lunes, 31 de marzo de 2014

URUGUAY.... ¡¡NUESTRO ULTIMO DESTINO!!

URUGUAY



Dando una vuelta por el paseo del Mar junto a nuestra amiga Natalia,
Montevideo.

Este país hace frontera con Argentina y Brasil. A nivel económico es como la Suiza latinoamericana, un paraíso fiscal para aquellos latinos adinerados. Y junto con Chile, son las dos potencias actuales de este continente. Su moneda es el peso uruguayo, y el cambio actual es de 1€ =  31'3 UYU.

Palacio Salvo, desde la plaza Independencia.
Montevideo.
Las ciudades de Uruguay poco se diferencian de las occidentales. Tiendas, arte y monumentos coloniales son las que las caracterizan, junto con una buena limpieza.

Nuestra estancia aquí fue corta, de 4 días. Estuvimos alojados en casa de nuestra amiga Natalia, una argentina-uruguaya muy enrollada que conocimos en las islas Galápagos. Su barrio nos acogió como uno más, dándonos la bienvenida (literalmente, creían que éramos nuevos vecinos!!). Y ella hizo que conociéramos el día a día de los uruguayos, los monumentos principales de la capital y las costumbres más uruguayas. Además nos enseñó una filosofía muy interesante de la vida: “trabajar cuando se tiene tiempo”. Su positividad y energía nos envolvió los últimos días de nuestra aventura por el mundo.



Del 7 al 11 de Septiembre 2013.


COLONIA Y MONTEVIDEO


Portón de Campo,
Colonia de Sacramento.

Al llegar a Colonia pudimos comprobar que el tiempo seguía exactamente igual que en Buenos Aires: cielo oscuro, cubierto de negras nubes que amenazaban con ponernos chorreando. Pero nosotros desafiamos al tiempo y decidimos darnos la oportunidad de conocer la famosa ciudad de Colonia del Sacramento.

Colonia de Sacramento tiene una buena situación geográfica que fue usada por los portugueses (1680) y posteriormente por los españoles (1762) para pasar mercancías de contrabando a través del río de la Plata a Buenos Aires. Su barrio histórico conserva  ambiente enigmático con sinuosas y adoquinadas calles y edificios antiguos que se mantienen hoy en día en pie.

Bastión de Carmen,
Colonia de Sacramento.
Dejamos las maletas en las consignas de la estación de autobuses (30 UYU/mochila/2 horas) y tras conseguir un mapa del barrio antiguo nos marchamos, sin perder un minuto, a descubrir su belleza. La Puerta de Campo restaurada, junto con su robusta muralla fortificada nos indicó que habíamos llegada al barrio histórico. Mientras realizábamos la primera foto de rigor, la lluvia empezó a caer. Nos refugiamos bajo los porches de una tienda de recuerdos, pero tras 20 minutos de esperar, decidimos continuar con la visita a pesar del incordio de la llovizna constante. 

Vistamos la Plaza Mayor del 25 de Mayo, la cual está rodeada por el Museo Portugués, la casa del general Lavalleja y las ruinas del Convento de San Francisco, del s. XVII, y el restaurado faro. Continuamos por el paseo de San Gabriel, pasando por delante del pequeño Museo de los Azulejos, disfrutando de las vistas al río de la Plata. Llegamos hasta las ruinas de la Capilla Jesuítica y al puerto viejo.  Finalmente, subimos hasta la plaza de Armas donde se encuentra la capilla más antigua de Uruguay, la Iglesia Matriz de 1680. 

Y tras visitar Colonia de Sacramento,
nos dispusimos a descubrir nuestra última ciudad:
¡¡MONTEVIDEO!!
Y tras llenar nuestros estómagos con una deliciosa hamburguesa, decidimos volver a la estación y marchar a Montevideo (autobuses frecuentes, cada hora, 270 UYU/persona) , donde Natalia nos estaba esperando. El viaje fue tranquilo, sin incidencias y con la lluvia de compañera incondicional. Y cómo no, para hacer nuestra llegada más interesante, cuando bajamos un fuerte diluvio nos dio la bienvenida a la capital de Uruguay, Montevideo. Por suerte, Natalia nos recogió en coche y nos llevó a su casa, donde pudimos cambiarnos de ropa.

Montevideo, a pesar de ser la capital, es una ciudad pequeña muy fácil de recorrer a pie. Casi toda su arquitectura se concentra en la llamada Ciudad Vieja. Nuestra anfitriona, se encargó de que conociéramos cada esquina y nos explicó todo lo que ella sabía sobre cada lugar: el Palacio Legislativo, la puerta de la muralla por donde se accede a la plaza de la Independencia, el Mausoleo subterráneo de Artigas, el Teatro Solís, el Palacio Salvo, el Palacio Tarranco, el paseo marítimo, el Mercado del Puerto y a su lado el Museo del Carnaval, etc.

Nuestros 3 últimos días de viaje, se nos pasaron volando junto con Natalia entre risas e interesantes conversaciones.



Fachada del centro de Montevideo donde se puede ver
las Pinturas de Torres García.

El domingo por la mañana, Marc y yo, salimos a disfrutar del ambiente vivo que había en el mercado ambulante que se ponía  en las calles del barrio de Natalia, mientras ella dormía. Allí vecinos nos dieron la bienvenida al barrio, como uno más, y desayunamos tortas caseras. Una vez que Natalia se levantó, nos llevó a un súper mercado ambulante en el centro de Montevideo donde todo viejo-nuevo es posible venderse. Natalia descubrió con Marc el mundo de la notafilia y numismática, y nosotros aprendimos lo que realmente es “regatear” el precio de un montoncito de monedas con Natalia. ¡Nunca habíamos comprado tan barato tantas monedas antiguas de un país! ¡¡Marc disfrutó como un niño de 3 años gracias a ella!!

Plaza de la Independencia,
Montevideo.
Luego fuimos al paseo marítimo donde nos encontramos con unas amigas de Natalia y comimos y pasamos toda la tarde juntos. Ellas nos explicaron la curiosa tradición que hay en Uruguay al celebrar las niñas los 15 años. El mismo día del cumpleaños, familiares y amigos sacan a la afortunada a la calle donde le tiran encima todas las porquerías que os podáis imaginar entre risas y llantos: huevos podridos, revuelto de vinagre y cocacola, harina, etc. Todo un espectáculo que tuvimos la casualidad de poder ver esa misma tarde.

Por la noche Natalia nos llevó a un Fuerte del Ejército situado en un montículo desde donde se tiene una bonita vista de Montevideo iluminado de noche.

Natalia intentaba mostrarme lo "sencillo" que es hacer cerámica.
Al día siguiente caminamos toda la mañana por el centro de Montevideo junto con Natalia. También nos enseñó el lugar donde pasa muchas mañanas: el Colegio de Artes, donde ella estudiaba un curso de cerámica, y yo (Raquel) traté de hacer mi primer experimento con el barro y el torno. Me acordé de la escena de “Ghost”, pero fui incapaz de hacer nada… ¡Qué frustración!, con lo sencillo que parece y lo difícil que es…

Aquella noche Natalia nos llevó a ver un ensayo de Las llamadas, un espectáculo tradicional de Uruguay. Un grupo de personas (comparsas), a veces mixtos, marcan el ritmo con tambores y el resto de la gente les sigue por las calles bailando. Nosotros solo vimos un ensayo pero os podemos asegurar que las calles estaban llenas de gente, todos participando del espectáculo. Nos puso la piel de gallina, fue algo increíble que solo fuera un ensayo. La lástima es que nuestra cámara se quedó sin batería y no pudimos gravar un poco de este particular espectáculo.


Vistas nocturnas de la ciudad de Montevideo.


El último día de nuestra aventura lo tomamos con tranquilidad, paseamos por el barrio, buscamos los últimos billetes para la colección de Marc, pusimos en orden todo y charlamos con Natalia. Ella y una de sus amigas española, habían decidido hacer también su aventura alrededor del mundo. Así que le dimos toda la información que creíamos que era importante y toda clase de consejos: cómo organizarlo, tarjetas, alojamientos, couchsurfing, como moverse, como hacer la maleta… Pero el consejo más importante para realizar este tipo de viaje es el siguiente: DISFRUTAR DEL DÍA A DÍA Y SER ELLAS MISMAS. A día de hoy, ya están viajando.


Y como no podía faltar en la despedida... uns "Ous al niu", un delicioso plato catalán.
Marc, Natalaia y yo (de izquierda a derecha).


Nuestro viaje llegó a su fin, nuestro sueño hecho realidad, aunque se quedaban muchos sitios pendientes de ver que nos habíamos planteado en un principio de visitar.  El día 11 de septiembre 2013 nos despedimos de Uruguay. Fuimos hasta el aeropuerto, y empezó nuestro retorno a casa: avión Montevideo-Buenos Aires, y posteriormente Buenos Aires-Barcelona. Sentimientos contrarios nos inundaban: ALEGRIA por volver a casa, ver a nuestros seres queridos; NERVIOS e INQUIETUD por el futuro que nos esperaba, solo estaríamos una semana en casa y empezaríamos otra aventura en Andalucía; TRISTEZA porque nos despedíamos de ese sueño de viajar “sin prisas”, conocer culturas, tierras, personas… Pero sobretodo nos sentíamos muy AFORTUNADOS por todo lo que habíamos podido vivir y disfrutar durante esos 15 aventureros meses.


Así empezamos nuestra aventura: "muchas ilusiones"
y así la acabamos: "con muchas historias, experiencias y sueños hechos realidad"
VIAJAR ES LA MEJOR FORMA DE ESTUDIAR LA VIDA.