miércoles, 11 de septiembre de 2013

PERU: MACHU PICCHU

Del 4 al 6 de Agosto del 2013


MACHU PICCHU

Y no nos defraudó...
Las impresionantes vistas de las ruinas incas, Machu Picchu.

Perú lo recorrimos corriendo, pero dedicamos tiempo para ir a “la ciudad perdida” inca, Machu Picchu. Existen varias maneras para llegar a Aguas Calientes, el pueblo de Machu Picchu: tren, automóvil, pie o combinación de las dos últimas. Todo depende de la comodidad, del dinero que quieras o puedas gastarte y la motivación.
Sendero a pie, siguiendo las vías del tren,
de Hidroelectrica a Aguas Calientes.
A PIE: hay varios senderos que se pueden realizar, pero siempre con guía. Uno de los más  famosos es el Camino Inca Es uno de los antiguos senderos trazados por los incas. Solo son 43 km, pero suele realizarse en 3-4 días, ya que se pasa por tres pasos de montaña. Hay que reservarlo con antelación, y el precio varía según la demanda (temporada) y las agencias. Nosotros no nos informamos sobre los precios, ya que en esta ocasión lo consideremos fuera de nuestro alcance (tanto por el tiempo como por el dinero).
EN TREN: Existen pasajes (billetes) desde diferentes puntos: Cusco, Ollantaytambo o Hidroeléctrica. Los precios para los turistas (los locales tienen precios más normales) son carísimos, si se piensa en los kilómetros recorridos y en el país en el que estamos. Algunos de los precios que pudimos informarnos son los siguientes: de Cusco a Aguas Calientes desde 82 USD/por trayecto; de Ollantaytambo a Aguas Calientes desde 70 USD (o 55 USD/trayecto si se coge ida y vuelta); de Hidroeléctrica a Aguas Calientes desde 15 USD/trayecto. Como entenderéis tampoco no fue nuestra opción.
COMBINACIÓN AUTOMÓVIL-TREN O AUTOMÓVIL-PIE: Es la opción más económica, y la más utilizada por los mochileros. Consiste en coger un transporte desde Cusco a Hidroeléctrica y luego hacer el último tramo (11-12 kilómetros) de Hidroeléctrica a Aguas Calientes en tren o bien a pie, siguiendo las vías del tren (sendero totalmente plano, sin desniveles).
En la cima de la montaña se encuentra Machu Picchu.
Paisajes entre Hidroeléctrica-Aguas Calientes.
El transporte hasta Hidroeléctrica puede ser público: cogiendo un autobús de Cusco a Santa María y, desde allí, un colectivo (taxi compartido) hasta Santa Rosa, y otro más, de Santa Rosa a Hidroeléctrica (o bien en ocasiones es posible coger un solo colectivo de Santa María a Hidroeléctrica). El precio final dependerá sobretodo del número de personas que seáis en el colectivo y vuestra astucia para regatear con el conductor. Generalmente el precio total (autobús + colectivo) ronda los 30-40 soles/persona (por trayecto).   O bien se puede contratar el transporte de Cusco a Hidroeléctrica en algunas agencias de viajes por un precio final 75-80 soles/persona/ida y vuelta.  Nosotros cogimos esta última opción porque nos parecía más cómoda (no teníamos que cambiar de auto, ni buscar a otros turistas para el colectivo) y el precio es el mismo.
Plaza de Armas del pueblo de Machu Picchu, Aguas Calientes.
La carretera está asfaltada hasta Santa María, pero el resto consiste en una carretera sin asfaltar y estrecha con barrancos pronunciados. Emocionante y precioso paisaje. La duración del trayecto Cusco-Hidroeléctrica, sin descanso, suele ser de 6-7 horas, así que pensar que se dedica todo el día.
Una vez en la Hidroeléctrica (simplemente una estación de tren en medio de la nada), está la opción de coger el tren de las 16 h (15 USD y 10-15 min) o bien caminar 12 kilómetros hasta Aguas Calientes. Nosotros hicimos la última opción: únicamente hay que seguir las vías del tren, así que no tiene pérdida. El camino es totalmente plano, a excepción de un pequeño ascenso que se encuentra en los primero 500 metros, y sin ninguna dificultad a pesar de encontrarse a 2000 metros de altura.
Las entradas para el Machu Picchu se pueden comprar en la oficina del Instituto Nacional de Cultura en Cusco o bien en una oficina de Aguas Calientes. Normalmente la compra se aconseja hacerla con antelación, pero sino también es posible comprarla el día previo en Aguas Calientes. El precio es de 128 soles/adulto (mitad de precio si eres estudiante y tiene el carnet internacional). También se puede comprar la entrada combinada con el ascenso a la montaña MachuPicchu (146 soles) o con el ascenso a la montaña WaynaPicchu (152  soles), pero generalmente se agotan y hay que cogerlas como mínimo con 10 días de antelación.
Las vistas desde la casa del Guardia son tan espectaculares que hicimos más de cien fotos (sin exagerar...)
Y lo último que hay que saber es cómo se puede ir al Machu Picchu desde Aguas Calientes. Hay dos formas, la cómoda, en autobús (9 USD/persona/trayecto, 15 min) o bien a pie (2 km, pero con un desnivel de unos 400m). Nosotros elegimos a pie y tardamos alrededor de una hora. El ascenso es a través una escalera que cruza la zigzagueante carretera, y es agotador, pero la satisfacción al llegar arriba compensa todo el esfuerzo. 
Una de las puertas de entrada al Templo del Sol, Machu Picchu.

Nosotros escogimos la opción de transporte de Cusco a Hidroeléctrica con una agencia de viajes, y lo reservamos el día de antes. También compramos pan y queso para hacernos bocatas tanto para el trayecto como para comer allí, porque nos habían avisado que los precios de la comida son desorbitados en Aguas Calientes.
A las 7.30 am, tenía que salir nuestra furgoneta, pero no partió hasta una hora más tarde. El camino fue tal y como nos esperábamos: pasos de montañas, todo verde y picos nevados. ¡Vistas preciosas! Y carretera malísima sin asfaltar. Finalmente a las 16h llegábamos a la Hidroeléctrica.
Tras 7 horas de estar sentado, llegó el momento de coger las mochilas (unas pequeñas, las grandes las habíamos dejado en el hotel de Cusco) y nos pusimos a caminar. No éramos los únicos, muchos habían optado por esta opción también. El camino es sencillo, sólo hay que seguir las vías del tren. Siempre hay un camino lateral, así que no hay que ir por las vías (las cuales están en uso). El camino es bonito: naturaleza 100%. Pero nosotros no le paramos mucha atención, ya que llovía y no queríamos que se nos hiciera de noche.
Vistas de Machu Picchu desde los pies de la montaña Wayna Picchu.
A las 18h llegamos al pueblo de MachuPicchu, Aguas Calientes. Y la única pregunta que nos hacíamos era la siguiente ¿qué hace un pueblo en medio de la nada y que solo se puede acceder en él en tren o caminando?
Las tres portadas, Machu Picchu.
Fuimos a la oficina de compra de tickets situada en la Plaza y compramos sin problemas la entrada sencilla para el día siguiente (aunque si mirabas la fecha ponía que era para dentro de una semana).  Después nos pusimos a buscar alojamiento. El pueblo está lleno de hoteles, hostales, pensiones y restaurantes dirigidos al turista. La relación calidad-precio es inexistente, no tiene ninguna coherencia si lo comparas con el tipo de alojamiento que se encuentra en el resto del país. Tras buscar y rebuscar, finalmente nos alojamos en el Hostal El Mirador (50 soles/habitación doble con baño, agua caliente y wifi), ya que fue el más barato que encontramos. Cenamos y nos fuimos a dormir muy temprano: el día siguiente sería el gran día.
Tuvimos un día soleado...
Nos levantamos a las 4.30 am de la madrugada, cogimos el abrigo (hacía frío) y la mochila y salimos a la calle. Había tanta gente que no nos hizo falta encender nuestras linternas a pesar de ser de noche. Llegamos de los primero al puente (lo abren a las 5 am), el primer punto de control de entradas (piden que muestres tu identificación) y punto donde comienza el ascenso. Y comenzamos nuestro primer esfuerzo físico, subir al MachuPicchu. Fueron 50 minutos intensos, de escaleras y más escaleras ¿no se acabarían nunca? Pero valió la pena, llegamos de los 50 primeros (justo con el primer autobús) y nos pusimos a la cola, a esperar los 10 minutos que quedaban para que abrieran las puertas. Algunos guías pasaron a preguntarnos si queríamos sus servicios junto a otros turistas (precio ronda unos 20 soles/persona en un grupo de 10-20 personas), pero no nos interesaba.
Casas donde guardaban los alimentos.
Depósitos Qolqas, Machu Picchu.
Abrieron las puertas a las 6 am, cogimos un mapa para asegurarnos de ver todo, y nos dirigimos a la Casa del Guardia para hacer la foto de las ruinas con el WaynaPicchu de fondo sin ninguna alma. No sabíamos si el hecho de haber visto más ruinas y maravillas del mundo durante los últimos 12 meses haría que nos desilusionara, pero no fue así. ¡Espectaculares vistas… nos quedamos sin palabras! Hicimos millones de fotos de lo mismo desde diferentes ángulos y vimos como en minutos la gente inundaba las ruinas… Pasamos todo el día allí, yendo a todas las partes posibles para visitar (Puerta del Sol, Puente del Inca, los sectores agrícolas, y la ciudad Inca con sus templos) e intentamos escuchar las máximas explicaciones posibles que daban los guías sobre los lugares. Estábamos contentos de haber decidido ir, realmente vale la pena. Pero nuestra única queja es que nos parece una vergüenza que unas ruinas como éstas y declaradas Patrimonio de la Humanidad no tengan ninguna explicación, a no ser que pagues a un guía. 


¡Hasta las llamas van a visitar estas ruinas!
Llamas pasturando tranquilamente en el sector agrícola de Machu Picchu.
Terminamos sobre las 11.30 de la mañana, pero como habíamos cogido el transporte de vuelta para el día siguiente, decidimos quedarnos sentados admirando las ruinas y tomando el sol, esperando a que la gente se marchara para hacer nuevamente fotos. A las 17h, estábamos de vuelta a Aguas Calientes, cansados y con ganas de tomar una ducha, cenar e irnos a dormir.

A pesar de los años, algunas casas conservan sus paredes y ventanas.
Únicamente falta el techo porque se supone que era de hierba y madera.
El último día fue de día de viaje. Nos levantamos, desayunamos en el mercado central de Aguas Calientes y nos pusimos a caminar tranquilamente de vuelta a Hidroeléctrica. El sol nos acompañó todo el rato, permitiendo disfrutar de la naturaleza que nos envolvía. Al llegar a Hidroeléctrica esperamos a nuestra furgoneta. Fue un poco lío, porque muchas personas no sabíamos donde teníamos que montarnos, y solamente un chico era quien se encargaba de organizar y decirte donde ibas. Lioso, pero finalmente todo salió bien. Durante el trayecto de vuelta, conocimos a Sarah, una chica aventurera neo zelandesa, con la que pasamos todo el viaje hablando. Llegamos a Cuzco a las  20.45h. Fuimos rápidamente a buscar nuestras mochilas y nos dirigimos a la terminal de autobuses. Encontramos billete a Copacabana (50 soles/persona), Bolivia, para esa misma noche, así que nos despedimos de Perú.

Machu Picchu significa "montaña vieja".
Vistas del Machu Picchu, con la montaña Wayna Picchu de fondo, desde la Puerta del Sol.

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