jueves, 16 de agosto de 2012

HONG KONG


 22 al 26 de Julio 2012     HONG KONG



En el paseo de la Fama. Vistas de la isla de Hong Kong.
Tras pasar 12 horas en el avión y con un cambio horario de +5 horas (+6h respecto a España), llegamos a las 20 horas del día 22 a Hong Kong. Antes de llegar, el piloto del avión ya nos informó que podríamos tener turbulencias a causa de un tifón que había en la zona.
El aeropuerto de Hong Kong está bien comunicado con el centro y se puede elegir entre diferentes formas de transporte: taxi, tren ligero y autobús. Los dos primero son bastantes caros, por lo que nosotros elegimos el último. Cogimos el bus A21 que lleva hasta Kowloon, concretamente hasta Nathan Road, una de las calles principales de la península de Hong Kong. Bajamos delante del mítico Chungking Mansions, que es un edificio en decadencia, con numerosas escaleras dentro de él donde puedes encontrar multitud de “alojamiento” con habitaciones diminutas para alquilar. El alojamiento en Hong Kong es bastante caro, por lo que nos decantamos en coger una habitación en este tugurio. Tras mirar varios sitios, terminamos en Angel Guesthouse (180 HKD), en una minihabitación que cómo mucho debería medir unos 6 m2, eso sí teniendo cama de matrimonio, aire acondicionado, ventilador, televisión, wifi gratuito e incluso lavabo con ducha; pero ni una triste ventanita para poder airear un poco.
Cómo se nos hizo tarde, sólo fuimos al 7eleven a buscar algo para cenar e intentamos dormir, haciendo frente al jet lag.





Star Ferry.
El día siguiente fue muy poco provechoso para nosotros, sólo salir a la calle estaba lloviendo y con viento, así que nos hicimos con un paraguas en las tiendas que se encuentran en toda  la planta baja del Chungking Mansions. Decidimos, antes que nada, ir a tramitar nuestro visado para China. Existen diferentes agencias que te los pueden tramitar desde allí, y según tu urgencia tardan 3 días o menos (también depende de lo que quieras pagar, a más rápido, más caro), nosotros visitamos éstas, pero finalmente nos decantamos a ir directamente a la Oficina de Visados de China en la isla de Hong Kong. Para ir a la isla puedes ir en metro (9 HKD), en bus (un poco más complicado) o en el Star Ferry, un barco que navega entre diferentes muelles de la península y la isla (2,5HKD). El horario de la oficina es de 9 a 12 y 14 a 17h. Llegamos justo a las 12h por lo que tuvimos que esperar a la tarde para preguntar cómo funcionaba todo. Intentamos aprovechar para ver otras cosas, aunque no fue fácil debido al tifón grado 3 que había. Todo lo que podíamos lo hacíamos por tramos interiores o pasarelas entre edificios con techo. Visitamos la Torre del Banco de China, uno de los rascacielos más altos, que te permiten subir hasta la planta 43 de forma gratuita para disfrutar de las vistas.  Debido a la dificultad de movernos por el tiempo que hacía no pudimos hacer nada más y nos dirigimos nuevamente a la Oficina. Encontramos una gran cola de personas esperando, pero en cuánto abrieron las puertas fue bastante deprisa entrar al edificio. Tuvimos que rellenar 6 páginas, poniendo nuestros datos con el nombre, pasaporte, seguro de viaje, cuándo quieres ir a China, dónde te vas alojar, si conoces a alguien de China,… y por sorpresa nuestra, cuándo finalmente nos tocó ir a la ventanilla para tramitar el visado, nos comentan que por ser de España sólo podemos hacer el visado normal que tarda 3 días, y su coste es de 200 HKD.  Así que dejamos nuestros pasaportes allí sabiendo que hasta el jueves (era lunes) estaríamos “secuestrados” en Hong Kong.
Al salir de allí, decidimos ir a pasear un poco, pero el tiempo cada vez estaba peor con más lluvia y vientos fuertes, con lo que comimos en un “restaurante chino”, donde no hablaban nada de inglés (así que elegimos los platos un poco al azar), y decidimos encerrarnos en nuestra “lujosa habitación”, ya que el tifón se había convertido en grado 8. Este tifón, llamado Vicente, acabó siendo el más  virulento de los últimos 15 años. 


Calles de Hong Kong tras el paso del tifón. 


Convento de Chi Lin.
Al día siguiente salimos a intentar disfrutar un poco de Hong Kong, en concreto la península de Kowloon. El tifón había vuelto a grado 3 y no llovía mucho. Nos dirigimos andando por Nathan road a ver el jardín de aves y  mercado de flores. Pero el de aves estaba cerrado por un brote de gripe aviar y el mercado estaba bastante inanimado. Así que cogimos el metro (6 HKD/pers) para  ir a ver el convento de Chi Lin. La primera sorpresa nos la llevamos al coger la calle que llevaba al monasterio, pues estaba totalmente bloqueada por los árboles derribados durante la noche. El convento es muy bonito y merece la pena el viaje, no te imaginas que en medio de tantos rascacielos puedas encontrar esto, aunque solo pudimos ver el patio porqué el interior estaba cerrado por el tifón. Luego nos dirigimos al templo Sik Sik Yuen Qwong Tai Sing. A medio camino encontramos un puesto de comida para llevar y compramos un cuarto de pato (cocinado no sabemos cómo) que te sirven con arroz para comer. La gente acude a este templo para que le adivinen el futuro mediante los palillos de la fortuna  (chim). Estos palitos se agitan dentro de un bote redondo hasta que cae uno, cada uno lleva un número que corresponde a un papel que tiene el guardián del templo. Un adivino se encarga de interpretar el significado de dichos papeles (previo pago, claro).
Templo SikSik Yuen Qwong Tai Sing.
Personas rezando y con los palillos chim.


Kowloon Walled City Park
Después fuimos en busca del Kowloon Walled city park. Un parque construido donde antes (década de los 90) había un barrio muy empobrecido y ruinoso. El parque también había sufrido los estragos del tifón y había muchos caminos cerrados por árboles caídos (enormes algunos). Para más inri empezó a diluviar de nuevo. Salimos del parque en busca de una parada de metro (6 HKD) para ir a ver el Kowloon city park. Un parque enorme que tenía también un aviario con loros y otras aves.
Para finalizar el día decidimos ir a ver el “paseo de la fama” de Hong Kong, que se encuentra en el puerto de Kowloon, donde hay estrellas en el suelo con la firma de actores famosos chinos y hong konenses, como por ejemplo Bruce Lee (el único que reconocimos). Des de allí observamos el anochecer de la isla, con sus rascacielos iluminados, y vimos el “espectáculo” de luz y sonido llamado Symphony of lights (que no vale gran cosa) a las 20:00. Terminamos cenando en un restaurante de un centro comercial. 


Cena. 

Al día siguiente nos levantamos pronto y vimos que las señales que alertan sobre tifones (las hay en muchos sitios) habían desaparecido. Contentos de entrada, nos desilusionó ver que el cielo estaba completamente cubierto de nubes. Este día lo dedicamos a ver la isla de Hong Kong y dudábamos sobre ir a ver otras islas más al sur, pero viendo los precios de los ferris y horarios decidimos finalmente no ir. Cogimos el Star ferry (es realmente muy práctico y barato) y cruzamos a la isla. Lo primero que hicimos fue subir al piso 55 del Two International Finantial Centre (gratis), donde hay una exposición numismática histórica de Hong Kong y vistas de la isla y Kowloon.

Aviario de Hong Kong park.
Salimos a buscar el Hong Kong park y su aviario que contiene más de 600 aves. Realmente bonito y cuidado, se puede observar a las aves muy de cerca. No pudimos disfrutar mucho de él ya que estuvo lloviendo constantemente. Pasamos por la taquilla que sube al Victoria Peak (pico más alto de la isla y des de el que se tienen las mejores vistas de la ciudad) y decidimos subir al atardecer como hace 3 años. Dudábamos sobre si ir al jardín botánico y zoológico (gratis) por el tiempo, pero nos arriesgamos. Mala idea. Tuvimos que refugiarnos en una “caseta” durante casi 2 horas por las lluvias torrenciales que cayeron. Solo pudimos ver el invernadero y algunas jaulas (bastante grandes) de primates. De allí intentamos visitar una sinagoga pero con la lluvia y las malas indicaciones no llegamos a encontrarla. Para descansar un poco, llenar el estómago y entrar en calor entramos en un restaurante de la zona de Graham street market. Este mercado se caracteriza por la venta de pescado vivo en cajas de porex con agua. Si decides comprar un pescado te lo arreglan allí mismo, muchas veces con el pez aun vivo. Comimos muy bien y la bebida fue gratis (noodles con carne y arroz con carne, 66 HKD los dos). Visitamos el templo de Man Mo, uno de los templos más antiguo, y donde destaca los gran cantidad de incienso que hay colgado del techo.
Luego fuimos en busca del mercado de antigüedades de Cat street, pero debido a la lluvia muchos puestos estaban cerrados. Como ya eran sobre las seis y queríamos subir al pico nos fuimos volviendo tranquilamente hacia las taquillas. Pero al llegar a la zona del muelle del Star ferry vimos que las nubes estaban tan bajas que ni siquiera se veía la montaña, así que decidimos volver a nuestra mansión y descansar.

Templo Man Mo.

El jueves por fin nos dieron los pasaportes con los visados y decidimos coger un ferry hacia Macau.

PD: Para que os hagáis una idea de la altura de los edificios de Hong Kong, aquí os dejamos uno medianito. ¿Alguien se atreve a contar cuántas plantas hay?


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