viernes, 19 de julio de 2013

NZ-IN: CABO REINGA, BAY OF ISLANDS Y WHANGAREI

8 y 9 de Junio 2013


CABO REINGA,  BAY  OF ISLANDS Y WHANGAREI

 
Aunque parezca la parte más al norte del país, no lo es...
Faro del Cabo Reinga.
Ruta realizada:
08/06/2013: Del cámping DOC Ratae North Side a la península de KariKari, en una zona de descanso antes de llegar a la SH10: 344 km.
09/06/2013: Del área de descanso en la península Karikari a Onehunga (Auckland): 390km

¿A quién veis? Buscar entre los granos de arena...
Te Paki Giant Sands Dunas.


Vistas del mar de Tasmania desde el Cabo Reinga.
A pesar de que Cabo Reinga había peligrado ir en varias ocasiones a lo largo de nuestro viaje en Nueva Zelanda, por fin  nos encontrábamos en las puertas. Queríamos poder visitarlo sin masas de personas, por este motivo madrugamos bastante. Decidimos ir primero al punto más norte, al faro, y de vuelta ir parando. La carretera es pesada, con curvas, subidas y bajadas. El paisaje es monótono, montañas de prados, aunque cuando se está llegando se cambia por un bosque de kauris. Otra opción es ir por la 90 Miles Beach, en la cara oeste del Cabo Reinga. Está permitido conducir en ella, toda recta, sin curvas ni desnivel. ¡Se permite ir hasta 100 km/h! Increible…

Aire y frío en la punta norte de Nueva Zelanda.
Faro del Cabo Reinga.
Fuimos los primero en llegar, el aparcamiento estaba vacío, ¡teníamos el faro para nosotros! Hicimos el pequeño sendero hacia el faro, allí fuimos leyendo diferentes paneles de información y entendiendo el significado de este lugar para los maoríes. Es un lugar sagrado para ellos ya que representa el punto desde donde las almas de los fallecidos saltan y emprenden su viaje hacia el hogar espiritual. Si se mira abajo, en los acantilados, se puede ver un único árbol que se encuentra en un promontorio. Es el árbol Pohutukawa de 800 años, los maoríes creen que las almas se deslizan por sus raíces.

Desde el faro te puedes sentir en el fin  del mundo. Las aguas de mar de Tasmania se juntan con las del océano Pacífico y se dice que en días de tormenta se llegan a formar olas de más de 10 metros de altura. Aunque aparentemente este lugar parece el punto más norte de Nueva Zelanda, no es así. Son los acantalidos de Surville, unos kilómetros más al este. Desde aquí salen diversos senderos de horas de duración, pero nosotros no nos animamos a realizar ninguno.

Es dificil de imaginar unas dunas tan gigantes
 y en medio de un paraje tan verde como el de Nueva Zelanda.
Te Paki Giant Sands Dunas.
Nos dirigimos en coche a la bahía de Toputupotu, donde estuvimos caminando por su playa un rato. Aquí se encuentra un camping del DOC, pero es de pago.

Después de ello, comenzamos el camino de vuelta, y nos paramos en Te Paki Giant Sands Dunes. Tal y como dice su nombre, son unas dunas gigantes de arena en medio de los montañas. ¿Qué hace un desierto de arena en medio de una zona verde?  Nosotros aún nos lo seguimos preguntando… Estuvimos deslizándonos por sus inclinadas dunas y disfrutando como niños entre tanta arena. Después de tanto correr y saltar, tuvimos hambre. Con lo que decidimos hacer nuestro picnic en el aparcamiento mismo.

Siempre hay un "niño" dentro nuestro...
Te Paki Giant Sands Dunas.

Continuamos nuestra vuelta por estas tierras. No nos podíamos marchar sin ver la 90 Miles Beach, así que hicimos una parada aquí. Descubrimos que está permitido conducir por esta playa hasta el norte ya sea con 4x4 como con coche. Aquí vimos como diferentes tipos de gaviotas se alimentaban en las orillas del mar.

Nunca imaginmos que podríamos entrar hasta la orilla misma
en una playa y, menos aún,  con esta furgoneta.
Ninety Miles Beach.
Para acabar la tarde, llegamos hasta la Península de KariKari. Esta área tiene forma rectangular y se caracteriza por tener playas bonitas dirigidas al norte, al este y al oeste. Nosotros vistamos dos de ellas: Matai Beach y Rangiputa. Son líneas de arena blanca con aguas cristalinas, aunque nosotros no pudimos contemplarlas en su máximo esplendor porque el cielo se cubrió de nubes. 

Antes de salir de esta península (muy cerca de la carretera SH10) vimos un área de descanso y picnic, donde decidimos pasar la noche.


¿Cómo estará esta playa en verano? Arena blanca y agua cristalina...
Matai Bay, Península de KariKari

El día siguiente nos levantamos con el cielo nublado y lloviendo. Desconocíamos el tiempo previsto esos días, decidimos preguntarlo en Bay of Island, nuestro siguiente destino. Esta área se encuentra en la costa este, y es uno de los lugares más turísticos de Nueva Zelanda. Aquí se puede ver toda la costa de aguas turquesa salpicada con islas vírgenes… Para contemplar toda su naturaleza, lo ideal es contratar un circuito en barco... Pero nosotros nos conformamos con sus aguas y ver sus islas más cercanas a la costa desde la playa. Llegamos a la localidad de Waitangi por la mañana. Antes de entrar al centro, visitamos las cascadas de Haruru que tienen forma de herradura (muy ancha, curvada, pero no muy alta). 

Cascada de Haruharu, Waitangi
Cuando llegamos al centro de Paihia las vistas nos decepcionaron… Estaba nublado y sus aguas e islas no parecían nada del otro mundo. Nos acercamos al i-Site para preguntar un poco por donde podíamos caminar para obtener buenas vistas. “Solo esperar que las nubes marchen en una hora y desde el mismo puerto podréis caminar hasta la playa” nos dijeron… ¿Cómo podían decirnos tan seguros que el sol saldría si estaba todo negro?



Aunque no se aprecia bien el color verde del islote,
esto es lo que se puede ver desde la costa de la famosa Bay of Islands.
Aprovechamos para informar sobre el kauri caído que habíamos encontrado hacía 2 días. Y decidimos ponernos al día con el internet en la biblioteca (hay wifi gratis afuera) hasta que mejorara el día. Y al cabo de una hora, más o menos, el sol nos calentaba y nos mostró las aguas turquesas y el verde de las islas cercanas a la costa. Las vistas eran bonitas pero no tan espectaculares como esperábamos… quizás en barco hubiéramos podido disfrutar más esa zona, pero las excursiones eran carísimas.


Trepar, gatear, saltar... todo un sinfín de malabares
tuvimos que hacer en la cueva Ivi. Whangarei.
Continuamos nuestra vuelta hacia Auckland, por la costa este. Paramos unos kilómetros antes de llegar a Whangarei para ver sus cascadas. Se pueden ver en un corto sendero de un kilómetro. El otro lugar que visitamos fueron las Cuevas Abbey. Se encuentran a 4km al este de la ciudad y son 3 cavernas o cuevas, no explotadas como atracción turística, con sus estalactitas y estalagmitas y llenas de luciérnagas. Es importante pasar primero por el i-site donde te facilitan un pequeño mapa y sobretodo llevar un buen calzado (resbala muchísimo) y un frontal. También tienes que estar preparado a mojarte, ya que hay zonas de las cuevas inundadas de agua que puede llegarte por encima de las rodillas. Nosotros teníamos el mapa, la linterna, botas de montaña, pero no fuimos preparados para mojarnos. Esto hizo que no pudiéramos explorar parte de las cuevas. Accedimos a las tres (Organ cave, Middle cave e Ivi cave) pero la que nos fue más “sencilla” de explorar (por la cantidad de agua) fue la cueva Ivi. En esta pudimos caminar unos metros adentro. Está marcada con un cordel para no perderse entre sus pasillos y fue interesante pasar haciendo malabarismos por cierta zona… ¡El principal peligro que corrimos fue mojarnos! El único momento crítico que pasamos fue al salir de la cueva, ya que Marc resbaló en las rocas perdiendo el equilibrio y cayendo de espalda… por suerte pude para su bajada, porque si no hubiera acabado mal (era una caída de unos metros llena de rocas).

Después del susto, continuamos nuestra ruta hacía Auckland. Los 34 días en la furgoneta llegaban a su fin… y nuestra ruta por Nueva Zelanda también.


Pasamos nuestra última noche en la furgoneta en una calle de Auckland, en el barrio residencial de nuestro siguientes couchsurfers.

Vistas de Whangarei desde un mirador.

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