sábado, 8 de septiembre de 2012

TAIWAN: TAIPEI


12 al 21 de Agosto 2012           TAIWAN. 


Moneda: Dolares de Taiwan (NTD).  1€ = 36,8 NTD

Taiwán es una isla situada en la costa oriental asiática; antiguamente perteneció a China, pero en la actualidad es independiente y cómo hemos podido comprobar no tiene casi nada que ver con la China coninental, sobretodo en la cultura y educación de su población.  Aquí son amigables, educados y muy ordenados (en todas partes se forman colas de forma espontánea, y nadie empuja o se cuela). Taipei es la capital y tiene mucho que ofrecer, y quizás es la ciudad a la que hemos dedicado más días para visitarla. En resumen, pensamos que ha sido una buena elección haber viajado aquí y nos ha sorprendido gratamente; el único “problema” ha sido el tiempo, que no nos ha acompañado ya que día sí y día también nos ha llovido en un momento u otro.

La comida en Taiwan es económica, aunque nuestro principal problema es que no entendemos chino mandarín con lo que no sabíamos qué coger. Así que únicamente comimos en restaurantes donde tenían el menú en inglés o con dibujos de los platos, o bien en muchas ocasiones comíamos en las tiendas llamadas 7eleven, dónde venden comida preparada y puedes calentarla allí mismo.


12 al 14 de Agosto 2012          TAIPEI


El día 12 de Agosto, tras 2-3 horas de avión,  llegamos a Taipei, la capital. Mientras esperábamos para coger equipaje, nos sorprendió oír hablar en catalán a una pareja de chicos, y cómo es normal no dudemos en entablar conversación con ellos. Estarían 3 días en Taipei y jugaban con ventaja, la chica hablaba chino mandarín (idioma oficial) y se conocía parte del país. Nos ayudaron a coger el autobús (90 NTD) para ir al centro, y quedamos para ir a ver la Torre Taipei 101 al cabo de unas horas. Pero el tiempo impidió que nos encontráramos, ya que cuándo nos tocó bajar del autobús para buscar el alojamiento, se puso a llover de forma torrencial, y quedamos empapados en solo dos segundos (coger la mochila y ponérnosla) y con tal lluvia era de locos salir. Por suerte, el hostel que habíamos decidido probar suerte, estaba muy cerca de la parada y había sitio: Taipei hostel.  Este hostal es bastante céntrico, tiene el metro justamente al lado, y las habitaciones son económicas (dormitorio 300NTD, habitación doble baño compartido 600 NTD)  y están bien. 

Torre Taipei 101.
Vistas desde el Sun Yat-sen Memorial Hall.
En cuánto  cesó la lluvia decidimos ir a la  torre Taipei 101, pero no encontramos a estos chicos. Aquí puedes subir hasta la planta 89, y si hace buen tiempo a la 91; este día la última planta estaba cerrada por la lluvia, por lo que decidimos subir otro día. Caminamos por sus alrededores, llegamos al Sun Yat-sen Memorial Hall dónde se puede contemplar y hacer buenas fotos de la Torre y además tuvimos la suerte de poder ver un espectáculo de agua (fuente) con música clásica. Después continuamos paseando por las calles pasando por delante del Core Pacific City,  un centro comercial que se caracteriza por poseer forma de pelota de golf gigante por un lado de su estructura, y  viendo la ciudad iluminada.  


Chiang Kai-sheck Memorial.
Al siguiente día, decidimos comprar el pase del metro para todo el día (150 NTD) y explorar la ciudad. Visitamos el Chiang Kai-shek Memorial, se trata de un monumento al general Chiang Kai-shek y además en la misma plaza se encuentran el Teatro Nacional y la Sala de conciertos. Los porches de ambos edificios estaban repletos de chicos practicando bailes animadamente… Continuamos yendo a ver el Edificio presidencial, el cuál no pudimos visitar por dentro porque estábamos fuera de horario. Dado que era la hora de comer, decidimos perdernos por las calles del barrio Ximending, que es una zona muy comercial, y llenar el estómago. Por la tarde, decidimos acercarnos a la localidad de Guandu y su templo, destacado por ser uno de los más antiguos de Taiwan.  De vuelta a Taipei, paramos para ver el Templo confunciano situado en la zona de Zhongshan. Finalizamos el día visitando uno de los mayores mercados nocturnos: Shillin. No tenemos fotos para mostrar, pero son calles repletas de personas donde puedes encontrar de todo, desde comida hasta camisetas, colgantes o incluso material informático. Aprovechamos a cenar aquí  (unos 200 NTD entre los dos) unos fideos fritos, un rollito (muy diferente de sabor al rollito chino de casa) y carne rebozada. 
Templo Guandu

Templo confunciano.












Bola de contención de la Torre Taipei 101.
Nuestro tercer día en Taipei fue más relajado y nos acompañó por primera vez el sol todo el día. Nos levantamos temprano y fuimos a visitar la Torre Taipei 101 (el segundo edificio más alto del mundo) antes de que llegaran las multitudes de grupos de turistas. ¡Fuimos los cuartos en entrar! (450 NTD/persona) Con el ascensor nos plantamos en tan sólo 37 segundos (sube a una velocidad 1010metros/min) en la planta 89. Allí cogimos una audioguía en español (incluido en el precio) y pasamos casi 2 horas disfrutando de las vistas y las explicaciones de lo que veíamos. 
Visitamos la planta inferior dónde se encuentra la bola de hierro de unas 650 toneladas cuya función es absorber el movimiento del edificio, haciendo de contención en los tifones y terremotos. Y por último tuvimos la suerte ver la planta 91, que a diferencia de la 88 es exterior , eso sí, sólo vimos una pequeña parte ya que el resto estaba de obras…

Vistas desde la torre Taipei 101

Valle geotermal de Beitou.
(¡Lástima que la foto no sea capaz de plasmar
 el vapor que desprendía el agua!)


Tras bajar de las alturas, fuimos a Beitou, una aldea que se caracteriza por sus aguas termales sulfurosas. Caminamos hasta el manantial dónde surge el agua (Valle Geotermal), como podréis ver en la  foto el agua es blanquecina y desprendía vapor. Se calcula que sale a unos 90ºC. Hay muchos alojamientos y resorts que ofrecen la oportunidad de relajarte en estas aguas; y cómo no, nosotros probamos una de ellas, la más económica, los baños públicos (Outdoor Public Bath, 40 NTD por 2:30h). Tiene 5 piscinas al aire libre (una fría, otra 35-38ºC, otra  38-42º, otra 40-43ºC y la última 43-45ºC) y lo único que tienes que hacer es ir bañándote  en ellas sin sumergir la cabeza.  Es genial, súper relajante, y además está situado en una zona tranquila, con lo que sólo puedes disfrutar del momento.

Un relajante baño en los Baños públicos de Beitou
  
Jardín botánico.


Antes de entrar a las aguas termales habíamos parado a comer alguna cosa, así que tras salir de ellas ya era media tarde por lo que decidimos pasear por el Jardín botánico y acabar el día en otro mercado nocturno: Shida. Este era más tranquilo, con menos gente y sobretodo se caracterizaba por tiendas de ropa y accesorios.  Cenamos en un pequeño restaurante dónde estaban los platos dibujados: una sopa con noodles de ternera, una sopa de maíz con huevo y unos dumplings (110 NTD todo). 


jueves, 6 de septiembre de 2012

XINA: YUANYANG


 07 al 11 d' Agost 2012          YUANYANG i AEROPORT HONG KONG


Grup de noies Duoyishu
Després de 13 hores de tren fins a Kunming en un vagó llitera reutilitzat com a seients (érem 4 persones assentades en els llits de sota) vam arribar a l’estació d’autobusos. Vam agafar l’autobús nº 2 (1 CNY) que ens portava fins a prop del parc del Llac Verd. Arribats allí (ja començava a ploviscar) vam anar a buscar el Kunming hostel(on ja havien estat), però... Sorpresa!! Estava ple i ja plovia a bots i barrals. El noi de la recepció ens en va indicar un altre que tenia habitacions. Estava a uns 10 minuts d’allí, però gràcies a les seves fantàstiques indicacions vam trigar 1 hora en trobar-lo, completament empapats i de molt bon humor. Els xinesos no es caracteritzen per la seva orientació o saber indicar bé els llocs, com heu pogut veure... (un altre exemple d’aquest viatge està en l’entrada de Lijiang).

El Kunming upland youth hostel està força millor que l’altre i parlen molt millor l’anglès. Vam haver d’agafar habitació doble amb bany (tampoc hi havia res més, 150 CNY). Com que l’endemà ben aviat marxàvem cap a Yuanyang, vam fer una reserva per la tornada en dormitori.
Ens vam llevar cap a les 07:00 del matí per anar a l’estació d’autobusos del Sud, que queda a unes 2 hores del centre. Per arribar-hi s’han d’agafar 2 autobusos: el 95 (1 CNY) i després  el 185 fins l’estació (2 CNY). El viatge va ser força horripilant perquè el bus anava fins dalt gairebé tota l’estona, però vam poder seure (a la tornada va ser molt pitjor).

Vam anar a la guixeta a comprar els bitllets però ens van dir que l’autobús ja estava complet i el següent no era fins les 19:30 i arribava allí cap a les dues de la matinada. Totalment desanimats (i emprenyats, perquè no dir-ho) vam esperar una estona. A la Raquel se li va ocórrer preguntar per altres opcions per anar-hi, i va resultar que sí era possible: podíem anar fins a Jianshui (81 CNY) i d’allí a Nansha  (30 CNY). Ho vam fer i va sortir bé. Nansha és el nom del poble de la zona de Yuanyang, però no és el nostre destí final. A Nansha vam tenir que agafar un taxi (no hi havia busos, 40 CNY) fins a Xinjie. Vam  anar  al Chen’s hotel, al costat de l’estació d’autobusos i ens van donar habitació doble amb lavabo (letrina, 50 CNY). La més gran i barata de tot el viatge fins ara (no la més neta ni nova). Les vistes ja donaven als camps d’arròs i si no estava ennuvolat (impossible si hi érem nosaltres) eren molt boniques (tenien fotos).


Terraces d'arròs.
Amb energies renovades l’endemà al matí vam sortir a veure, per fi, els bancals. Primer de tot vam anar a comprar el bitllet del bus del dia següent fins a Kunming, per si a cas. Després vam començar a buscar algun tipus de transport que ens portés a la zona que deia la guia era la més bonica. La zona és molt gran i les distàncies també. Alguns bancals estaven a més de 100 km d’allà. Va costar una mica però finalment vam trobar una furgoneta (30 CNY els dos)  que ens va portar a Duoyishu. A mig camí trobem la agradable sorpresa que els turistes han de pagar per continuar (com gairebé tot a la Xina, els camps hi són de fa més de 1000 anys, però ara el govern vol cobrar...). A la guixeta ens diuen que són 100 CNY per persona. Teníem un problema, només portàvem uns 100 CNY entre els dos i els necessitàvem per menjar...(a més no podien pagar amb visa ni treure diners). Els ho vam explicar i els vam dir que tornàvem al  poble. El nostre conductor ens va fer senyals  de que tornéssim a pujar i que no en féssim cas.. Encara  no ho acabem d’entendre però desprès de discutir el conductor amb la guixeta ens van deixar passar.  Fins i tot el conductor ens va felicitar per la idea, però és que era veritat!!

Terraces d'arròs.
Finalment vam arribar i vam poder tornar a gaudir de sentir el soroll de l’aigua baixant pels bancals, de veure els vilatans treballant als  camps, dels bous, del silenci... És molt agradable la sensació d’estar caminant  pels bancals quasi solitaris, perdre’s pels carrers dels vilatans, i gaudir de l’ambient de calma i tranquil·litat. Tot amb el cel ben emboirat,és clar.
Per tornar un altre cop al poble vam agafar un bus (10 CNY) que vam parar a la carretera. Un cop a Xinjie vam anar a buscar un lloc per dinar i vam demanar un peix agredolç. Estava realment bo i el preu era ridícul, 30 CNY!!


¡¡Peix agredolç!!

Dona campesina amb bou d'aigua.

 Havent dinat vam preguntar als de l’hotel per anar als bancals que quedaven a 3 o 4 km d’allí. És força fàcil arribar-hi i si no saps cap on continuar només cal preguntar-ho a algun vilatà (senyalant en el mapa en xinès on vols anar). Potser les vistes no són tan espectaculars com la zona de pagament, però són bancals d’arròs ben bonics.


Al vespre vam tornar a la plaça del poble a buscar el mateix restaurant (només posava el nom en xinès) i vam sopar fideus fregits amb verdura i pollastre (20 CNY). Vam tornar a passejar per la plaça del poble i vam veure un grup de persones occidentals (en dos dies només n’ havíem vist dos) ballant entre els xinesos. Ens hi vam apropar hi vam sentir-los parlar en català. Vam estar xerrant una estoneta i ens van explicar que estaven fent un viatge per la mateixa província que nosaltres.


Caminant per les terraces d'arròs.
 Cap a les 9 del matí del dia següent vam agafar el bus cap a Kunming i hi vam arribar cap a les 16:00. Vam tornar a agafar els dos autobusos (unes 2 hores drets) i vam trobar l’hostal sense incidents. El dormitori era força confortable i espaiós (35 CNY/llit). La resta de la tarda la vam ocupar buscant la parada de l’autobús per anar a l’estació de trens per l’endemà i buscar algun lloc per sopar.




I finalment va arribar el gran dia: 24 hores seguides en un tren llitera!! .
Com sempre, a l’estació es formen unes cues impressionants davant les portes d’accés a les andanes que poc a poc es van difonent fins quedar reduïdes a una massa de persones enganxades a una balla intentant arribar a una de les portes. Va ser una lluita aferrissada per poder passar les portes a cop de colzes i empentes. Superada la cua arribem al vagó i pensem a veure quantes vegades els haurem de dir a algun despistat que aquell no és el seu vagó o compartiment. En el nostre (que és de 6 llits) hi viatgen també una altra parelleta jove, una dona de mitjana edat i un altre noi.
Nostre departament del tren. 
El viatge va començar amb els gargots continus de la senyora, però sense arribar a escopir. La parelleta anava pujant i baixant de les seves lliteres i el noi gairebé no el vam veure en tot el viatge. Però ens vam adonar que les coses havien anat millorant. La gent gairebé només fumava en els llocs designats (almenys ja no era a tot arreu) i no se sentien tants gargots. L’altra gran por eren els lavabos, aquest  cop ja no hi havia aquell tollet (força fastigós) al voltant de la letrina com hi havia als altres trens que havíem viatjat fa tres anys i les caques anaven normalment al seu lloc (no pregunteu com però n’hi havia de seca enganxada al sostre i parets...).

Després de 29 hores força llargues (no és que s’endarrerís, és que no ho deuríem entendre) vam arribar a Guangzhou. Des de l’estació de l’est de trens de Guangzhou vam agafar un altre tren que en poc menys de dues hores ens va deixar a Hong  Kong (155 CNY). Vam tornar al meravellós  edifici Chungking Mansions (per internet tot era molt car)  i vam buscar on passar la nit. Després d’una hora amunt i avall per l’edifici sense trobar res ens vam  haver de rendir a un noi que ens anava seguint dient que no trobaríem res i que agaféssim la seva habitació. Després de regatejar una mica ens la va deixar per 350 HKD (la més cara que hem pagat fins ara, també era més gran que l’anterior a Hong Kong).
L’endemà al matí van agafar el bus cap a l’aeroport (23 HKD, però ens sembla  que eren 33, no ho miren, ho poses en una caixa i ja està) i cap a la propera etapa: Taiwan.

jueves, 30 de agosto de 2012

XINA: QUIATOU- GARGANTA DEL SALTO DEL TIGRE


31 de Julio al 3 Agosto del 2012   

QIAOTOU- LA GARGANTA DEL SALTO DEL TIGRE


Recorrido realizado por la garganta (unos 32 km en cada sentido).
Nos levantamos temprano en Sangri-la para coger  el primer autobús dirección Lijiang. Cómo desconociamos si existe algún autobús que llevara a la estación, y hablar con los recepcionistas del hostel era imposible (no se enteraban de nada), decidimos ir andando cargando nuestro “ligero” equipaje. Por suerte sólo fueron 30 minutos a pie, y no nos perdimos en ningún momento. Cogimos el autobús dirección Lijiang (30 CNY/pers), pero nosotros nos quedaríamos a mitad camino, en Quiaotou, para realizar un trekking por la Garganta del Salto del Tigre. Durante el trayecto hablamos con los únicos occidentales que había en el bus, son dos franceses de más edad que nosotros (alrededor de los 50 años) que también viajan por libre, y se dirigían donde nosotros. Tras 2 horas de trayecto  llegamos a Quiaotou, y los 4 nos dirigimos a buscar alojamiento.  Elegimos Jane’s Guesthouse, que se encuentra tras pasar la taquilla de entrada.  Si, aquí en China es habitual pagar para poder disfrutar de la naturaleza o de lugares con carisma como pequeños pueblos rurales. Por desgracia, el dinero generalmente va a parar al gobierno y no se destina a ninguna mejora local; además los chinos, en general, son “cochinos” y no tienen consciencia de mantener limpio nada, en cuanto pueden tiran papeles, bolsas, o incluso pañales en medio del bosque o la calle. La entrada nos costó 65 CNY/persona. 

Ruta de la garganta, con la niebla de compañía.
Cómo hemos dicho antes, nos alojamos en Jane’s guesthouse ya que nuestra guía de viaje lo aconsejaba, por los consejos que te pueden dar para hacer el trekking y porque te guardan el equipaje. La primera noche cogimos dormitorio (25CNY/persona), es una habitación con 6 camas bastante grandes y la compartimos con los francesos y dos chinos. Las otras dos noches que estuvimos cogimos habitación doble sin baño (60  CNY).  El lavabo compartido deja mucho que desear: el water es una letrina (aunque esto es normal en china, a su poblacion no les gusta el water porque piensan que es   higiénico); la ducha es una habitación grande, pero no va el agua caliente y la arcachofa estaba rota con lo que era un  poco dificil usarla;  y el lavamanos el segundo día se rompió y no lo arreglaron. No os preguntéis porque nos quedamos 3 noches,.. porque no tenemos respuesta. También dispone de restaurante, los precios de los platos son asequibles(15-20 CNY/plato) y están buenos. Lo que más nos llamó la atención es que el negocio es llevado entre dos chicas jóvenes, ellas hacen todo: la comida, te sirven, arreglan las habitaciones, etc y te resuelven las dudas sobre los posibles recorridos por la garganta. 
Llegamos al mediodía, y tras acomodarnos, decidimos los franceses y nosotros quedarnos allí a comer y preguntar las dudas del recorrido. ¡Suerte que decidimos eso, porque a los 10 minutos se puso a llover durante 2 horas seguidas!

Cuando paró la lluvia, aprovechamos para caminar un rato por el pueblo y perdernos por sus calles. La gente se nos quedaba mirando, y es porque aunque hay bastante turismo en esta zona, generalmente es chino y no de occidentales. Intentamos comprar algo de alimentos para el día siguiente, ya que nos esperaban 9 horas andando, pero resultó un poco complicado... no encontrabamos nada para llevarnos y que nos gustara, y ¡aquí no saben lo que son los bocadillos! Finalmente terminamos comprando unas tortas de maiz, una especie de barra  de mortadela, plátanos y agua.  El resto del día lo tomamos de relax: hablar por skipe con la familia, preparar la mochila para el día siguiente, y hablar con los franceses. Ah! También hicimos nuevos “amiguitos”, había dos gatitos pequeños que se pasaron el día encima de nosotros.

Ruta de la garganta. ¡¡Empapados por la lluvía!!
Ruta de la garganta.
Vistas desde la garganta.


Nos levantamos temprano la mañana siguiente, desayunamos un poco de fruta y a pesar de que no hacía muy buen tiempo (estaba nublado, chispeando y con niebla), decidimos ponernos el impermeable y comenzar el trekking. Las primeras 1,5 horas fueron de subida suave y casi dejó de llover, pero las nubes seguían muy bajas y no nos dejaban disfrutar del paisaje.  Después, venía el tramo llamado 28 curvas,  que es una subida más fuerte y además se nos puso a llover más; mentiríamos si dijéramos que es fácil, pero nos resultó más sencilla de lo que esperábamos. A pesar de esto, nuestra  alegría se quedó en esto, porque las vistas eran nulas con la niebla, y no pudimos relajarnos con el paisaje. Continuamos con cuidado, porque la lluvia y la niebla hacían más complicado el recorrido, aunque a veces parecía que el tiempo nos quería dar algún descanso y nos permitía ver alguna cascada entre las nubes. Tras 5 horas de trekking bajo la lluvia, llegamos a Half Way Guesthouse y decidimos para allí para refugiarnos del tiempo y comer algo. Pensamos en hacer noche allí, pero cuando preguntamos por si había sitio, nos dijeron que sólo les quedaba dormitorio, ya que un gran grupo tenía reservado el resto del hostel. En ese  momento, vimos entrar el grupo, que eran coreanos, y hacían muchisimo escándalo. Tras pensarlo bien, y que la recepcionista nos dijera que hasta el Walnut Garden Guesthouse (que era nuestro objetivo inicial) sólo quedaban 2 horas de recorrido “fácil” decidimos marchar. 


Wallnut Garden Guesthouse.
Nuestra cena merecida después de un largo día.
Continuaba lloviendo. El siguiente tramo es muy bonito, es totalmente plano y tienes unas vistas preciosas, pero se tiene que ir con cuidado porque sólo hay unos 50 cm de ancho para caminar y después hay un precipio, con caida libre; también  se puede ver una cascada. Luego viene un descenso hasta llegar a un prado. Aquí vimos una señal que indicaba que Walnut Garden estaba a 2 horas de trayecto, nosotros no le queríamos hacer mucho caso, porque ya llevabamos una hora caminando, pero la verdad es que esta Guesthouse está a unas 3 horas de Half Way. Tuvimos que atravesar un puente de madera, y tuvimos un ascenso fuerte; creo que maldecimos más de una vez a la recepcionista...(“solo son 2 horas, camino fácil”). Por suerte, llegamos a Walnut Garden antes de que se marchara el sol, tras 9 horas de trekking, y totalmente mojados:¡nosotros, las botas y la mochila entera! Los dueños de esta guesthouse no hablaban nada inglés, pero con la mímica nos entendimos. Nos dieron la bienvenida con té caliente y pipas. Sacamos toda la ropa para que se secara, pero con la niebla y la lluvia era imposible. Muertos de frío entramos en la cocina donde nos calentamos y secamos la ropa en el fuego. Nos hicieron dos platos de comida gigantes. Y iluminados con velas y linternas, decidimos que tocaba descansar y nos fuimos a dormir pensando que el día siguiente sería mejor. 


Wallnut Garden G.H
Entrando en calor y secando la ropa.
A las 8h de la mañana siguiente nos levantamos creyendo que el sol nos daba los buenos días, pero al abrir la puerta de la habitación nos dimos cuenta que la niebla estaba allí aún. Desayunamos unas tortas del día previo, y decidimos empezar la vuelta lo más pronto posible. La lluvia y la niebla nos acompañaron a ratos, pero también dejaron salir al sol y pudimos disfrutar de las vistas, hacer alguna fotografía y oír el canto de las cigarras. La vuelta se nos hizo corta al principio, pero los últimos kilómetros se hicieron eternos por dos motivos: la multitud de turistas que encontramos en el tramo de las 28 curvas subiendo a caballo y el barrizal  que se había formado en esta zona, que hacía casi imposible descender y nos llegó hasta los tobillos.

Estado de las botas al acabar el trekking (son marrones en realidad)

Tras perdernos en el último tramo varias veces, llegamos a Jane’s Guesthouse de nuevo. Estábamos muertos y llenos de barro, parecía que veniamos de la guerra. Lo primero que hicimos fue ducharnos y lavar los pantalones y botas para que nos se estropearan. Nos tomamos nuestra merecida cena y dormimos plácidamente.



Aquí os dejamos una muestra del canto de las cigarras:




Nuestro tercer día en Quiatou fue tranquilo y hizo buen tiempo. Decidimos ir a ver los rápidos del río Jinsha desde una plataforma. Se puede ir en una furgoneta (100 CNY ida y vuelta) o andando. Como sólo eran 9 km, decidimos ir caminando por la carretera. Es increible la cantidad de gente que llegamos a encontrar allí, la plataforma estaba inundada de autobuses, furgonetas y coches con cientos de orientales. Es impresionante ver con que fuerza pasa el río por esta zona, parece que cómo si el agua explotara y se alzara. 





Estuvimos toda la mañana para ver esto, pero mereció la pena. Decidimos comer algo en Jane’s, e intentar programar un poco qué hacer los días que nos quedaban en China. Las opciones eran terminar de ver la provincia de Yunnan e ir la porviencia de Sichuan y desde allí volver a Hong Kong en avión; o ver sólo la provincia de Yunnan más tranquilamente. Tras mirar vuelos y hacer cálculos de días, nos dimos cuenta que no nos daba tiempo de ir a Sichuan y además sería muy caro, así que decidimos continuar disfrutando de las zonas de Yunnan y ahorrar un poco de dinero volviendo hacia Hong Kong en tren.