jueves, 30 de agosto de 2012

XINA: QUIATOU- GARGANTA DEL SALTO DEL TIGRE


31 de Julio al 3 Agosto del 2012   

QIAOTOU- LA GARGANTA DEL SALTO DEL TIGRE


Recorrido realizado por la garganta (unos 32 km en cada sentido).
Nos levantamos temprano en Sangri-la para coger  el primer autobús dirección Lijiang. Cómo desconociamos si existe algún autobús que llevara a la estación, y hablar con los recepcionistas del hostel era imposible (no se enteraban de nada), decidimos ir andando cargando nuestro “ligero” equipaje. Por suerte sólo fueron 30 minutos a pie, y no nos perdimos en ningún momento. Cogimos el autobús dirección Lijiang (30 CNY/pers), pero nosotros nos quedaríamos a mitad camino, en Quiaotou, para realizar un trekking por la Garganta del Salto del Tigre. Durante el trayecto hablamos con los únicos occidentales que había en el bus, son dos franceses de más edad que nosotros (alrededor de los 50 años) que también viajan por libre, y se dirigían donde nosotros. Tras 2 horas de trayecto  llegamos a Quiaotou, y los 4 nos dirigimos a buscar alojamiento.  Elegimos Jane’s Guesthouse, que se encuentra tras pasar la taquilla de entrada.  Si, aquí en China es habitual pagar para poder disfrutar de la naturaleza o de lugares con carisma como pequeños pueblos rurales. Por desgracia, el dinero generalmente va a parar al gobierno y no se destina a ninguna mejora local; además los chinos, en general, son “cochinos” y no tienen consciencia de mantener limpio nada, en cuanto pueden tiran papeles, bolsas, o incluso pañales en medio del bosque o la calle. La entrada nos costó 65 CNY/persona. 

Ruta de la garganta, con la niebla de compañía.
Cómo hemos dicho antes, nos alojamos en Jane’s guesthouse ya que nuestra guía de viaje lo aconsejaba, por los consejos que te pueden dar para hacer el trekking y porque te guardan el equipaje. La primera noche cogimos dormitorio (25CNY/persona), es una habitación con 6 camas bastante grandes y la compartimos con los francesos y dos chinos. Las otras dos noches que estuvimos cogimos habitación doble sin baño (60  CNY).  El lavabo compartido deja mucho que desear: el water es una letrina (aunque esto es normal en china, a su poblacion no les gusta el water porque piensan que es   higiénico); la ducha es una habitación grande, pero no va el agua caliente y la arcachofa estaba rota con lo que era un  poco dificil usarla;  y el lavamanos el segundo día se rompió y no lo arreglaron. No os preguntéis porque nos quedamos 3 noches,.. porque no tenemos respuesta. También dispone de restaurante, los precios de los platos son asequibles(15-20 CNY/plato) y están buenos. Lo que más nos llamó la atención es que el negocio es llevado entre dos chicas jóvenes, ellas hacen todo: la comida, te sirven, arreglan las habitaciones, etc y te resuelven las dudas sobre los posibles recorridos por la garganta. 
Llegamos al mediodía, y tras acomodarnos, decidimos los franceses y nosotros quedarnos allí a comer y preguntar las dudas del recorrido. ¡Suerte que decidimos eso, porque a los 10 minutos se puso a llover durante 2 horas seguidas!

Cuando paró la lluvia, aprovechamos para caminar un rato por el pueblo y perdernos por sus calles. La gente se nos quedaba mirando, y es porque aunque hay bastante turismo en esta zona, generalmente es chino y no de occidentales. Intentamos comprar algo de alimentos para el día siguiente, ya que nos esperaban 9 horas andando, pero resultó un poco complicado... no encontrabamos nada para llevarnos y que nos gustara, y ¡aquí no saben lo que son los bocadillos! Finalmente terminamos comprando unas tortas de maiz, una especie de barra  de mortadela, plátanos y agua.  El resto del día lo tomamos de relax: hablar por skipe con la familia, preparar la mochila para el día siguiente, y hablar con los franceses. Ah! También hicimos nuevos “amiguitos”, había dos gatitos pequeños que se pasaron el día encima de nosotros.

Ruta de la garganta. ¡¡Empapados por la lluvía!!
Ruta de la garganta.
Vistas desde la garganta.


Nos levantamos temprano la mañana siguiente, desayunamos un poco de fruta y a pesar de que no hacía muy buen tiempo (estaba nublado, chispeando y con niebla), decidimos ponernos el impermeable y comenzar el trekking. Las primeras 1,5 horas fueron de subida suave y casi dejó de llover, pero las nubes seguían muy bajas y no nos dejaban disfrutar del paisaje.  Después, venía el tramo llamado 28 curvas,  que es una subida más fuerte y además se nos puso a llover más; mentiríamos si dijéramos que es fácil, pero nos resultó más sencilla de lo que esperábamos. A pesar de esto, nuestra  alegría se quedó en esto, porque las vistas eran nulas con la niebla, y no pudimos relajarnos con el paisaje. Continuamos con cuidado, porque la lluvia y la niebla hacían más complicado el recorrido, aunque a veces parecía que el tiempo nos quería dar algún descanso y nos permitía ver alguna cascada entre las nubes. Tras 5 horas de trekking bajo la lluvia, llegamos a Half Way Guesthouse y decidimos para allí para refugiarnos del tiempo y comer algo. Pensamos en hacer noche allí, pero cuando preguntamos por si había sitio, nos dijeron que sólo les quedaba dormitorio, ya que un gran grupo tenía reservado el resto del hostel. En ese  momento, vimos entrar el grupo, que eran coreanos, y hacían muchisimo escándalo. Tras pensarlo bien, y que la recepcionista nos dijera que hasta el Walnut Garden Guesthouse (que era nuestro objetivo inicial) sólo quedaban 2 horas de recorrido “fácil” decidimos marchar. 


Wallnut Garden Guesthouse.
Nuestra cena merecida después de un largo día.
Continuaba lloviendo. El siguiente tramo es muy bonito, es totalmente plano y tienes unas vistas preciosas, pero se tiene que ir con cuidado porque sólo hay unos 50 cm de ancho para caminar y después hay un precipio, con caida libre; también  se puede ver una cascada. Luego viene un descenso hasta llegar a un prado. Aquí vimos una señal que indicaba que Walnut Garden estaba a 2 horas de trayecto, nosotros no le queríamos hacer mucho caso, porque ya llevabamos una hora caminando, pero la verdad es que esta Guesthouse está a unas 3 horas de Half Way. Tuvimos que atravesar un puente de madera, y tuvimos un ascenso fuerte; creo que maldecimos más de una vez a la recepcionista...(“solo son 2 horas, camino fácil”). Por suerte, llegamos a Walnut Garden antes de que se marchara el sol, tras 9 horas de trekking, y totalmente mojados:¡nosotros, las botas y la mochila entera! Los dueños de esta guesthouse no hablaban nada inglés, pero con la mímica nos entendimos. Nos dieron la bienvenida con té caliente y pipas. Sacamos toda la ropa para que se secara, pero con la niebla y la lluvia era imposible. Muertos de frío entramos en la cocina donde nos calentamos y secamos la ropa en el fuego. Nos hicieron dos platos de comida gigantes. Y iluminados con velas y linternas, decidimos que tocaba descansar y nos fuimos a dormir pensando que el día siguiente sería mejor. 


Wallnut Garden G.H
Entrando en calor y secando la ropa.
A las 8h de la mañana siguiente nos levantamos creyendo que el sol nos daba los buenos días, pero al abrir la puerta de la habitación nos dimos cuenta que la niebla estaba allí aún. Desayunamos unas tortas del día previo, y decidimos empezar la vuelta lo más pronto posible. La lluvia y la niebla nos acompañaron a ratos, pero también dejaron salir al sol y pudimos disfrutar de las vistas, hacer alguna fotografía y oír el canto de las cigarras. La vuelta se nos hizo corta al principio, pero los últimos kilómetros se hicieron eternos por dos motivos: la multitud de turistas que encontramos en el tramo de las 28 curvas subiendo a caballo y el barrizal  que se había formado en esta zona, que hacía casi imposible descender y nos llegó hasta los tobillos.

Estado de las botas al acabar el trekking (son marrones en realidad)

Tras perdernos en el último tramo varias veces, llegamos a Jane’s Guesthouse de nuevo. Estábamos muertos y llenos de barro, parecía que veniamos de la guerra. Lo primero que hicimos fue ducharnos y lavar los pantalones y botas para que nos se estropearan. Nos tomamos nuestra merecida cena y dormimos plácidamente.



Aquí os dejamos una muestra del canto de las cigarras:




Nuestro tercer día en Quiatou fue tranquilo y hizo buen tiempo. Decidimos ir a ver los rápidos del río Jinsha desde una plataforma. Se puede ir en una furgoneta (100 CNY ida y vuelta) o andando. Como sólo eran 9 km, decidimos ir caminando por la carretera. Es increible la cantidad de gente que llegamos a encontrar allí, la plataforma estaba inundada de autobuses, furgonetas y coches con cientos de orientales. Es impresionante ver con que fuerza pasa el río por esta zona, parece que cómo si el agua explotara y se alzara. 





Estuvimos toda la mañana para ver esto, pero mereció la pena. Decidimos comer algo en Jane’s, e intentar programar un poco qué hacer los días que nos quedaban en China. Las opciones eran terminar de ver la provincia de Yunnan e ir la porviencia de Sichuan y desde allí volver a Hong Kong en avión; o ver sólo la provincia de Yunnan más tranquilamente. Tras mirar vuelos y hacer cálculos de días, nos dimos cuenta que no nos daba tiempo de ir a Sichuan y además sería muy caro, así que decidimos continuar disfrutando de las zonas de Yunnan y ahorrar un poco de dinero volviendo hacia Hong Kong en tren. 

miércoles, 29 de agosto de 2012

XINA: SANGRI-LA


30  de Juliol 2012    XINA: SHANGRI-LA


Sorprenents vistes desde la nostra habitació!!
Després de 12 llargues hores d’autobús llitera (en la que gairebé no hi cabíem ni de llarg ni d’ample) vam arribar a Shangri-la. És una ciutat tibetana una mica més petita, a uns 3200 m d’alçada. Després de ser rebuts per uns  quants porcs, gallines i tractors a  la sortida de l’estació, ens vam intentar orientar amb el mapa de la guia però va ser impossible perquè només hi surten 7 o 8 carrers i el de l’estació no era un d’ells. Després de caminar amunt i avall una bona estona carregats amb les motxilles sense ser capaços d’orientar-nos i amb els peus glaçats vam decidir aturar un taxi (10 CNY) per a que ens portés fins al Shangri-la Youth Hostel (110 CNY hab. doble amb lavabo), en la ciutat nova. Es tracta d’un hostal senzill amb unes vistes des de l’habitació “curioses”. 

Dones tibetanes al carrer.
Un cop situats a l’hostal vam decidir preguntar sobre viatges al Tibet i ens van dir que cap problema, que si volíem demà mateix sortíem amb uns amics seus amb cotxe cap allà. Molt sorpresos els preguntem que què passa amb els permisos (en teoria triga 5 dies en tramitar-se) i el grup. Ens responen que ells no saben res de permisos ni grups, que si tenim dubtes els hi preguntem a la policia. Els expliquem que necessitem un permís perquè som estrangers i formar part d’un grup de la mateixa nacionalitat. 


Vam buscar diverses agències de viatges que surten a la guia que munten viatges al Tibet però o estaven tancades o no hi eren, o no vam saber trobar-les. Per casualitat en vam trobar una que no sortia a la guia i ens van comentar que el Tibet estava tancat pels estrangers fins a l’octubre com a mínim.

Casc antic
Un cop desanimats vam començar a veure la ciutat: hi ha 3 monestirs tibetans i la ciutat vella, que no en té absolutament res de vella, ja que està totalment renovada i plena de tendes de souvenirs per  turistes. Vam començar enfilant-nos per la muntanya que  queda al costat de la ciutat “vella” per veure un petit monestir tibetà que hi ha  a les afores de la ciutat. Després vam baixar altre cop per anar a veure l’altre monestir, més gran, amb el que  està en teoria el Cilindre Giratori més gran del món (o això vam entendre). Després de fer-la/lo girar un parell o tres de cops entre 15-20 persones vam  anar a veure la cambra de les escriptures sagrades, que ha perdut tot l’encant perquè l’han convertit en un museu de la llarga marxa de l’exèrcit comunista. 







Monestir tibetà del casc antic de Sangri-la
Finalitzat aquest breu recorregut pel sud de la ciutat i després d’haver dinat en un restaurant (40 CNY entre els dos) on ens van canviar el plat per ser massa picant (tot i haver-lo demanat no picant), vam decidir pujar cap al  nord, a veure l’atracció estrella de la ciutat: el Ganden Sumtselling Gompa. 

Per arribar-hi vam agafar l’autobús nº 3 (1 CNY) que  va  de la ciutat  vella a la porta del monestir. Es tracta d’un monestir tibetà molt gran (a nosaltres ens ho va semblar) on hi viuen uns 600 monjos. Caracteritzat per 3 temples de parets blanques i sostres daurats amb grans escultures budistes a l’interior. Tres pegues: el preu de l’entrada és excessiu (85 CNY); una quantitat insuportable de turistes (xinesos principalment)  amb els seus respectius guies turístics cridant per tot arreu; i el temple més gran de tots estava tancat per obres. Tot i això, si no s’ha vist cap altre temple tibetà d’aquestes característiques val la pena anar-hi. També és interessant perdre’s pels carrerons dels voltants dels temples principals per veure llocs menys turístics (les cases dels monjos, per exemple).


Monestir tibetà Ganden Sumtseling Gompa

Monestir tibetà

Monestir tibetà Ganden Sumtseling Gompa

Monjo del monestir.



























Un cop vist el monestir vam tornar a baixar al centre amb el bus (on ens van ensenyar plecs de 100 bitllets d’1 CNY). Un cop a la plaça del poble ens vam trobar amb l’agradable sorpresa que hi estaven fent un ball. Hi ballava tot aquell que volia i semblava que tots es sabien les passes. Va ser una experiència interessant veure a gent gran tibetana ballant amb música probablement poc tibetana. 







Per a que us feu una idea de fins on pot arribar el mal gust del turisme de masses, a Shangri-la si han construït un hotel i un centre comercial amb forma de temple tibetà. Tota una manca de respecte per aquesta cultura i amb l’únic afany de fer diners.

Per la nit, vam aprofitar per sopar en un petit restaurant local. Com que no parlaven res d’anglès vam utilitzar unes poques paraules en xinès que tenim escrites (arròs, tomàquet i ous, i no picant), i ens vam preparar un plat fins a d’alt per cadascú. Aquest plat es molt senzill, però està boníssim!!. També ens van oferir te tot i que semblava aigua bruta amb herbes. Quan vam acabar, vam demanar el comte, i ens van indicar amb les mans (18 CNY). Els xinesos utilitzen els dits de les mans de forma diferent a nosaltres per indicar els números; com que no ens en recordàvem dels signes de cada número, vam aconseguir que ens ho ensenyessin un altre cop.


lunes, 27 de agosto de 2012

CHINA: LIJIANG i BAISHA


4 al 6 d'agost 2012       LIJIANG I BAISHA

Ens vam llevar cap a les 08:00 i vam anar a agafar l’autobús  cap a Lijiang. Després d’esperar a peu dret gairebé una hora, on ens havia deixat l’altre autobús a Qiaotou a peu de carretera, vam poder agafar  el nostre (35 CNY). El trajecte va ser més llarg del que esperàvem ja que hi havia molts trams en obres, a més entrant a  Lijiang l’autobús va dir que ja no seguia i es va espatllar. Vam esperar a que en vingués un altre a recollir-nos i portar-nos fins a l’estació.
Vam preguntar a “informació turística” per la Mama Naxi’s Guesthouse, que era on havíem fet reserva, i no la van saber trobar. Vam preguntar com anar a la ciutat vella a la mateixa noia i tampoc en va saber. Finalment, una  mica  cansats de tanta incompetència li vam preguntar a la noia que ens indiqués on ens trobàvem i tampoc ho va saber. Com havia aconseguit la feina?? Per informació turística de la zona segur que no.

Mama Naxi's Guesthouse
Vam sortir de l’estació i vam veure un rètol amb indicacions cap al casc antic i el vam seguir, en deu minuts érem a les portes de la ciutat vella. Com que és un batibull de carrers, molts sense nom, vam preguntar per la nostra casa d’hostes a una agència de viatges i, tot i que no sabien on era exactament, vam tenir la gran sort de coincidir amb una noia de Guangzhou (clienta) que estava disposada a acompanyar-nos a buscar-la. No sabia on estava però coneixia la zona. Després de preguntar unes 20 vegades i de dues hores buscant, la pobra noia va acabar trucant a l’hostal i ens van venir a buscar.

Mama Naxi’s és una casa naxi que ha estat reconvertida en pensió. Les cases antigues de tota aquella zona són estructures quadrades en què els edificis envolten un pati. Les habitacions són amplies i están decorades. Els banys compartits están néts i tenen water!!  (120 CNY habitació doble sense bany). Les noies i la família que ho regenta són amables i ajuden amb bona informació. 

Lijiang. Ciutat vella de día.
L’inconvenient de Lijiang és, com sempre, en què s’ha convertit. Està totalment inundada per turistes xinesos i les cases tradicionals han estat convertides, la majoria,  en tendes de records, restaurants i agències de viatges. Ha perdut tot l’encant que tenia. L’única manera de gaudir la  ciutat tranquil·lament és llevant-se ben d’hora, quan no hi ha ningú pels carrers i les tendes són tancades.


Lijiang. Ciutat vella pel matí.

Abans que es fes fosc vam anar a comprar els  bitllets de tren cap a Kunming (95 CNY, seient dur, 12h) i Guangzhou (358 CNY, llitera dura, 24h). La diferència entre llitera dura i llitera tova és que el compartiment en la llitera tova té porta i només hi ha 4 lliteres, en canvi, en la dura n’hi ha 6 i no té porta. El llit és exactament igual d’incòmode. Una altra diferència de preu entre llits (independentment del compartiment) és que els llits de sota són més cars que els de dalt, perquè pots estar assegut amb els peus a terra sense tenir que trencar-te el coll, per això nosaltres vam agafar els de sota.

Parc de l'Estany del Drac Negre.



Després vam anar a veure el parc de l’Estany del Drac  Negre. Ens vam fer una mica els despistats a l’entrada i vam passar entre un grup de turistes xinesos sense pagar l’entrada (que segur que era caríssima). En teoria hi ha unes vistes del Yulong Xueshan, una muntanya nevada que hi ha a prop, però que no vam veure. El parc està gairebé tot en obres (sort que no vam pagar) i no es pot anar gairebé a cap lloc excepte al llac principal.


Insectes cuinats.

Com que es va fer tard  ja no vam poder gaudir massa de la ciutat vella. Vam sortir a sopar i vam trobar molts restaurants amb una gran varietat de menjars. En un d’ells hi havia insectes fregits que no ens vàrem atrevir a provar. 





Mercat de carn de Lijiang.
L’endemà al matí vam anar a passejar pel casc antic i vam anar a parar, sense saber gairebé com, al mercat de Lijiang. Un lloc sense turisme on els habitants de la ciutat nova van a comprar els seus queviures. Primer vam trobar el mercat de verdures i de fruites, fins aquí res diferent. Més endavant hi havia el de la carn, com que no hi ha frigorífics la carn es ven damunt del mostrador i, a diferència del que es pugui pensar, tenia un aspecte molt fresc. En algunes parades tenien damunt del mostrador, no sabem si per identificar la carn o per vendre, el cap de l’animal de la carn que es venia (un porc, cavall,yak...). 



Lijiang. Mercat de peix.
A la dreta del mercat de la carn hi havia el de l’aviari on es venen els pollastres o ànecs molt frescos, és a dir, vius. El client el selecciona i allí li arreglen. Està tot calculat, és una cadena. La persona que agafa l’ànec o pollastre el sacrifica i el posa en un bidó on es va desagnant; un segon treballador l’agafa (ja mort) i el posa en una màquina (semblant una centrifugadora) que el desploma; després el treu i el llança (literalment) als peus d’un tercer que el renta en un ribell.

Després vam continuar cap al mercat del peix on, evidentment, es ven tant fresc com el d’aus. Els peixos estan en ribells o piscines d’on el client els tria. Un cop escollits el peixater l’agafa amb la mà i li dóna un cop amb un bastó amb pues al cap perquè no es mogui, el pesen i l’arreglen al terra de la peixateria. També venien tortugues i granotes (molt grans) fresquíssimes que arreglaven allí mateix.

Baisha, con una matriarca naxi.
Després de tenir una experiència realment xinesa al mercat (una de les primeres) i per gaudir una mica més de l’ambient tradicional naxi, vam decidir llogar unes bicis (20 CNY/bici tot el dia) i anar a Baisha, un poblet que es troba  a només 9 km de Lijiang i que encara no està tant explotat (tot arribarà). El  poblet té un aire molt més relaxat i les cases segueixen sent cases. Només arribar ens vam trobar una senyora gran naxi que ens va fer acompanyar-la a casa seva. Després de portar-nos una safata amb magdalenes una mica passades, fruits secs revinguts  i  té, ens va explicar (o això vam entendre) que tenia 80 anys i que el seu marit va morir feia entre 30 i 40 anys. Després de fer-nos una foto ens va demanar diners (una manera més de guanyar algun yuan), li vam donar 10  CNY i es va quedar tota contenta. Vam passejar una estona pel poble i vam veure que moltes cases estaven fetes amb totxos de fang (terra marró-vermellosa, pedres i palla). 
Carretera Lijiang-Baisha.
Després de donar un tomet vam voler continuar amb les bicis direcció uns temples que hi havia a prop. El que no sabíem és que la carretera tenia un fort pendent i Raquel no va poder amb ella, degut segurament al cansament dels altres dies. Vam decidir llavors tornar cap a Lijiang però per un camí diferent i vam encertar. Vam atravessar uns poblets naxis solitaris gens turístics i uns conreus molt bonics. 


Un cop tornades les bicis vam anar al mercat a buscar una mica de menjar. Com que pel matí ja havíem comprat fruita (síndria i plàtans, tot 14 CNY) vam preguntar sobre uns xorissos que tenien penjats i que tenien molt bona pinta. Tot i ser una mica massa oliós i amb gust dolç, estava molt bo i en vam comprar un (15 CNY). Va ser el nostre dinar pel llarg trajecte que ens esperava l’endemà en tren fins a Kunming.

martes, 21 de agosto de 2012

XINA: KUNMING

28 al 29 de Julio 2012       XINA: KUNMING


Ens llevem ben aviat per anar a agafar l’autobús nº 3 (3,2 MOP) que ens porti a la Porta do Cerco, la frontera de Macau amb la Xina. Un cop allí passem els controls duaners i d’immigració d’ambdós costats sense sorpreses. Només creuar la frontera entres a la ciutat xinesa de Zuhai. Una  ciutat mitjaneta (1 milió  d’habitants) que ens serveix de trampolí per anar a la capital cantonesa de Guangzhou. Just creuar entres en un centre comercial i, a sota, hi ha l’estació d’autobusos on comprem un bitllet cap a Guangzhou (75 CNY/persona). No tenim ni idea d’on ens deixarà perquè en funció de l’hora que surt l’autobús para en un hotel o un altre. Després d’unes 2 hores arribem al centre de Guangzhou, a un hotel que no recordem el nom però que estava a prop (en teoria) d’una oficina on podíem agafar un autobús per anar a l’aeroport. Preguntem als locals d’allí i però com de costum no ens acabem d’aclarir res. Per acabar-ho d’adobar va començar a ploure a bots i barrals i ens vam haver de refugiar sota una marquesina  d’una parada de bus. Com que no parava de ploure i ens mullàvem exactament igual, vam decidir baixar a una estació de metro que hi havia allí al costat; i ens vam adonar, amb gran alegria, que les línies de metro de Guangzhou ja arribaven a l’aeroport, cosa que a la nostra guia (força antiga, 6 anys) no venia.  El trajecte ens costa només 7 CNY per persona i dura uns 40 minuts. Finalment arribem i anem directament a buscar una oficina de venta de bitllets. Després de saber les diverses opcions que teníem i tenint en compte que la nostra intenció d’anar a la Xina aquesta vegada era intentar anar al Tibet, ens vam decidir per Kunming (1472 CNY/persona), la capital de Yunnan, província fronterera  amb el Tibet.

Parc del Llac Verd
Anar al Tibet no és fàcil ni barat. El govern xinès exigeix la tramitació d’un permís especial (que ens van dir que tenia un cost de 6000 CNY en aquests moments) i, a més s’hi ha d’anar amb un guia local contractat per una agència de viatges autoritzada amb un grup de persones de la mateixa nacionalitat. Mai en solitari ni, en teoria, per lliure. Però, pel que hem llegit això del guia i del grup no és del tot cert, ja que un cop  arribes a Lhasa, capital del Tibet, el grup desapareix i el guia pot ser que no el tornis a veure més des del moment que surts de l’aeroport o estació de tren. És una pantomima del govern per desanimar als  viatgers a anar al Tibet i guanyar molts diners dels qui finalment decideixin anar-hi.

Vam arribar a Kunming cap a les vuit del vespre després d’unes dues hores de vol en el que ens van servir sopar. Vam agafar un autobús (25 CNY/pers.) que ens deixava a prop del parc  del llac verd, ben a la vora del Kumming Youth Hostel (130 CNY hab. amb lavabo) on vam fer nit.

Estació  d'autobusos de Kunming.
L’endemà al matí vam baixar a la recepció a preguntar sobre viatges al Tibet i ens van dir que ells allí no en sabien res i que el millor lloc era  anar a Chengdu, capital de la província de Sichuan, també frontera amb el Tibet. Des de l’hostal van trucar a un hostel de Chengdu que hi organitzava viatges i els van dir que havíem de formar part d’un grup de 4 persones de la mateixa nacionalitat i tramitar els permisos. Ja que Chengdu està a unes 18 hores en tren, l’avió és molt car, i només som dos decidim anar a Shangri-la , l’última ciutat abans de la frontera amb el Tibet i on també s’hi organitzen viatges. Anem a l’estació d’autobusos de Kunming amb el bus 82 (1 CNY/pers.) i comprem bitllet per aquella mateixa nit en autobús  llitera (212 CNY/pers.). Després tornem al centre per veure una mica la ciutat.



Vam anar a veure el mercat d’ocells i de flors, però vam  descobrir que també havia estat mig destruït per les tempestes dels dies previs. Ens va cridar l’atenció que es digués d’ocells i plantes perquè només vam veure alguna tenda de plantes, la resta era sobretot de peixos, records i bijuteria feta amb jade. Van trobar algun centre comercial i la Raquel va aprofitar per comprar unes bambes d’estiu (28  CNY), les més barates de la seva vida!!, això sí va ser tan llesta que les va agafar justes. Després ens vam dirigir per carrers, en teoria, només per a vianants a veure les pagodes de l’est i l’oest. De  camí ens vam trobar un personatge curiós que estava envoltat de gent, ens va cridar en anglès per a què li féssim una  foto (li vam  deixar 1 CNY). Les pagodes són força austeres i són molt similars. En acabat ens vam dirigir, sota  la pluja, al Parc de l’Estany verd. Es tracta d’un parc gran, amb diversos llacs, la majoria amb grans nenúfars i flors. La única cosa que el desllustrava era la gran quantitat de turistes xinesos que hi havia. 

Parc del Llac Verd.

Pagoda.


















Un cop visitat el parc vàrem tornar a l’hostal a recollir les motxilles i marxar cap a l’estació d’autobusos per anar a Shangri-la (212 CNY/persona en bus llitera).

Tot un personatge!!!

lunes, 20 de agosto de 2012

MACAU


 26 al 28 de Julio 2012     MACAU

Largo du Senado.
Tras recoger los visados de China en Hong Kong, decidimos coger el ferry para dirigirnos a Macau. El ferry se puede coger desde Kowloon o desde la isla de Kong Hong, siendo un poco mas económico desde Kowloon(unos 10-20 HKD menos). Nosotros los cogimos desde Kowloon, con la compañía TurboJet (150 HKD/persona). Hay varias compañías, pero el precio es casi el mismo, sólo se diferencia por el horario; más o menos hay un barco cada 30 minutos, y el trayecto dura unos 60-90 minutos.
Llegamos a medio día y cogimos el autobús (nº 3; 3,2 MOP/pers. Importe exacto)  hacia el centro bajando muy cerca del Largo do Senado. Fuimos a la calle de la Felicidade a buscar alojamiento (es dónde se encuentra más barato), quedándonos en la San Va Hospedería (170 MOP/noche habitación doble sin baño). Se trata de un hostal sencillo, con habitaciones relativamente amplias y los baños aunque son compartidos están limpios. Es el mismo hospedaje dónde nos alojamos hace 3 años, así que algo querrá decir…

Iglesia Santo Domingo
Intentamos aprovechar la tarde que teníamos por delante, aunque llovía un poco. Compramos deliciosos pasteles de huevo portugueses, que son relativamente baratos (unos 5-7 MOP/unidad), y también compramos una especie de loncha de carne caramelizada (es por peso), que puede ser de diferentes animales (cerdo, ternera,…). Paseamos por el Largo do Senado,  es una plaza rodeada de edificios de estilo neoclásicos de color crema; después nos acercamos a la Iglesia de Santo Domingo del siglo XVI, con su fachada amarilla, y siempre rodeada de gente retratándola; y luego nos dirigimos a las ruinas de la Iglesia de San Paulo, de la que únicamente se conserva su fachada tras un incendio en 1835 y tras traspasar la fachada, en su interior se halla una necrópolis. 
Ruinas de la esglesia San Paulo
Hotel-Casino Grand Lisboa

Como en toda esta región los parques y otros lugares de interés cierran temprano (sobre las 18h) nos dirigimos a ver un par de casinos. Macau cuenta con una gran cantidad de casinos (“Las Vegas de Oriente”),  ya que en el resto de China el juego está prohibido. Están abiertos las 24 horas del día y siempre hay, en mayor o menor medida, jugadores apostando. Los más grandes son complejos comerciales (que contienen casinos, tiendas, restaurantes y hoteles) de lujo. Visitamos el Grand Casino Lisboa que consta como mínimo 4 plantas de juegos, que nosotros hayamos podido ver, y las siguientes eran restaurantes y hotel. En la 3era planta hay un escenario dónde constantemente están haciendo espectáculos de entretenimiento. Nos quedamos anonadados  de la cantidad de gente (sobretodo orientales, la mayoría chinos) que había y  la cantidad de dinero que se llega a apostar. Vimos como algunos jugadores apostaban grandes cantidades de dinero, como si se tratara de unos pocos euros. Algunos perdían mucho dinero y ¡no presentaban ningún cambio de expresión en su cara!, cómo si no hubiera pasado nada… Vimos uno que perdió 8000 € y simplemente bostezó; sin embargo, al día siguiente vimos a otro perder 25000 € y se marchó de la mesa indignado, pero ¡en busca de otra donde seguir apostando! 
 
Hotel-casino Venetian
Interior del hotel-casino Venetian.





Tras ver todo esto y sin salir de nuestro asombro, decidimos ir a visitar otro casino, el Venetian. Para llegar a él tuvimos que coger un autobús (nº 26) que nos llevó a Cotai. Es uno de los complejos más grandes que hay, y se caracteriza porque en su interior han simulado las calles y canales de Venecia. Aquí los casinos nos parecieron de menor tamaño que el Grand Casino Lisboa, pero se mueve tanto dinero como en el otro.
Después de movernos por estos ambientes de juego y despilfarro, decidimos volver a nuestro humilde hostal y pensar que nosotros invertíamos nuestro “poco” dinero en conocer mundo y disfrutar de nuevas experiencias.

Jardín Lou Lim Ieoc
Casa del Mandarín
El segundo día en Macao fue pasado por agua, empezábamos a sentirnos un poco gafes ya que habíamos pasado del asfixiante calor seco del Medio Oriente a la lluvia continua en China. Cogimos nuestro paraguas y decidimos pasar el día lo mejor posible. Nos dirigimos hacia el norte, pasamos nuevamente por la Iglesia de Santo Domingo y las ruinas de San Paulo.  Entramos a varias tiendas de alimentación dónde venden galletas típicas de Macau, y  en las que te las dejan probar, desayunando con la cantidad de galletas que llegamos a comer sin pagar ni una. Paseamos por el Jardín de Camoes, dónde se podían ver grandes árboles arrancados y otros destrozos que también había provocado el tifón Vicente.  Visitamos el templo de Kun Iam, constituido por un conjunto de pabellones y dónde nos llamó la atención encontrar las paredes de algunas salas llenas de lo que pensamos eran recordatorios de personas difuntas.  Continuamos nuestra ruta hasta el Jardín Lou Lim Ieoc, donde nuevamente nos volvió a llover, y mientras esperábamos que cesara pudimos ver practicar “tai chi”.  Después fuimos a ver la Casa del Mandarín, complejo residencial chino construido en 1881. Pasamos por delante del Cuartel de los Moros, que actualmente es  la Capitanía de los Puertos de Macao. Y finalizamos nuestro recorrido en el Templo de A-Má, que es el más famoso y pintoresco, situado al sur de la península.

Jardín de Camoes, después del tifón Vicente.

No visitamos otros puntos de interés como la Fortaleza Da Guía, Fortaleza Da Monte, el pueblo cultural de A-Má  o la playa de Hac-Sá (Arena Negra) porque ya los habíamos visto hace 3 años. Recomendamos visitar estos lugares, como el pueblo cultural de A-Má, que aunque se encuentran alejados (isla de Coloane) vale la pena, ya que son lugares menos turísticos.
Aunque no hayamos escrito ningún restaurante para comer, en las calles se encuentran muchos y se puede comer por unos 5€ entre dos personas.
Al día siguiente, nos adentramos en China…

jueves, 16 de agosto de 2012

HONG KONG


 22 al 26 de Julio 2012     HONG KONG



En el paseo de la Fama. Vistas de la isla de Hong Kong.
Tras pasar 12 horas en el avión y con un cambio horario de +5 horas (+6h respecto a España), llegamos a las 20 horas del día 22 a Hong Kong. Antes de llegar, el piloto del avión ya nos informó que podríamos tener turbulencias a causa de un tifón que había en la zona.
El aeropuerto de Hong Kong está bien comunicado con el centro y se puede elegir entre diferentes formas de transporte: taxi, tren ligero y autobús. Los dos primero son bastantes caros, por lo que nosotros elegimos el último. Cogimos el bus A21 que lleva hasta Kowloon, concretamente hasta Nathan Road, una de las calles principales de la península de Hong Kong. Bajamos delante del mítico Chungking Mansions, que es un edificio en decadencia, con numerosas escaleras dentro de él donde puedes encontrar multitud de “alojamiento” con habitaciones diminutas para alquilar. El alojamiento en Hong Kong es bastante caro, por lo que nos decantamos en coger una habitación en este tugurio. Tras mirar varios sitios, terminamos en Angel Guesthouse (180 HKD), en una minihabitación que cómo mucho debería medir unos 6 m2, eso sí teniendo cama de matrimonio, aire acondicionado, ventilador, televisión, wifi gratuito e incluso lavabo con ducha; pero ni una triste ventanita para poder airear un poco.
Cómo se nos hizo tarde, sólo fuimos al 7eleven a buscar algo para cenar e intentamos dormir, haciendo frente al jet lag.





Star Ferry.
El día siguiente fue muy poco provechoso para nosotros, sólo salir a la calle estaba lloviendo y con viento, así que nos hicimos con un paraguas en las tiendas que se encuentran en toda  la planta baja del Chungking Mansions. Decidimos, antes que nada, ir a tramitar nuestro visado para China. Existen diferentes agencias que te los pueden tramitar desde allí, y según tu urgencia tardan 3 días o menos (también depende de lo que quieras pagar, a más rápido, más caro), nosotros visitamos éstas, pero finalmente nos decantamos a ir directamente a la Oficina de Visados de China en la isla de Hong Kong. Para ir a la isla puedes ir en metro (9 HKD), en bus (un poco más complicado) o en el Star Ferry, un barco que navega entre diferentes muelles de la península y la isla (2,5HKD). El horario de la oficina es de 9 a 12 y 14 a 17h. Llegamos justo a las 12h por lo que tuvimos que esperar a la tarde para preguntar cómo funcionaba todo. Intentamos aprovechar para ver otras cosas, aunque no fue fácil debido al tifón grado 3 que había. Todo lo que podíamos lo hacíamos por tramos interiores o pasarelas entre edificios con techo. Visitamos la Torre del Banco de China, uno de los rascacielos más altos, que te permiten subir hasta la planta 43 de forma gratuita para disfrutar de las vistas.  Debido a la dificultad de movernos por el tiempo que hacía no pudimos hacer nada más y nos dirigimos nuevamente a la Oficina. Encontramos una gran cola de personas esperando, pero en cuánto abrieron las puertas fue bastante deprisa entrar al edificio. Tuvimos que rellenar 6 páginas, poniendo nuestros datos con el nombre, pasaporte, seguro de viaje, cuándo quieres ir a China, dónde te vas alojar, si conoces a alguien de China,… y por sorpresa nuestra, cuándo finalmente nos tocó ir a la ventanilla para tramitar el visado, nos comentan que por ser de España sólo podemos hacer el visado normal que tarda 3 días, y su coste es de 200 HKD.  Así que dejamos nuestros pasaportes allí sabiendo que hasta el jueves (era lunes) estaríamos “secuestrados” en Hong Kong.
Al salir de allí, decidimos ir a pasear un poco, pero el tiempo cada vez estaba peor con más lluvia y vientos fuertes, con lo que comimos en un “restaurante chino”, donde no hablaban nada de inglés (así que elegimos los platos un poco al azar), y decidimos encerrarnos en nuestra “lujosa habitación”, ya que el tifón se había convertido en grado 8. Este tifón, llamado Vicente, acabó siendo el más  virulento de los últimos 15 años. 


Calles de Hong Kong tras el paso del tifón. 


Convento de Chi Lin.
Al día siguiente salimos a intentar disfrutar un poco de Hong Kong, en concreto la península de Kowloon. El tifón había vuelto a grado 3 y no llovía mucho. Nos dirigimos andando por Nathan road a ver el jardín de aves y  mercado de flores. Pero el de aves estaba cerrado por un brote de gripe aviar y el mercado estaba bastante inanimado. Así que cogimos el metro (6 HKD/pers) para  ir a ver el convento de Chi Lin. La primera sorpresa nos la llevamos al coger la calle que llevaba al monasterio, pues estaba totalmente bloqueada por los árboles derribados durante la noche. El convento es muy bonito y merece la pena el viaje, no te imaginas que en medio de tantos rascacielos puedas encontrar esto, aunque solo pudimos ver el patio porqué el interior estaba cerrado por el tifón. Luego nos dirigimos al templo Sik Sik Yuen Qwong Tai Sing. A medio camino encontramos un puesto de comida para llevar y compramos un cuarto de pato (cocinado no sabemos cómo) que te sirven con arroz para comer. La gente acude a este templo para que le adivinen el futuro mediante los palillos de la fortuna  (chim). Estos palitos se agitan dentro de un bote redondo hasta que cae uno, cada uno lleva un número que corresponde a un papel que tiene el guardián del templo. Un adivino se encarga de interpretar el significado de dichos papeles (previo pago, claro).
Templo SikSik Yuen Qwong Tai Sing.
Personas rezando y con los palillos chim.


Kowloon Walled City Park
Después fuimos en busca del Kowloon Walled city park. Un parque construido donde antes (década de los 90) había un barrio muy empobrecido y ruinoso. El parque también había sufrido los estragos del tifón y había muchos caminos cerrados por árboles caídos (enormes algunos). Para más inri empezó a diluviar de nuevo. Salimos del parque en busca de una parada de metro (6 HKD) para ir a ver el Kowloon city park. Un parque enorme que tenía también un aviario con loros y otras aves.
Para finalizar el día decidimos ir a ver el “paseo de la fama” de Hong Kong, que se encuentra en el puerto de Kowloon, donde hay estrellas en el suelo con la firma de actores famosos chinos y hong konenses, como por ejemplo Bruce Lee (el único que reconocimos). Des de allí observamos el anochecer de la isla, con sus rascacielos iluminados, y vimos el “espectáculo” de luz y sonido llamado Symphony of lights (que no vale gran cosa) a las 20:00. Terminamos cenando en un restaurante de un centro comercial. 


Cena. 

Al día siguiente nos levantamos pronto y vimos que las señales que alertan sobre tifones (las hay en muchos sitios) habían desaparecido. Contentos de entrada, nos desilusionó ver que el cielo estaba completamente cubierto de nubes. Este día lo dedicamos a ver la isla de Hong Kong y dudábamos sobre ir a ver otras islas más al sur, pero viendo los precios de los ferris y horarios decidimos finalmente no ir. Cogimos el Star ferry (es realmente muy práctico y barato) y cruzamos a la isla. Lo primero que hicimos fue subir al piso 55 del Two International Finantial Centre (gratis), donde hay una exposición numismática histórica de Hong Kong y vistas de la isla y Kowloon.

Aviario de Hong Kong park.
Salimos a buscar el Hong Kong park y su aviario que contiene más de 600 aves. Realmente bonito y cuidado, se puede observar a las aves muy de cerca. No pudimos disfrutar mucho de él ya que estuvo lloviendo constantemente. Pasamos por la taquilla que sube al Victoria Peak (pico más alto de la isla y des de el que se tienen las mejores vistas de la ciudad) y decidimos subir al atardecer como hace 3 años. Dudábamos sobre si ir al jardín botánico y zoológico (gratis) por el tiempo, pero nos arriesgamos. Mala idea. Tuvimos que refugiarnos en una “caseta” durante casi 2 horas por las lluvias torrenciales que cayeron. Solo pudimos ver el invernadero y algunas jaulas (bastante grandes) de primates. De allí intentamos visitar una sinagoga pero con la lluvia y las malas indicaciones no llegamos a encontrarla. Para descansar un poco, llenar el estómago y entrar en calor entramos en un restaurante de la zona de Graham street market. Este mercado se caracteriza por la venta de pescado vivo en cajas de porex con agua. Si decides comprar un pescado te lo arreglan allí mismo, muchas veces con el pez aun vivo. Comimos muy bien y la bebida fue gratis (noodles con carne y arroz con carne, 66 HKD los dos). Visitamos el templo de Man Mo, uno de los templos más antiguo, y donde destaca los gran cantidad de incienso que hay colgado del techo.
Luego fuimos en busca del mercado de antigüedades de Cat street, pero debido a la lluvia muchos puestos estaban cerrados. Como ya eran sobre las seis y queríamos subir al pico nos fuimos volviendo tranquilamente hacia las taquillas. Pero al llegar a la zona del muelle del Star ferry vimos que las nubes estaban tan bajas que ni siquiera se veía la montaña, así que decidimos volver a nuestra mansión y descansar.

Templo Man Mo.

El jueves por fin nos dieron los pasaportes con los visados y decidimos coger un ferry hacia Macau.

PD: Para que os hagáis una idea de la altura de los edificios de Hong Kong, aquí os dejamos uno medianito. ¿Alguien se atreve a contar cuántas plantas hay?