En el paseo de la Fama. Vistas de la isla de Hong Kong.
Tras pasar 12 horas en el avión y
con un cambio horario de +5 horas (+6h respecto a España), llegamos a las 20 horas
del día 22 a Hong Kong. Antes de llegar, el piloto del avión ya nos informó que
podríamos tener turbulencias a causa de un tifón que había en la zona.
El aeropuerto de Hong Kong está
bien comunicado con el centro y se puede elegir entre diferentes formas de
transporte: taxi, tren ligero y autobús. Los dos primero son bastantes caros,
por lo que nosotros elegimos el último. Cogimos el bus A21 que lleva hasta
Kowloon, concretamente hasta Nathan Road, una de las calles principales de la
península de Hong Kong. Bajamos delante del mítico Chungking Mansions, que es
un edificio en decadencia, con numerosas escaleras dentro de él donde puedes
encontrar multitud de “alojamiento” con habitaciones diminutas para alquilar. El
alojamiento en Hong Kong es bastante caro, por lo que nos decantamos en coger
una habitación en este tugurio. Tras mirar varios sitios, terminamos en Angel
Guesthouse (180 HKD), en una minihabitación
que cómo mucho debería medir unos 6 m2, eso sí teniendo
cama de matrimonio, aire acondicionado, ventilador, televisión, wifi gratuito e
incluso lavabo con ducha; pero ni una triste ventanita para poder airear un
poco.
Cómo se nos hizo tarde, sólo fuimos al 7eleven a buscar algo para cenar e intentamos dormir, haciendo frente al jet lag.
Star Ferry.
El día siguiente fue muy poco
provechoso para nosotros, sólo salir a la calle estaba lloviendo y con viento,
así que nos hicimos con un paraguas en las tiendas que se encuentran en
toda la planta baja del Chungking
Mansions. Decidimos, antes que nada, ir a tramitar nuestro visado para China.
Existen diferentes agencias que te los pueden tramitar desde allí, y según tu
urgencia tardan 3 días o menos (también depende de lo que quieras pagar, a más
rápido, más caro), nosotros visitamos éstas, pero finalmente nos decantamos a
ir directamente a la Oficina de Visados de China en la isla de Hong Kong. Para
ir a la isla puedes ir en metro (9 HKD), en bus (un poco más complicado) o en
el Star Ferry, un barco que navega entre diferentes muelles de la península y
la isla (2,5HKD). El horario de la oficina es de 9 a 12 y 14 a 17h. Llegamos justo a las 12h por
lo que tuvimos que esperar a la tarde para preguntar cómo funcionaba todo.
Intentamos aprovechar para ver otras cosas, aunque no fue fácil debido al tifón
grado 3 que había. Todo lo que podíamos lo hacíamos por tramos interiores o
pasarelas entre edificios con techo. Visitamos la Torre del Banco de China, uno
de los rascacielos más altos, que te permiten subir hasta la planta 43 de forma
gratuita para disfrutar de las vistas. Debido a la dificultad de movernos
por el tiempo que hacía no pudimos hacer nada más y nos dirigimos nuevamente a
la Oficina. Encontramos una gran cola de personas esperando, pero en cuánto
abrieron las puertas fue bastante deprisa entrar al edificio. Tuvimos que
rellenar 6 páginas, poniendo nuestros datos con el nombre, pasaporte, seguro de
viaje, cuándo quieres ir a China, dónde te vas alojar, si conoces a alguien de
China,… y por sorpresa nuestra, cuándo finalmente nos tocó ir a la ventanilla
para tramitar el visado, nos comentan que por ser de España sólo podemos hacer
el visado normal que tarda 3 días, y su coste es de 200 HKD. Así que dejamos nuestros pasaportes allí
sabiendo que hasta el jueves (era lunes) estaríamos “secuestrados” en Hong
Kong.
Al salir de allí, decidimos ir a
pasear un poco, pero el tiempo cada vez estaba peor con más lluvia y vientos
fuertes, con lo que comimos en un “restaurante chino”, donde no hablaban nada
de inglés (así que elegimos los platos un poco al azar), y decidimos
encerrarnos en nuestra “lujosa habitación”, ya que el tifón se había convertido
en grado 8. Este tifón, llamado Vicente, acabó siendo el más virulento de los últimos 15 años.
Calles de Hong Kong tras el paso del tifón.
Convento de Chi Lin.
Al día siguiente salimos a
intentar disfrutar un poco de Hong Kong, en concreto la península de Kowloon.
El tifón había vuelto a grado 3 y no llovía mucho. Nos dirigimos andando por
Nathan road a ver el jardín de aves y
mercado de flores. Pero el de aves estaba cerrado por un brote de gripe
aviar y el mercado estaba bastante inanimado. Así que cogimos el metro (6 HKD/pers)
para ir a ver el convento de Chi Lin.La primera
sorpresa nos la llevamos al coger la calle que llevaba al monasterio, pues
estaba totalmente bloqueada por los árboles derribados durante la noche. El
convento es muy bonito y merece la pena el viaje, no te imaginas que en medio
de tantos rascacielos puedas encontrar esto, aunque solo pudimos ver el patio
porqué el interior estaba cerrado por el tifón. Luego nos dirigimos al templo
Sik Sik Yuen Qwong Tai Sing. A medio camino encontramos un puesto de comida
para llevar y compramos un cuarto de pato (cocinado no sabemos cómo) que te
sirven con arroz para comer. La gente acude a este templo para que le adivinen
el futuro mediante los palillos de la fortuna
(chim). Estos palitos se agitan dentro de un bote redondo hasta que cae
uno, cada uno lleva un número que corresponde a un papel que tiene el guardián
del templo. Un adivino se encarga de interpretar el significado de dichos
papeles (previo pago, claro).
Templo SikSik Yuen Qwong Tai Sing.
Personas rezando y con los palillos chim.
Kowloon Walled City Park
Después fuimos en busca del Kowloon
Walled city park. Un parque construido donde antes (década de los 90) había un barrio
muy empobrecido y ruinoso. El parque también había sufrido los estragos del
tifón y había muchos caminos cerrados por árboles caídos (enormes algunos).
Para más inri empezó a diluviar de nuevo. Salimos del parque en busca de una
parada de metro (6 HKD) para ir a ver el Kowloon city park. Un parque enorme
que tenía también un aviario con loros y otras aves.
Para finalizar el día decidimos
ir a ver el “paseo de la fama” de Hong Kong, que se encuentra en el puerto de
Kowloon, donde hay estrellas en el suelo con la firma de actores famosos chinos
y hong konenses, como por ejemplo Bruce Lee (el único que reconocimos). Des de
allí observamos el anochecer de la isla, con sus rascacielos iluminados, y
vimos el “espectáculo” de luz y sonido llamado Symphony of lights (que no vale
gran cosa) a las 20:00. Terminamos cenando en un restaurante de un centro
comercial.
Cena.
Al día siguiente nos levantamos
pronto y vimos que las señales que alertan sobre tifones (las hay en muchos
sitios) habían desaparecido. Contentos de entrada, nos desilusionó ver que el
cielo estaba completamente cubierto de nubes. Este día lo dedicamos a ver la
isla de Hong Kong y dudábamos sobre ir a ver otras islas más al sur, pero
viendo los precios de los ferris y horarios decidimos finalmente no ir. Cogimos
el Star ferry (es realmente muy práctico y barato) y cruzamos a la isla. Lo
primero que hicimos fue subir al piso 55 del Two International Finantial Centre
(gratis), donde hay una exposición numismática histórica de Hong Kong y vistas
de la isla y Kowloon.
Aviario de Hong Kong park.
Salimos a buscar el Hong Kong
park y su aviario que contiene más de 600 aves. Realmente bonito y cuidado, se
puede observar a las aves muy de cerca. No pudimos disfrutar mucho de él ya que
estuvo lloviendo constantemente. Pasamos por la taquilla que sube al Victoria Peak (pico más
alto de la isla y des de el que se tienen las mejores vistas de la ciudad) y
decidimos subir al atardecer como hace 3 años. Dudábamos sobre si ir al jardín
botánico y zoológico (gratis) por el tiempo, pero nos arriesgamos. Mala idea.
Tuvimos que refugiarnos en una “caseta” durante casi 2 horas por las lluvias
torrenciales que cayeron.Solo pudimos ver el invernadero y algunas
jaulas (bastante grandes) de primates. De allí intentamos visitar una sinagoga
pero con la lluvia y las malas indicaciones no llegamos a encontrarla. Para
descansar un poco, llenar el estómago y entrar en calor entramos en un
restaurante de la zona de Graham street market. Este mercado se caracteriza por
la venta de pescado vivo en cajas de porex con agua. Si decides comprar un
pescado te lo arreglan allí mismo, muchas veces con el pez aun vivo. Comimos
muy bien y la bebida fue gratis (noodles con carne y arroz con carne, 66 HKD
los dos). Visitamos el templo de Man Mo, uno de los templos más antiguo, y donde
destaca los gran cantidad de incienso que hay colgado del techo.
Luego fuimos en
busca del mercado de antigüedades de Cat street, pero debido a la lluvia muchos
puestos estaban cerrados. Como ya eran sobre las seis y queríamos subir al pico
nos fuimos volviendo tranquilamente hacia las taquillas. Pero al llegar a la
zona del muelle del Star ferry vimos que las nubes estaban tan bajas que ni
siquiera se veía la montaña, así que decidimos volver a nuestra mansión y descansar.
Templo Man Mo.
El jueves por fin nos dieron los
pasaportes con los visados y decidimos coger un ferry hacia Macau.
PD: Para que os hagáis una idea
de la altura de los edificios de Hong Kong, aquí os dejamos uno medianito.
¿Alguien se atreve a contar cuántas plantas hay?
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