miércoles, 31 de octubre de 2012

JAPÓ: NIKKO

24de setembre 2012        NIKKO


El penúltim dia que ens quedaba al Japó el vam dedicar a Nikko. Es troba al nord de Tòquio i es triguen unes 2 hores i mitja en tren en arribar-hi. S’hi pot arribar amb les línies JR, que dóna més volta i surt més car, o amb la línia privada tobu Asakusa – Nikko (2640 ¥ anar i tornar). Hi ha una entrada combinada per veure els monuments declarats  patrimoni de la humanitat (1000 ¥) que permet l’entrada a la majoria i també es poden comprar per separat però surt més car. Com que ja sabeu que el nostre pressupost és molt ajustat vam decidir comprar una entrada combinada i anar alternant-nos. Si n’hi havia algun que ens cridés molt l’atenció hi entraríem plegats pagant una entrada individual. Val a dir que encara que no en vam acabar comprant cap, Nikko val molt la pena i, fins i tot, compensa estar-hi més d’un dia, ja que hi ha diferents rutes en les seves muntanyes per descobrir.

Pont Shin-kyo.

Vam arribar a l’estació i, just allí mateix es troba l’oficina de turisme, on vam recollir un mapa i ens van dir que el centre quedava a una mitja hora a peu. El primer que vam trobar va ser el pont Shin-kyo (300 ¥ creuar-lo), és una reconstrucció del original del s.XVII i no cal creuar-lo per veure’l

Continuant cap al nord vam arribar al temple Rinno-ji, on vam comprar l’entrada combinada. Lamentablement, el temple estava en obres i no es pot apreciar gairebé res. A dins hi ha tres figures daurades de fusta de buda que són les més grans de Japó.

Santuari Toshogu.
Després ens vam dirigir cap al santuari Tosho-gu. En aquest recinte s’hi troba una pagoda de cinc pisos reconstruïda al 1818 i que no té fonaments (l’aguanta un màstil que fa de pèndul en cas de terratrèmol) i els tres monos de fusta famosos (el que es tapa els ulls, l’altre la boca i l’últim les orelles) que representen tres principis del budisme Tendai.

El següent monument patrimoni de la humanitat que vam visitar va ser el santuari Futurasan i, per arribar-hi des del Tosho-gu, es passa per un camí envoltat de bosc amb el terra ple de molsa, és una imatge molt bonica. El santuari Futurasan va ser fundat al 1619 i és el més antic de la ciutat. És petit però acollidor i té com un tron portàtil en un dels seus edificis.

Vam començar el descens des de dalt de tot de la zona històrica de la ciutat cap al Tiyun-byo, fet servir com a tomba del net d’un personatge important de la història de Nikko. No és massa habitual que hi hagi una  tomba important en un temple  budista.

Temple Jyokogy. 
L’últim punt que ens quedava per veure de Nikko era l’abisme de Gamman-Ga-Fuchi. Quedava  a uns 15-20 minuts del Taiyun-byo i de camí vam trobar una agradable sorpresa. Els carrers ens van portar fins un petit temple-cementiri que no surt a la guia i gairebé ni apareix en el plànol que ens van donar a turisme. El Jyokoji està ple de tombes i també hi ha moltes estàtues de pedra cobertes amb mantells i gorrets vermells. Ens va cridar l’atenció una petita font en la que un drac escup aigua en un ribell  de pedra cobert de molsa.


Abisme de Gamman-Ga-Fuchi.
Finalment vam arribar a l’abisme de Gamman-Ga-Fuchi. Es tracta d’un passeig a la vora del riu envoltat de bosc en el que  s’hi troben un munt d’estàtues alineades. Moltes d’elles estan cobertes de molsa i moltes altres també estan cobertes amb gorrets, mantells o pitets vermells. Aquestes peces  de roba  vermelles les posen les mares que han perdut algun fill en mostra de que encara els  cuiden. Com podeu veure té un significat més profund del que pugui semblar.

Quan vam haver acabat la visita a la ciutat, que ens va deixar molt bones sensacions, vam tornar cap l’estació. Vam agafar el mateix tren fins a l’estació d’Asakusa de Tòquio. Com que  teníem gana i era la nostra penúltima nit al Japó i l’endemà teníem  sopar a casa en Hadi vam decidir sopar en un petit restaurant. Vam entrar en un que hi havia uns quants obrers. Per demanar el menjar havies de posar l’import en una màquina i et donava un tiquet que li entregaves a la mestressa i et preparaven el menjar. Ens vam gastar 980 ¥ enrtre els dos per dos plats força carregats i ben bons. Vam acabar tornant casa el Hadi amb el JR i la línia privada Tokyu (340 ¥,  cada un) i, un cop a casa, ens  van  tornar a convidar a sopar!

martes, 30 de octubre de 2012

JAPÓN: TOKIO


23 y 25 de septiembre 2012            TOKIO


El día 23 de septiembre llegábamos a Tokio por la mañana temprano. Por suerte, habíamos encontrado a Hadi, un chico iraní de 30 años que vive con su familia (mujer e hijo) en Tokio, y que nos aceptó alojarnos en su casa (couchsurfing). Es una familia muy educada y correcta, y desde el primer momento intentaron hacernos lo más fácil posible una estancia allí. Su casa está un poco alejada del centro, pero con el metro enseguida se llega a cualquier parte.  

No era el mejor día en Tokio, el cielo estaba gris y la lluvia decidió acompañarnos todo el día. Habíamos quedado con Hadi en la estación de Senzoku Ike, de una de las líneas de trenes privadas Tokyu, cercana a su casa. Y por suerte, se presentó con dos grandes paraguas que nos cobijaron de la lluvia. Al llegar a su casa conocimos a Zeinab, su mujer, y Hosein, el pequeño de la casa. Como era muy temprano, nos invitaron a un desayuno iraní, con ellos, que aceptamos de buen gusto. Todo estaba buenísimo: ¡pan recién hecho con mermelada y queso!

Lonja de pescado deTsukiji. Catanas que utiizan para cortar
los enormes pescados.
A pesar de que continuaba lloviendo, enseguida nos pusimos en marcha ya que sólo nos quedaban 3 días y queríamos hacer todas estas cosas: Nikko (1 día entero), ver un combate de sumo, visitar la Bolsa de Tokio y el Museo de la Moneda, visitar la lonja de pescado, caminar por el barrio de electrónica y ver la catedral de Tokio (aconsejada por el tío del Marc).

Decidimos ir primero a informarnos sobre el sumo, ya que sabíamos que  la temporada era en ese momento. Cogimos el metro hasta el estadio Ryogoku Kokugikan. Algunos participantes salían con una especie de kimono la calle, ¡son enormes! Preguntamos en información turística sobre tickets y dónde teníamos que comprarlos, pero habíamos llegado tarde…¡este mismo día se acababa y estaban agotadas las entradas! Nuestra ilusión se marchó en un segundo, nos habíamos quedado sin poder ver en vivo y en directo un combate de sumo.

Como continuaba lloviendo decidimos ir a ver el Museo de la moneda (entrada gratuita). Te muestran gran parte de la historia de la moneda, des de sus inicios siglos atrás hasta la importancia que tiene hoy en día. También había una amplia colección de billetes de todo el mundo. Únicamente echamos en falta alguna explicación más en inglés, ya que la gran mayoría solo estaba en japonés.

Al salir, la lluvia continuaba siendo la protagonista del día, no dejaba tener un ratito de descanso. Además el día comenzaba a refrescar, por lo que decidimos volver a casa de Hadi y tomarnos la tarde de relax. Las horas pasaron muy deprisa, casi no nos dio tiempo de hacer nada. Preguntamos a Hadi si había algún supermercado o restaurante cercano para cenar, pero muy amablemente nos invitaron a sentarnos con ellos a la mesa y disfrutar de una deliciosa cena.

 El siguiente día preferíamos dedicarlo a Nikko, pero esto lo publicaremos en nuestra siguiente entrada.


Lonja del pesacado de Tsukiji.
El día 25 de septiembre era nuestro último día en Japón. Tras la desilusión de no poder ver ningún combate de sumo, pusimos todas nuestras ganas en la lonja de pescado de Tsukiji. Es el mayor mercado de pescado del mundo y dicen que es impresionante ver las subastas al por mayor; para ello se tiene que ir muy temprano, sobre las 4 ó  5 de la madrugada para reservar entrada, ya que el acceso es limitado. Nosotros estuvimos pensando y dándole vueltas a cómo podríamos ir, ya que estábamos en la otra punta de Tokio y los transportes urbanos (metros y autobuses) no funcionan aún. La única manera de ir era cogiendo un taxi, pero es un lujo en Japón, excesivamente caro para podérnoslo permitir. Así que muy a nuestro pesar, decidimos ir temprano en transporte urbano, llegar sobre las 7 ó 8 de la mañana,  y cruzar los dedos para tener suerte y ver, aunque sea un poco, el encanto de la lonja.  Cuando llegamos a la zona de la lonja, nos pusimos a buscar el lugar concreto donde se vende el pescado al por mayor. No es cosa fácil, ya que las calles están llenas de tiendas y restaurantes y abarrotadas de gente. Fuimos a la única “oficina de turismo” de la zona a preguntar donde estaba la lonja, pero sólo conseguimos que nos dieran un mapa con las tiendas de alrededor.
Un ejemplar de atún en la lonja de pescado de Tsukiji.
Cortandolo y movilizándolo entre 3 personas.
 Así que decidimos irnos hacia la zona de almacenes, donde iban y venían todo tipo de “toros” mecánicos con cajas, y…. ¡allí estaba lo que buscábamos! ¡La lonja! Seguramente no es nada en comparación a la madrugada, no había subasta, pero aún quedaban puestos con los pescados vívos, de todo tipo y sobretodo de gran tamaño. Caminamos entre los diferentes puestos con la esperanza de poder ver algún atún gigante como los que habíamos visto en algún documental. Vimos grandes porciones de atún en enormes congeladores, pero ninguno entero.  Caminamos durante un par de horas, y la gran mayoría de puestos comenzaron a recoger. Medio desilusionados empezamos a salir y nos detuvimos a ver cómo bloques gigantes de hielo eran cortados y triturados para su uso. No queríamos darnos por vencidos, y entramos por última vez a la lonja y…. ¡vimos el atún, un gigantesco atún de no se cuantas toneladas! Impresionante, es grandísimo. Pudimos ver como movían el atún entre 4-6 personas y como lo cuartearon. ¡Qué cuchillos utilizaban, eran como catanas enormes! Llegamos a entender que un atún de estos puede llegar a valer 100.000 €… sin palabras.

¡El poder en nuestras manos!
Después de ver esto, nos marchamos contentos por haber conseguido ver lo que queríamos. La siguiente parada era en La Bolsa Nikkei de Tokio (entrada gratis). Hay un pequeño museo que mostraba el inicio de la bolsa con contratos y acciones. Lo más destacado es poder ver las salas que normalmente salen por la televisión. Cuando nosotros estuvimos estaban un poco desiertas porque era la hora de la comida.

Las horas pasaban, y aún nos quedaba ver el barrio de la electrónica y la catedral. Era imposible ver los dos, porque están muy lejos entre ellas y no teníamos tiempo. Finalmente decidimos ir al Barrio de la Electrónica, porque el objetivo de la cámara se nos estaba rompiendo. Ya llevábamos días con dificultades para hacer fotos de calidad y cada vez era peor, así que tendríamos que comprar un objetivo nuevo tarde o temprano, y decidimos mirar precios. El barrio de la electrónica son calles donde se concentrar tiendas con todo tipo de material electrónico, tanto nuevo como de segunda mano y, por lo que se dice, en ocasiones te puedes encontrar verdaderas gangas. Nosotros no supimos encontrarlas… y finalmente nos marchamos con las manos vacías.

Último día en casa de la familia de Hadi.
Ya eran las 19h, y aún teníamos una hora de metro para llegar a casa de Hadi, así que decidimos marchar. Habíamos quedado en que esta noche cocinaríamos nosotros cómo agradecimiento a todo su hospitalidad. Volvimos a repetir nuestros platos estrellas: “pa amb tomàquet” y tortilla de patatas. Y disfrutamos de la última noche en su compañía.

Al día siguiente, madrugamos para ir al aeropuerto y coger el avión hacía nuestro noveno país: Singapur. Además en este trocito del viaje(Singapur y Malasia) nos acompañará Vanessa (mi hermana). 

domingo, 28 de octubre de 2012

JAPÓ: KANAZAWA


20 al 22 de setembre 2012            KANAZAWA 


El dia 20 ens sortia el bus cap a Kanazawa al migdia. Ens vam llevar relativament aviat i vam anar a veure el santuari Shimogamo jinja (gratuït) que va ser edificat al sVIII i és patrimoni mundial per la Unesco. Es considera que aquí no d’hi pot mentir i, per tant, és un bon lloc per resoldre problemes. Lamentablement estava també en obres i no es veia gran cosa. Vam tornar cap a casa del Hiroki i vam agafar el bus (220 ¥) per anar a l’estació de trens, que és on havíem d’agafar el bus, amb la companyia Willer, cap a Kanazawa.

Després d’unes 4 hores arribàvem a l’estació JR de Kanazawa. Allà ens hi esperava l’Ida, una noia d’origen xinès però que ha crescut al Quebec, concretament a Montreal. Ara viu al Japó amb un programa internacional de professors d’anglès i es dedica a donar classes en una escola propera a casa seva. Ens va acollir mitjançant couch surfing.
Vam anar en autobús fins a casa seva (230 ¥) i un cop deixat l’equipatge vam anar a comprar una mica de sopar i vam sopar plegats. Ens va comentar si ens feia res que l’endemà vingués un altre noi alemany que també havia conegut amb el couch surfing i li vam dir que evidentment no. A part de que allò era casa seva i nosaltres no hi tenim res a dir, era prou gran per tots 4 i, fins i tot, algun més.

Jardí del santuari Oyama-jinja.
L’endemà al matí ens havia deixat un parell de notes (ja havia marxat a treballar) per dir-nos que ens sentíssim com a casa i, la veritat, és que aquell parell de dies ens ho va fer sentir.

Com que casa seva no estava massa allunyada del centre (una horeta a peu) hi vam anar tot fent un passeig. La nostra primera intenció era anar a veure el parc del castell de Kanazawa, però just al costat hi vam trobar un petit santuari que ens va cridar l’atenció: el Oyama jinja. Estava envoltat d’un bonic jardí amb un llac i l’entrada principal estava adornada amb vidres de colors.  

Castell de Kanazawa.
Vam continuar cap al parc del castell (edifici/recinte 300 ¥/gratis. No hi vam entrar). L’imponent castell va ser destruït per un incendi després de ser la residència de la família Maeda durant 14 generacions. Es va reconstruït en part i va rebre el nom de parc del castell. Està en una zona elevada del ciutat i el que més destaca són les parets defensives blanques. 

Just al costat est del parc del castell es troba el Kenroku-en (300 ¥), un dels 3 millors jardins del Japó, segons la guia. Pel que fa a nosaltes (bé, de fet només hi vaig entrar jo, la Raquel es va quedar fora) no és, ni de bon tros, un dels més bonics. Pels nostres cànons de bellesa n’hi ha de molt millors i, alguns, gratuïts.

Després ens vam apropar al barri Higashi Chaya-gai, el barri de les geishes. Es tracta de tres carrers paral·lels amb cases antigues on, antigament, es reunien les geishes amb els seus clients. Ara són tendes de records i cases per visitar (pagant, és clar). Sortint del barri vam creuar cap als carrers de sota on vam poder veure algunes cases antigues, aquestes encara habitades i no preparades pel turisme.

Torii de davant de l'estació de Kanazawa.
Acte seguit vam continuar en direcció oest cap al mercat d’Omicho. Es tracta d’un mercat ple de tendes i restaurants, moltes d’elles de marisc, evidentment molt caríssim. Com que ja era de tarde vam pensar que ens hi aproparíem el dia següent pel matí per veure’l amb més acció, però no hi va haver massa diferència. També hi havia alguna paradeta de fruita i algun restaurant més econòmic, però nosaltres teníem sopar catanyol aquella nit a casa de l’Ida i només hi vam comprar els tomàquets pel sopar.

Des del mercat vam passar un moment a donar un cop d’ull on havíem d’agafar l’autobús l’endemà al vespre cap a Tòquio a l’estació JR. L’estació compta amb una font curiosa que va escrivint, en anglès i japonès alternativament, benvingut a Kanazawa i l’hora. 

De tornada ja, cap a casa l’Ida, vam passar pel districte de Nagamachi. Barri on s’hi troben algunes cases de Samurais. La nostra intenció era veure’n alguna per fora, ja que per dins s’havia de pagar i només contenien algun uniforme o algun petit jardí. La veritat és que no hi vam trobar massa diferència amb les altres cases antigues de l’altre barri i com que anava fent-se tard vam continuar caminant cap a casa.

Sopar catanyol amb la Ida i el Henner.
En arribar a casa l’Ida ens vam posar a la feina: fer el pa amb tomàquet amb oli d’oliva i la truita de patates i ceba. Mentre anàvem fent va arribar el Henner. Té 20 anys i fa uns 8 mesos que està recorrent Àsia tot sol i amb un pressupost molt ajustat, més que el nostre. Pel Japó, s’estava movent, bàsicament fent autostop, i no era al primer lloc que ho feia. En vam aprendre força d’un noi que, amb 10 anys menys que nosaltres, tenia unes experiències que ens deixaven bocabadats. El sopar va ser un èxit!! 

L’endemà, vam estar tot el dia amb el Henner. Ens va explicar un joc que existeix per internet que consisteix en que una persona deixa una petita capsa (pot ser de plàstic, metall, fusta...) amagada en algun lloc públic i hi deixa un paperet a dins per a que els qui la trobin hi posin el nom i la data. La persona que amaga la capsa escriu les coordenades de GPS a la web d’aquest joc i la gràcia està en trobar-la. Nosaltres en vam estar buscant un parell i només en vam acabar trobant una. I ens va fer força il·lusió, perquè estava molt ben amagada darrere uns pals de ferro enganxada amb un iman.

Fem manualitats amb nostra nova amiga.
Ens vam asseure en un esglaó a l’ombra per dinar. Al cap de pocs minuts va parèixer una senyora que, amb senyes, ens va fer apropar a casa seva. Ens va oferir quedar-nos al seu porxo i ens va convidar a un parell de gots de te gelat, que amb aquella calor ens van venir de meravella. Mentre anàvem dinant ens va treure com uns cordills per fer manualitats i vam estar practicant una estona. Finalitzada la classe ens vam poder endur el  nostre treball. Un cop més, va quedar més que demostrada l’amabilitat i espontaneïtat del poble japonès.

Cap al tard vam anar a un parc que hi havia prop del castell i vam assistir a un festival d’estudiants que recaptaven diners per al viatge de final de curs.
Vam tornar cap a casa de l’Ida per acomiadar-nos-en, ja que tenia un sopar a les sis, i sino no la veuríem. També vam aprofitar per sopar nosaltres. Després vam agafar un altre cop el bus de tornada a l’estació (230  ¥) per agafar l’últim bus de Willer que ens havia de tornar a Tòquio, on passaríem els nostres darrers dies al Japó.

sábado, 27 de octubre de 2012

JAPÓN: KIOTO (IV)


19 de septiembre 2012         KIOTO (IV)


Nuestro quinto y, técnicamente, último día en Kioto lo aprovechamos para ver lo que considerábamos imprescindible antes de marchar: templo Kodai-ji, templo  Kiyomizu-dera y el santuario Fushimi-Inari Taisha. Si nos sobrara tiempo también veríamos con más detenimiento la Estación de Kioto. Cómo habréis podido haber, en Kioto abundan los templos, pero hay muchísimos más de los que nosotros hemos podido visitar, las calles están llenas de estos edificios de plegarias.

Templo Kodai-ji
Con los días que llevábamos por Kioto y tal y como nos lo habíamos recorrido de norte a sur y de este a oeste caminando, teníamos la sensación de conocernos ya la zona. Nuestra primera parada fue en el templo Kodai-ji (600¥/persona). Este templo fue fundado por Kita-no-Mandokoro en 1605 en memoria de su difunto esposo. Lo que más destaca de este templo son sus extensos y diferentes jardines y las casas de té que posee.

Templo Kiyomizu-dera
Continuamos por el templo  Kiyomizu-dera (300¥/persona). Éste es uno de los favoritos de Hiroki, y nos lo aconsejó verlo, así que decidimos entrar los dos.  Se levantó por primera vez en el año 798, pero como la mayoría de los templos, ha sido destruido y reconstruido en varias ocasiones, siendo los edificios actuales del 1633. Pertenece a la escuela budista de Hosso,  y es uno de los monumentos más famoso de la ciudad. El edificio principal está construido sobre una ladera, y su gran terraza está apoyada sobre cientos de columnas que sobresalen de esta. Debajo se encuentra el manatial de Otowa-no-taki, donde puede beberse un agua “sagrada” que dice poseer propiedades curativas. Lo que más nos llamó a nosotros la atención, es que está repleto de sitios donde puedes comprar suerte en la salud, el amor, … y hay muchísimas personas que creen en ello. ¡No os podéis ni imaginar el dinero que se mueve allí dentro!

Sendero lleno de torii del santuario Fushimi-Nasi Taisha. 
A diferencia del día previo, el sol nos acompañó durante todo el día, así que decidimos volver al deseado santuario Fushimi-Nasi Taisha y disfrutar, hoy sí, de sus espectaculares vistas. En el siglo VII se dedicó este enigmático santuario a Inari, dios del arroz y el sake, pero con el paso del tiempo, se le ha ido pidiendo a esa deidad prosperidad en los negocios. El complejo está formado por 5 santuarios reparticos por la ladera del Inari-yama. Un sendero flanqueado por torii rojas de unos 4km recorre toda la ladera.   Al lado de los santuarios se pueden encontrar cementerios, donde abundan figuras de zorros de piedra. Los japoneses consideran este animal sagrado y la llave que suele llevar en la boca simboliza protección del granero de arroz para los campesinos. Pasamos a través de las miles de torii rojas que forman el sendero, viendo los pequeños santuarios y curiosos cementerios, y disfrutando de las bellas vistas.

Sashimi.
Como de costumbre, las horas habían pasado volando, y ya era casi las 5 de la tarde. Nos quedaba menos de una hora de luz del día. Nos dirigimos a la estación de Kyoto, donde nos paramos a ver su estructura de cristal y acero, y subimos a la planta 15 donde se encuentra una terraza que ofrece vistas de todo Kioto.

Tras haber cumplido con nuestros objetivos del día, volvimos hacia casa de Hiroki. Cómo era nuestra última noche allí, habíamos quedado en salir a cenar los 3 juntos. Tras una merecida ducha, Hiroki nos llevo a cenar a uno restaurante situado cerca de la zona universitaria y bien de precio. Pedimos sashimi y una sopa con ramen que estaban deliciosos.

viernes, 26 de octubre de 2012

JAPÓ: KYOTO (III)


18 de setembre de 2012              KYOTO (III)


Un dels jardins del Palau Imperial de Kyoto
( Kyoto Gosho).
El dia 18 ens vam poder llevar una mica més tard. La nostra intenció era visitar el palau imperial de Kyoto (Kyoto Gosho) que només es pot veure amb visita guiada (algunes en anglès) i és gratuït. El palau està envoltat d’un parc enorme ple d’arbres i senders. Va ser construït inicialment al 794 i ha estat reconstruït nombroses vegades degut als incendis que l’han arrasat. Avui en dia encara s’hi celebren entronitzacions i altres actes imperials, tot i que la capital de l’imperi del sol naixent va ser traslladada, al 1868, a Tòquio. Kyoto va ser capital de l’imperi des del 794. Just al sud del Kyoto Gosho s’hi troba el Sento Gosho, un altre palau utilitzat per emperadors retirats que també ha estat reconstruït moltes vegades. També té visites en anglès però nosaltres no vam tenir temps de veure’l. La nostra visita al palau  va quedar una mica deslluïda degut a la pluja, però és una visita que recomanem ja que el palau és molt bonic, així com els jardins, i les explicacions donen molts detalls de com era la vida a palau.

Vam continuar baixant en direcció a l’estació per trobar-nos el mercat Nishiki. Es tracta d’un carrer cobert amb tot de parades de menjar i records però excessivament car per a nosaltres. Vam buscar un lloc per seure per allí (ja que seguia plovent i estàvem a sopluig) i vam dinar el menjar que havíem comprat al Lawson store la nit anterior.

Quan vam acabar de dinar ens vam dirigir a un dels temples més grans de la ciutat i que és gratuït: el Higashi Hongan-ji. Consta de diversos edificis i va ser construït el 1602 i reconstruït el 1895. Actualment hi havia dos edificis en reconstrucció i semblava que n’hi havia per força  temps.

Temple Sanjusagen-do. (Foto agafada de google).
El proper temple que vam visitar va ser el Sanjusangen-do (600 ¥). Com la majoria, es va haver de reconstruir el 1266 per un incendi tot i que l’original es va alçar el 1164. La peculiaritat d’aquest temple radica en les 1001 estàtues de la deesa Kannon i que cada deesa té 1000 braços. En realitat cada estàtua només té 40 braços, però segons una fórmula budista cada braç pot salvar 25 mons i, per tant, són 1000 braços (nosaltres tampoc ho vam acabar d’entendre). És força espectacular i crida l’atenció, així com la prohibició, molt estricta, de fer-hi fotos. Raó per la que, a pesar del preu, hi vam acabar entrant tots dos. I no ens n’arrepentim.

Temple Tofuku-ji.

Com que encara quedava una horeta per a que comencessin a tancar els temples i santuaris vam decidir continuar allunyant-nos una miqueta més de casa i vam anar a veure el Tofuku-ji (entrada al recinte/jardí gratuïta/400 ¥. Nosaltres no vam entrar al jardí). Va ser fundat al 1236 i constava de 53 subtemples, però ja se sap, el pas dels anys, el foc... Ja només  en queden 24. La seva porta és la més antiga del Japó. Ens van cridar molt l'atenció unes pintures que hi havia al sostre d'un dels edificis principals del temple, en la que hi ha dibuixats uns dracs en blanc i negre.

Pintures del sostre del Tofuku-ji.
A  uns 25 minuts més enllà quedava un dels santuaris que més il·lusió ens feia veure, el Fushimi-Inari Taisha,  i ens hi vam atansar. Però el dia seguia gris i plovent de forma intermitent i, quan hi vam arribar, va començar a ploure de forma constant i no en vam poder gaudir gens. Mentre esperàvem a que parés de ploure i ja anava fosquejant vam conèixer una noia xilena, la Catalina, que estava treballant per un període curt de temps al Japó en quelcom relacionat amb l’art. Li vam recomanar un parell de llocs per veure i ens vam acomiadar no sense abans donant-nos les direccions del correu. No  se sap mai...

En vista de l’hora i que ja era fosc, vam començar la tornada: vam trigar 3 hores  de rellotge fins  arribar a casa del Hiroki!! Va ser la tornada més llarga de tots els dies a Kyoto! Quan li explicàvem què havíem vist durant el dia i des d’on  veníem a peu ens deia que  no s’ho podia creure!!

jueves, 25 de octubre de 2012

JAPÓN: KIOTO (II)


17 de septiembre 2012                 KIOTO (II)


Este día decidimos ver algo diferente y desconectar de tanto templo.  Por la mañana temprano caminamos hacia el castillo, Nijo-jo, con la intención de verlo únicamente por fuera y después marchar hacia el distrito de Arashiyama donde se encuentra un bosque de bambú.

Japón tiene muchos castillos, pero la gran mayoría son reconstrucciones de los originales, los cuales han sido destruidos por el fuego o las guerras. Los únicos castillos originales que quedan en la actualidad son los de Himeji, Hikone, Matsumoto e Inuyama. Nosotros queríamos ver uno de los originales por dentro, pero el de Himeji estaba en obras y los otros tres nos quedaban demasiado alejados de nuestra ruta. El resto de castillos nos propusimos verlos únicamente por fuera, ya que pensamos que es donde reside su encanto. 
Vistas del interior desde las murallas
del castillo de Kioto, Nijo-jo
Al llegar a los muros que rodean el castillo, nos sorprendió que la taquilla, a diferencia de otros castillos, estaba situada fuera, y no dentro. Dudamos mucho si pagar la entrada (600 ¥/persona) y verlo o dejarlo pasar.  Pero tras pensar que quizás sería el único que podríamos ver por dentro, entramos. Nijo-jo fue construido en 1603, y tiene en todo su interior un suelo llamado de “ruiseñor” para detectar la entrada de intrusos rápidamente. Este suelo tiene la característica de hacer un ruido similar al canto del ruiseñor cuando se camina por él, vayas rápido o con todo el cuidado del mundo.  A diferencia del resto de castillos que habíamos visto, su estructura no es alta, sino más bien baja. Además tras pasar la gran puerta de entrada, Karamon, se entra en el palacio Ninomaru. Este palacio posee salas con mamparas adornadas con espectaculares pinturas, bien protegidas del sol y de los turistas (no está permitido hacer fotos). Tras ver estos edificios, dimos un pequeño paseo por los jardines adyacentes y terminamos aquí nuestra visita.

Bosque de bambú.
Nos dirigimos a la estación de trenes más cercana al castillo, estación de JR de Nijo, donde cogimos un tren que nos llevaría al distrito de Arashiyama (160¥). Bajamos en la estación de Saga Arashimaya. En esta estación no hay información turística, únicamente unos panfletos con un mapa de la zona. Mientras intentamos orientarnos, conocimos a una chica de Barcelona, Natzaret, que viajaba sola y le encanta Japón. Como queríamos ir al mismo sitio, el bosque de bambú, decidimos ir juntos y continuar hablando sobre diferentes temas (qué sitios había visitado, cómo está la situación en Cataluña, etc). Sin darnos cuenta, nos introducimos en el bosque de bambú: miles de cañas de bambú juntas y altas; tantas y tan altas que llegan a tapar los rayos del sol. Lo único que estropeaba un poco el ambiente, cómo en la mayoría de sitios con encanto, es la cantidad de gente que éramos allí.  

Templo Adashino Nembutsu-ji.
Además del bosque de bambú, este distrito, también posee una gran cantidad de templos. Decidimos visitar solo el templo Adashino Nembutsu-ji (500 ¥) por ser un poco diferente a los demás. Es un templo atípico donde se dejan los restos de los fallecidos sin familia o pobres y una vez al año se encienden velas para recordar las almas. Lo más llamativo son centenares de figuras de piedra que creemos que eran tumbas. 

Tras caminar nuevamente por el bosque de bambú y comer en la orilla del río Hozu-gawa, cogimos el tranvía (200 ¥) en la estación de Arashima station hasta la estación Tojiin. Nos dirigimos hacia el templo Ninna-ji (entrada gratuita), construido en el 842, aunque los edificios actuales y la pagoda de cinco pisos son del siglo XVIII. Es el santuario principal de la rama Omura de la escuela Shingon de budismo. Tiene grandes terrenos llenos de cerezos, y se dice que la vista es espectacular cuando florecen a  principios de abril;  lamentablemente, nosotros no lo hemos podido comprobar. Por casualidad, entramos al templo que se encuentra justamente al lado de este, el templo Renge-ji. Nos sorprendió gratamente con las figuras de piedra (pensamos que son budas) que posee. 

Templo Kinjaku-ji o Pabellón Dorado.
Rápidamente, casi corriendo por las calles de la colina, nos dirigimos al templo Kinkaku-ji, o también conocido como Pabellón Dorado (entrada 400 ¥), antes de que cerrasen. El templo posee unos jardines muy bellos que quedan en segundo plano por el imponente pabellón.  El edificio fue construido inicialmente como casa de retiro, y posteriormente se convirtió en templo. Un joven monje provocó su incendio reduciéndolo a cenizas. En 1955 se reconstruyó siendo fiel al diseño original, pero recubrió con láminas de pan de oro las plantas inferiores. 

Tras ver este templo, decidimos comenzar a volver hacia la casa de Hiroki, la distancia era grande y pensamos que tardaríamos entre 1-2 horas caminando. De camino, nos paramos a ver el Santurario Kitano Tenman-gu (gratis). Tan solo entrar se encuentra una gran torii de piedra y un camino delimitado por lámparas. La puerta de entrada y sus edificios de madera son sencillos pero majestuosos.
 
Después de hora y media de caminata, y comprar todos los ingredientes que necesitábamos para realizar una cena catalanoespañola, llegamos a casa de Hiroki. El menú fue ous al niu, pa amb tomàquet y tortilla de patatas. Aparentemente parece que le gustó (sobre todo l’ou al niu) y tenía la intención de intentar realizarla con sus amigos, ¿será el principio de estos platos en Japón? 

Cena catalonoespañola con Hiroki.
Ou al niu


miércoles, 24 de octubre de 2012

JAPÓ: KYOTO (I)


15 i 16 de setembre 2012             KYOTO (I)


Ens vam llevar, com gairebé sempre,  aviat per poder arribar a Kyoto a una hora decent per poder començar a veure coses. Per anar fins a Kyoto primer vam tenir que agafar el JR de  la línia circular fins a Osaka station (170 ¥) i, d’allí, un altre tren JR fins a Kyoto station (540 ¥). En total el trajecte no va arribar a les dues hores de durada.

Quan vam arribar a l’estació vam estar esperant 10 minuts en Hiroki i així que va arribar vam agafar un autobús urbà (220 ¥) fins a casa seva. Viu en un petit apartament tot sol de tres estances: el menjador-dormitori-sala d’estar i estudi, la cuina i un petit rebedor. Com és costum al Japó les sabates es queden davant la porta i vam dormir en un futon (matalàs fi estirat a terra) que es recull simplement empenyent-lo contra la paret. En Hiroki és estudiant de postgrau de químiques i semblava estar molt ocupat. Vam quedar amb ell de fer un sopar típic nostre i ho va proposar per aquella mateixa nit ja que l’endemà havia quedat amb uns amics.

Mercadet artesanal i de menjars casolans
dintre del temple Chion-ji.
Un cop ubicats vam sortir en direcció un petit temple que havíem vist amb l’autobús que tenia, dins del recinte, un mercadet artesanal que només es feia un cop al mes. El petit temple va resultar ser força més gran del que pensàvem i només va ser un tastet del que finalment ens trobaríem a Kyoto. 

El dia va passar volant i quan ens en vam adonar ja era mitja tarda i hora de començar a preparar el sopar. Just abans de començar van passar per casa del Hiroki una parella de noies franceses que havien estat dormint a casa seva uns dies abans que nosaltres i li van proposar de sortir a sopar amb elles. Nosaltres ho vam sentir i li vam dir que podíem deixar el sopar per un altre dia. I així ho vam fer, per nosaltres no hi va haver cap inconvenient: vam sopar llet amb cereals, que ja ho trobàvem a faltar.


Temple Ginkaku-ji (o Pavelló de plata)
L’endemà ens vam posar el despertador ben aviat i vam començar a visitar els monuments de Kyoto que  quedaven més a prop de casa i ja aniríem tornant al vespre. A només quinze minuts caminant de casa hi ha el Ginkaku-ji (500 ¥), també conegut amb el nom del Pavelló de Plata, tot i que no hi ha plata en cap lloc, ja que el pressupost no hi va arribar. Va ser construit al 1482 i té uns jardins molt bonics, tot i que potser el preu de l’entrada no ho compensa...

Anant cap al sud des del Ginkaku-ji es troba el Honen-in (gratuït) que va ser construït al 1680 per honorar a Jodo, el fundador de l’escola Jodo. El temple està envoltat d’una zona boscosa amb un petit jardí zen molt ben cuidat. També té un cementiri enorme que va més enllà de la zona del temple en sí. 

Un dels tants jardins del temple Eikan-do.
Continuem pel sender de la filosofia, que és un passeig de vianants que va paral·lel a un canal i està envoltat d’arbres, i que rep el nom d’un famós filòsof que es diu que hi caminava tot rumiant. El sender acaba just al nord del temple Eikan-do (600 ¥). Després de decidir que només un de nosaltres entraria a veure’l pel preu escandalós de l’entrada, la Raquel hi va donar un cop d’ull. Aquest gran temple data de l’any 855 i destaca pels seus enormes jardins i les obres d’art, com per exemple les pintures que presenten algunes parets però que no es permetia fotografiar. 

Porta d'entrada al temple Chio-in, la més gran del Japó.
Vam seguir anant cap al sud fins al temple Nanzen-ji. Aquest temple també és molt  gran i té diversos subtemples. L’entrada al recinte és gratuïta però entrar al jardí (500 ¥) i pujar a la porta (300 ¥), que té dues plantes d’alçada, no.

No ens n’ havíem adonat i ja havíem recorregut més de la meitat de l’extrem est de la ciutat. El proper temple a veure era el Chio-in (recinte/interior i jardí gratuït/400 ¥) que, com els anteriors, també era enorme. Va ser edificat al 1234 i actualment és la seu del budisme Jodo. La porta d’entrada al recinte del temple és la més gran del Japó. Pujant unes escales a l’esquerra del temple hi ha una campana gegant que va ser forjada al 1633 i pesa 74 tones. És la més gran del Japó i per tocar-la fan falta 17 monjos. El temple principal estava en reconstrucció i això els japonesos s’ho prenen amb molta calma i ho deuen fer molt bé, ja que tenien previst acabar-lo al 2019. 

La hora ja començava a apretar però només calia un últim “sprint” per veure el darrer santuari del dia, que es trobava dins del parc Maruyama. El Yasaka-jinja és el santuari del proper  barri de Gion, el barri de les geishes. Però no ens enganyem, no en vam veure ni una...
Eren només quarts de sis però ja estava tot tancat i nosaltres, perquè no dir-ho, ja estàvem una mica cansats de veure monuments i temples. Vam començar la tornada cap a casa del Hiroki (teníem una hora i mitja a peu, fent una paradeta al Lawson store per comprar menjar ben baratet).

martes, 23 de octubre de 2012

JAPÓN: OSAKA


14 de septiembre 2012                OSAKA


El día siguiente lo dedicamos a ver las 3 únicas cosas que nos llamaban la atención de Osaka: el acuario, su castillo y por la noche, visitar la zona del Dotombori. Para movernos en metro, sin pensar en el dinero, compramos un ticket de un día con número de viajes ilimitados (850 ¥ adulto/300 ¥ niños). Bueno, hicimos un poco de trampas porque compramos el ticket de niño. Pensando en si nos llamaban la a atención diríamos que alguien nos lo había sacado. Por suerte, nadie nos dijo nada, aunque pasamos vergüenza cada vez que salimos de una estación  y la máquina se ponía a hacer “pío pío pío” cuando pasábamos nuestro ticket (ruido habitual que hacen los tickets de niños, y nosotros no lo sabíamos).

Salamandra china gigante.

Alucinamos con los peces... 














Medusas, ¡preciosas!










Toda la mañana y parte de la tarde la dedicamos al Acuario de Osaka (2000 ¥/persona). Pensamos que es el mejor que hemos visto de momento, tanto por su tamaño, como por las diferentes especies de animales acuáticos, algunos de ellos muy poco habituales, y sobre todo por sus acuarios que son espectacularmente grandes y muy bien adaptados a la especie de animales que habita en ellos ¡Es como sumergirse en el mar! Pudimos ver la salamandra gigante japonesa y china, muy raras, consideradas un majar en China y Japón; diferentes tipos de pingüinos, entre ellos el pingüino emperador, y ¡algunos ejemplares estaban incubando huevos!; delfines; diferentes especies de focas; acuario amazónico; acuario tropical; tortugas marinas y muchos más… pero la guinda del pastel es un acuario gigantesco de unas 4 plantas de altura donde hay diferentes especies de tiburones (tiburón martillo, tiburones de arrecife de aleta de punta negra, tiburón cebra,…), mantas diversas entre ellas unas gigantescas mantas rayas, un pez luna, un banco de peces que va realizando diferentes dibujos según quien pasaba por delante… y un ejemplar de tiburón ballena, muy grande de tamaño pero sólo era una cría. ¡Ah! También había iguanas e incluso un koati, ¿qué pinta esto en un acuario? Por último se encontraba un lugar reservado a medusas de diferentes colores y formas. 



Castillo de Osaka.
Mientras estábamos en el acuario, cayó una tormenta impresionante,… Pero por suerte estábamos bajo techo. Cuando salimos, el cielo estaba nublado, pero no llovía. Era ya media tarde y nos quedaban pocas horas de sol. Nos dirigimos al castillo, Osaka-jö, datado de 1583. Este castillo, como muchos otros de Japón, ha tenido una historia muy tórpida siendo destruido y reconstruido en varias ocasiones. La estructura actual es de 1931, y fue sometida a una remodelación en 1997.  Tiene toda una fortaleza rodeándole, con un foso, y en su interior se encuentra diversas zonas verdes. Mientras realizábamos las fotos anocheció. 

Zona de Dotombori.
Para acabar el día decidimos acercarnos a la zona de Dotombori, una de las zonas comerciales más frecuentada por los jóvenes. La zona nos recordó al Times Square de Nueva York, con rótulos luminosos. Aquí pudimos ver a chicas vestidas a la última moda japonesa, con vestidos extravagantes, habituales en comics, dibujos o películas; incluso llegamos a entrar en una tienda donde vendían este tipo de vestimenta, con pelucas incluidas… ¡era como estar en carnaval!


Por la noche, estuvimos atentos al ordenador ya que un chico de Kyoto, Hiroki, nos había aceptado en su casa. Esa misma mañana nos había avisado que tenía un problema familiar y no sabía cómo hacerlo para que pudiéramos ir a su casa ya que él no  podía estar… la solución que nos dio nos dejó alucinados: ¡nos indicó como llegar y entrar a su casa mientras él estaba afuera! Por suerte, la noche acabó con una muy buena noticia, de momento se había solucionado el problema y podría estar con nosotros.  Desde aquí le agradecemos ese detalle desinteresado y la confianza que puso en nosotros, por ofrecernos su casa, a pesar de él no poder estar.

lunes, 22 de octubre de 2012

JAPÓ: NARA


13 de setembre 2012     NARA  


Vam arribar a l’oficina de Willer d’Osaka ben d’hora i hi vam entrar per buscar algun lloc per dormir ja que la nit anterior no havíem tingut pas temps amb les presses. Vam reservar l’hotel Toyo (3000 ¥ en hab. doble) i ens hi vam dirigir. Des de l’oficina Willer, a l’edifici Umeda Sky, vam agafar la línia circular de JR fins a la parada Shin-Imamiya (170 ¥), just al costat del hotel. Aquell dia ens vam fer famosos. Quan hi van arribar ens vam trobar que hi estaven rodant un programa de televisió d’humor molt famós del canal d’Osaka i ens van estar fent preguntes mentre feien l’indi per la recepció.

Pagoda de tres pisos.
Quan vam estar ubicats vam tornar a l’estació Shin-Imamiya on vam agafar un altre tren JR fins a Nara (540 ¥, només anada). Va ser la primera capital permanent del Japó i té 8 monuments declarats patrimoni mundial per la Unesco.

Després de recollir un mapa i informació a la oficina de turisme, dins l’estació de trens, ens vam dirigir cap a la zona històrica. Així com Miyajima, Nara també compta amb un bon grapat de cèrvols molt dòcils que campen  pel Nara koen, el parc de la ciutat i on es troben la majoria d’edificis d’interès. El primer que vam anar a veure va ser una Pagoda de tres pisos de 1143 i, just al costat un temple petitet del que no en vam descobrir el nom. 

A pocs metres es troba el temple Kofuku-ji, que actualment es troba en obres i que va ser traslladat des de Kyoto el 710. Inicialment constava d’uns 175 edificis però actualment només en conserva uns 12, que inclouen el temple anomenat abans, la pagoda de 3 pisos i una altra de 5 pisos, la segona més alta del Japó.

Temple Todai-ji.

Un cop visitada la zona del temple vam anar a buscar el Todai-ji (500 ¥), l’edifici de fusta més gran del món i que alberga el Daibutsu, el buda més gran del Japó. Es va fer amb 437 tones de bronze i 130 kg d’or al 746 d. C. i fa 16 m d’alçada. Tot i la grandiositat de l’edifici actual només ocupa dos terços de l’edifici original ja que s’ha cremat varies vegades, com molts altres temples i edificis de fusta del Japó. 

El Daibutsu, el buda més gran del Japó.
Un dels camins que porta al santuari Kasuga Taisa.
Després vam anar al Nigatsu-do, que es podria considerar un subtemple del Todai-ji i que té una terrassa des de la que hi ha una bona vista de la ciutat. Vam continuar cap al santuari Kasuga Taisa  fundat al s. XVIII i que fins al s.XIX es  reconstruïa totalment cada 20  anys. Com que l’entrada era prou cara (500 ¥) vam decidir no entrar-hi. Els  camins que envolten el santuari estan plens de làmpares, algunes cobertes de molsa, que s’encenen dos cops l’any.  


Vistes desde Nigatsu-do.
Per tornar cap a l’estació de trens vam passar per un altre camí del  Nara-koen, diferent al de l’anada. Com a Tòquio, estar envoltat de densos boscos i sentint només el cant dels ocells et fa oblidar que et trobes enmig d’una ciutat. Sortint del parc vam trobar un restaurant i vam decidir fer un mos a un menú que tenia molt bona pinta (850 ¥). 

En tornar a Osaka vam conèixer una noia andalusa al nostre hostal, i ens va ensenyar el súper 24h que teníem al costat. Aquesta noia vivia al  mateix hostal (li  feien millor preu) i estava estudiant japonès. La seva intenció era  estar de  professora d’anglès o espanyol i quedar-s’hi una  temporada. Vam comprar una mica de sopar i desprès  vam anar a dormir.

domingo, 21 de octubre de 2012

JAPÓN: NAGASAKI


12 de setembre  2012             NAGASAKI


Durante siglos, Nagasaki ha destacado por su potencia económica, ya que la localización de su puerto ha sido el punto de conexión de Japón con Asia y Occidente, permitiendo un desarrollo importante tanto a nivel comercial como cultural. Pero actualmente, esta ciudad es recordada mundialmente por la tragedia que vivió el 9 de agosto de 1945, a las 11.02 am: la bomba atómica.

Tras visitar Hiroshima y quedarnos sin palabras para poder expresar los millones de sentimientos que nos invadieron al ver y escuchar el horrible ataque con la bomba atómica el 6 de agosto 1945, pensamos que teníamos que visitar también Nagasaki.  Estuvimos mirando precios para ver cómo era la mejor forma de llegar; finalmente nos decantamos por el autobús, que comprando el billete el día de antes y ida/vuelta nos salió por 4000¥/persona.

A diferencia de otras ciudades japonesas, Nagasaki se caracteriza por ser un terreno montañoso (las otras ciudades que hemos visitado son bastante planas), con lo que este día nos cansamos mucho más subiendo y bajando colinas para poder ver todo lo más importante en un día.

Iglesia de St Philip. 
El día comenzó muy temprano para nosotros, decidimos coger el primer autobús de la mañana desde Fukuoka, y tras 2 horas de viaje, llegamos a Nagasaki alrededor de las 8h de la mañana. Lo primero que hicimos fue ir a la oficina de Turismo que se encuentra en la misma estación, la cuál nos facilitó un mapa de la ciudad. Nos indicaron donde está la zona de Urakami, lugar donde se concentran todos los monumentos dedicados a la bomba atómica y también algunos templos destacables.

La primera parada fue muy cerca de la estación, donde se encuentra el Monumento Conmemorativo a los 26 mártires, dedicado a los 20 japoneses y 6 españoles que fueron crucificados en 1597 por ser cristianos practicantes.  Justamente detrás de este monumento se encuentra la Iglesia St Philip, su arquitectura nos recordó los edificios de Gaudí. 

Estatua conmemorativa del 50º aniversario,
 Parque del Epicentro en Nagasaki.
Decidimos continuar por el Urakami, y luego si nos sobraba tiempo, iríamos a ver los templos. Comenzamos por el Museo de la bomba atómica de Nagasaki y la Sala Nacional de la Paz de Nagasaki en Memoria de las víctimas de la Bomba Atómica, es similar a la de Hirosima, explican la altitud a la que explotó la bomba (500m), el daño tanto a nivel humano como de edificios que provocó (75000 muertos al instante y desde entonces han fallecido otros 75000 más), y detalles sobre vivencias de los supervivientes. En una palabra, ¡horrible! No se buscan culpables en este museo, únicamente se narra lo ocurrido. 

Continuamos visitando la Catedral de Urakami, que había sido la más grandes de Asia hasta que la bomba la destruyó, fue reconstruida en 1959. Nos acercamos al Epicentro,  y allí se encuentra un parque con diferentes monumentos dedicados a las víctimas, y justamente en el lugar sobre el que explotó la bomba se ha construido un muro de piedra negra. Muy cerca de allí, en una colina, se encuentra el Parque de la Paz lleno de estatuas y símbolos. El más destacable es la Estatua de la Paz de Nagasaki donde cada gesto tiene un significado: el brazo derecho, que señala hacia el cielo, apunta el lugar donde provino la bomba; el brazo izquierdo simboliza paz y tranquilidad; la posición de la pierna derecha significa meditación y la pierna izquierda muestra la predisposición a asistir y ayudar a los demás; por último, los ojos cerrados simboliza el descanso en paz de las víctimas. 

Estatua de la Paz, Nagasaki.

Uno de los pequeños jardines, Santuario Suwa-jinja.
Tras ver todo esto y recapacitar sobre hechos tan importantes y destructivos que nos muestra la historia, decidimos que por este día ya era suficiente y decidimos ir a ver santuarios y templos de la ciudad. La mayoría están situados en colinas y algunos de ellos son difíciles de encontrar. Suelen estar señalizados, pero a veces sólo ponen el nombre en japonés, con lo que, a menudo,  entras al templo sin saber realmente en cuál estas. Visitamos el templo Fukusai-ji Kannon que tiene una figura, que representa a la diosa Kannon, sobre una gran tortuga astral  y además toca la campana cada día a las 11.02 am como recordatorio de la explosión nuclear. Continuamos por el santuario Suwa-jinja, y los templos Daion-ji, Kotai-ji y Shofuku-ji, que se pueden visitar tranquilamente y disfrutar de pequeños y tranquilos jardines. 

El tiempo pasó muy rápidamente y comenzaba anochecer, así que decidimos coger el autobús de vuelta a Fukuoka, y así mirar alojamientos por internet en nuestro siguiente destino (Osaka) en casa de Ian e ir tranquilamente a coger el autobús nocturno ya reservado el día previo.

La vuelta fue tranquila… Hasta Fukuoka, todo parecía que nos estaba saliendo bien y buscamos alojamiento pero … se nos ocurrió remirar la hora a la que debíamos coger el autobús hacia Osaka y ¡vimos que en 10 minutos salía! ¡Nos habíamos equivocado al mirar la hora! Teníamos 15-20 minutos desde la casa de Ian hasta la estación, así que comenzaron los nervios… Cogimos rápidamente las mochilas y decidimos salir corriendo hacia la estación… ¡fue horrible correr con unos 25 kg a cuestas cada uno! La gente no paraba de mirarnos… pero por suerte llegamos, muy justos, pero llegamos. 

jueves, 18 de octubre de 2012

JAPÓ: FUKUOKA I DAZAIFU


10 i 11 de setembre 2012     FUKUOKA I DAZAIFU   


Després d’investigar si era possible anar amb Willer directament de Hiroshima a Fukuoka (el nostre proper destí)  i trobar-nos una resposta negativa, ens en  vam buscar una altra. Ens faria  perdre més temps però ens estalviariem una nit d’allotjament. Com  que podíem  fer dos trajectes per dia vam agafar-ne un de Hiroshima a Osaka pel matí (vam arribar a Osaka cap a les 14:00) i un de nit d’Osaka a Fukuoka. A més vam tenir la gran  sort de poder  fer couchsurfing a Fukuoka, fet que encara ens permetria estalviar més diners.
Teníem una nit reservada a Fukuoka,  però vam tenir alguns problemes  amb la reserva,  i finalment vam anar a parar a  casa de l’Ian (el  noi que ens havia d’allotjar) un dia  abans del què pensàvem. Ens vam  trobar a l’estació de Fukuoka i ens va portar fins a casa seva. L’Ian, californià, fa  de professor d’anglès a petits  grups de nens petits en diferents poblacions properes a Fukuoka. Viu en un apartament petitet i ens va  deixar  un sofà-llit per un parell de nits.

Sashimi.
Carrossa, al temple
Es va oferir a acompanyar-nos a veure allò que volíem visitar i després a anar a dinar plegats, fins l’hora que ell marxés a treballar. Vam anar a veure el temple Shofuku-ji que va ser fundat al 1195 i que conserva algunes carrosses per un festival tradicional. Després d’aquest temple vam passejar per una zona comercial per si trobàvem algun lloc per menjar però finalment  vam  acabar a un que coneixia l’Ian. Ens van servir sashimi (peix cru) amb arròs i una salsa per combinar-ho tot (500 ¥). A diferència del què pensàvem tots dos, ens  va  agradar  molt i va ser una de les primeres menjades realment japoneses. Com que érem a prop de casa  seva vam tornar un moment per fer la reserva del proper autobús de Fukuoka a Osaka. Sort que hi vam anar! perquè ja no quedaven places pel cap de 2 dies i en quedaven ben  poques pel de l’endemà  a la nit. Per tant, vam fer la reserva i li vam dir a  l’Ian que només ens quedaríem una nit de les dues que teníem pensat quedar-nos i per tant, potser seria millor anar a Dazaifu aquella mateixa tarda (ja que a Fukuoka tampoc hi ha massa més per veure tret de centres comercials).  Al costat de l’estació de trens per anar a Dazaifu (Tenjin station) hi  ha la d’autobusos de llarg recorregut i és on vam comprar els bitllets per  anar, al  dia següent, a Nagasaki (4000 ¥). 

Jardí del temple Temman-gu. 
El tren a Dazaifu  (390 ¥) trigava uns 40 minuts i no havíem de fer cap canvi de tren. Sol ser la raó per anar a Fukuoka i es veu  en  un dia. Però, ara,  nosaltres només teníem mitja tarda i, a sobre, vam descobrir que no teníem bateria en cap de les càmeres de fotos i vam haver de fer-les amb la  de vídeocamara (sort!). Només arribar ens en vam anar corrents al santuari Tenman-gu (gratis) que va ser construït com a tomba per a un poeta de la cort de Kyoto expulsat injustament. Té uns arbres grandiosos coberts de molsa i un pont vermell creua un rierol.  
Just  al davant hi ha un petit temple, temple Komyozen-ji,  (200 ¥) amb un jardí preciós. El temple en sí no és res  de l’altre món i el jardí es pot veure a  través d’una porta sense necessitat de  pagar l’entrada. Jardí temple
Temple Kazeon-ji
Com que continuàvem amb el temps enganxat als talons vam sortir corrents a veure un parell més de temples que semblaven interessants: el Kaidan-in i el Kanzeon-ji. El primer va ser construït el 761 i té camps d’arròs al costat i el segon és de la mateixa època però de l’original només en queda la campana que diuen és la més antiga del Japó. 
Com que a les cinc ja estava tot tancat i començava a fer-se fosc vam tornar cap a Fukuoka. Aquella mateixa nit vam acomiadar-nos de l’Ian, ja que l’endemà  al matí agafàvem l’autobús cap a Nagasaki  a les 6 i quan tornéssim a la tarda ell encara no hi seria.