre, ya que las
indicaciones del sendero desaparecieron al llegar a la costa y no supimos
encontrar la torre de observación… Miramos el cielo, el suelo y el mar, pero no
supimos ver ni un triste pajarito…
Decepcionados
marchamos hacia Auckland. Intentamos tener pensamiento positivo: ¡¡al día
siguiente nos pondrían por fin el cristal de la furgoneta!! Cruzamos
tranquilamente Auckland sin perdernos, encontramos fácilmente el polígono donde
se encuentra la oficina de Smith&Smith y nos quedamos allí a pasar la
noche. Como era temprano, decidimos hacer sesión de cine.
Espléndida vista des de una de las ventanas de los túneles sobre el río. Garganta de Karangahake. |
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