domingo, 23 de septiembre de 2012

COREA DEL SUR: SEÚL (I)

21 agosto al 3 de septiembre 2012

COREA DEL SUR


La península de Corea se encuentra  en el extremo este del continente asiático. Está dividida en 2 partes: la república democrática en el sur (Corea del Sur) y la zona comunista en el norte (Corea del Norte). Es un país muy rico en historia, y a pesar de haber sufrido en el último siglo la invasión japonesa y la separación entre el norte y el sur, ha conseguido conservar sus orígenes y su patrimonio cultural.
Las 2 semanas que hemos viajado por este país han sido únicas pudiendo disfrutar de la amabilidad y cercanía de sus habitantes cómo veréis en nuestros relatos, de las actuaciones que nos han trasportado hacía el pasado y sus paisajes naturales.
Su moneda es el won coreano (KRW), y el cambio actual es de  1€ = 1413 KRW.

Puerta Gwanghwamun

 21 y 22 de Agosto 2012    SEÚL(I)

Cómo siempre ocurre, cuando uno tiene prisa o quiere llegar puntual  hay algo que lo impide. Pues esto mismo nos pasó a nosotros, el avión Taipei-Seoul salió unos 30 minutos tarde, haciendo que nuestra llegada se retrasara y la familia Choi (familia que nos acogió en su casa- couchsurfing) tuviera que esperarnos más de la cuenta. Además tuvimos nuestra aventura en el avión: los últimos momentos, antes de aterrizar, tuvimos algunas  turbulencias, que hicieron encender la luz de ponernos los cinturones antes de tiempo. Una chica que estaba sentada unas dos filas delante de nosotros comenzó a decir que se encontraba mal, que le costaba respirar y que no podía mover un brazo. Como podéis imaginar la cosa se lió bastante, vinieron todas las azafatas, la gente se comenzó a poner muy nerviosa, todo era un poco caos. Dijeron que necesitaban un médico, y cómo estábamos muy cerca, le dijimos que yo era doctora. La chica estaba temblando y respirando muy deprisa. Me senté a su lado, con ayuda de la azafata y Marc le preguntamos varias cosas (ya que ella sólo hablaba chino). Por suerte, sólo tenía un ataque de pánico y todo se solucionó tranquilizándole y enseñándole a controlar su respiración.

Palacio  Gyeongbokgung
A la llegada del aeropuerto, intentamos ir lo más rápido posible en hacer todos los trámites de paso de frontera y recogida de equipaje. Nos sentíamos un poco raros, una sensación de intriga, alegría, miedo… un poco de todo por cómo sería el encuentro, cómo sería la convivencia y si saldría todo bien. Quizás lo que más nos provocaba este estado era el no conocer sus costumbre y padecer por si el comportamiento que nosotros consideramos “normal” también lo sería para ellos. Pero toda esa sensación se marchó rápidamente cuando nada más pasar las puertas de salida una chica nos saludó alegremente y nos vino a buscar. Hicimos las presentaciones entre nosotros y ellos (ella, Seonyoung, estaba con su marido Hyungjoo y su hijo Hyeonjin de 30 meses), saludándonos con la mano (allí no hay costumbre de dar dos besos cuando conocen a alguien). Cómo era tarde, y teníamos por delante una hora y pico hasta llegar a su casa, enseguida nos montamos en su coche y disfrutamos de las vistas…  Una vez llegamos a su casa, nos enseñó lo que sería nuestra habitación y preparó en unos minutos una cena deliciosa. Hablamos durante un rato, contándoles nuestro plan de viaje durante este año, y sin darnos cuenta ya era más de medianoche, con lo que nos fuimos a dormir.

 Cómo hemos explicado anteriormente esta era la primera vez que hacíamos couchsurfing y también la de ellos. Esta experiencia para nosotros ha sido muy gratificante y satisfactoria. El único “problema” es que “perdíamos” unas 3 horas en total en el trayecto de ida y vuelta a Seúl, ya que ellos no viven en Seúl, sino en una ciudad cercana llamada Osan, a más o menos unos 45 minutos en coche y una hora y media en metro (unas 30 paradas). Pero la vivencia y lo bien que se portaron con nosotros lo compensó con creces.

Plaza de Gwanghwamun.
Escultura del rey Sejong.
Al día siguiente, aprovechamos y dormimos un poco más de la cuenta, además no sabíamos sobre qué hora se levantaba Seonyoung y su hijo, y no queríamos molestar. Pero las cosas siempre son más fáciles de lo que te imaginas. Cuando salimos al salón ellos ya estaban allí, Hyeonjin tenía ganas de jugar… enseguida nos enseñó un puzle y nos pusimos  a montarlo. ¡¡Nos dejó muy perplejos cuando vimos que conocía las piezas de memoria!! Cuando nos quisimos dar cuenta Seonyoung nos había preparado un fantástico desayuno coreano… estaba todo buenísimo, creo que hacía años que no desayunábamos tanto como los días que estuvimos en su casa. Tras el gran desayuno, nos llevó a coger
 Puerta Gwanghwamun.
Entrada al palacio Gyeongbokgun.
el metro dirección Seul (1950 KRW).  Nos bajamos en la plaza de Gwanghwamun, donde se encuentra la escultura del rey Sejong, famoso por los cambios tanto políticos como culturales que llevó a cabo. Debajo de su escultura se encuentra todo un museo dedicado a él, donde se puede ver cómo influyó en el lenguaje (cambió el alfabeto haciéndolo más sencillo), en la música, y en otras tantas cosas. Sin darnos cuenta, estuvimos casi 2 horas, y no lo vimos todo…!! Al salir del museo, quisimos continuar hacia la puerta de Gwanghwamun y el Palacio Gyeongbokgung, pero una alarma se oía en toda la ciudad y todo se quedó parado (coches quietos, personas paradas bajo techos,…). Un señor nos indicó que no podíamos salir a caminar… Era como si hubieran parado el tiempo y todo se hubiera detenido. ¡¡No entendíamos nada!! ¿Qué estaba pasando? Miramos a nuestro alrededor, y la gente estaba tranquila, pero sin moverse del sitio... Finalmente le preguntamos a una chica coreana, si pasaba algo y nos explicó que era un simulacro de guerra, por si les atacaba Corea del Norte. Por lo visto, se hace 2-3 veces al año. Ahora son más “light”, sólo se para la ciudad entera, pero por lo visto años atrás, cuando sonaba la alarma había que esconderse en unos refugios

Puerta palacio Gyeongbokgung
Palacio  Gyeongbokgung
Tras el simulacro, la vida volvió a la normalidad, y continuamos nuestra ruta. En Seúl existen varios palacios dispersos por el centro de la ciudad… Cómo queríamos ver la gran mayoría decidimos comprar un pase que nos permitirían ver los 5 palacios más importantes (10000 KRW). El primero que visitamos fue el Palacio Gyeongbokgun. Es el más importante de la dinastía Joseon (1392-1910) y el más completo y vistoso de los 5. Es un recinto súper grande, con muchísimos edificios de madera (de solo una planta) y con tejado a 4 aguas, rodeados de jardines. La gran mayoría de sus interiores no contenían ningún mueble, a excepción del central donde el techo estaba decorado con pinturas y en el centro se encontraba el trono del rey. El tiempo pasó volando, y cuando nos quisimos dar cuenta eran ya casi las 16h (sobre  las 17.30h suele cerrar todo y alas 18h es de noche), y aún no habíamos comido. Decidimos dejar la comida para más tarde, ir a ver la Casa Azul (la residencia del presidente de la república) y después hacer una comida-cena. Pero la vista de la Casa Azul, nos decepcionó, ya que está rodeada de un muro y  no te permiten acercarte a él. Así que realizar una foto del lugar es casi imposible. Como era tarde, estaba anocheciendo, y teníamos 1.30h por delante en tren, decidimos cenar en un puesto de comida rápida (ya que era el único lugar donde había el dibujo del plato y el precio, en el resto de los sitios el menú sólo está en coreano) y unos dumplings.

Palacio  Gyeongbokgung.
Palacio  Gyeongbokgung.
Trono del rey













Para volver a casa de Seonyoung, volvimos a coger el metro y quedamos con ellos en la estación más cercana a su casa, donde nos vinieron a recoger en coche. El sistema de metro de Seúl es muy lioso, ya que algunas líneas se subdividen acabando en sitios diferentes,.. Y cómo no, nos perdimos un poco, llegando nuevamente más tarde de lo que pensábamos. De vuelta a su casa, les explicamos nuestras aventuras del simulacro y el lío del metro. Estuvimos hablando gran parte de la noche, y nos invitaron a unos “snacks” en su casa (tortilla de verduras con sepia, trozos de sepia secada y melocotones torceados).

Aqui os dejamos el metro de Seul... ¡¡como veis es muy muy sencillo!!


El horario de vida coreana es muy diferente al nuestro: ellos desayunan sobre las 7-8h de la mañana, comen sobre las 12-13h y cenan sobre las 18-19h. A veces, antes de irse a dormir, y pasadas las 21h toman unos “snacks” que para nosotros sería como un aperitivo.
Antes de irnos a dormir, quedamos con Hyoongjoo para irnos con él por la mañana hacia Seul, y nos ofrecimos a preparar la cena del día siguiente con platos típicos de nuestro país.

2 comentarios:

  1. Això és una passada, no em perdo cap publicació, però em resulta difícil fer comentaris.
    Molts records.
    Disfruteu a tope!

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  2. EII!!! Moltes gràcies. Ens fa molta ilu rebre comentaris i més si són favorables!! La veritat és que sí que és una passada. Ens ho estem passant molt bé i gaudim de cada segon. Ja han passat gairebé 3 mesos!! I ni ens en hem adonat.

    Molts petons des de l'aeroport de Tòquio, en menys d'una hora sortim cap a Singapur!! Sí, anem endarrerits amb les publicacions...

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