martes, 19 de noviembre de 2013

PARAGUAY: RUINAS JESUÍTICAS Y CATARATAS IGUAZÚ DESDE BRASIL

27 y 28 de Agosto del 2013


RUINAS JESUITICAS, CIUDAD DEL ESTE 
Y
CATARATAS IGUAZÚ DESDE EL LADO BRASILEÑO


Las fotografias no le hacen justicia...
 Esta maravilla del mundo se te tiene que disfrutar en primera persona: ver, oír, sentir y oler.
Parque Nacional do Iguaçu.

Cogimos el último autobús de Asunción a Encarnación (a las 22.50h/50000 PYG/persona). Solamente son 6 horas de trayecto, con lo que llegamos a las 4:30 am a la estación de autobuses. Tan solo bajar del autobús un señor nos abordó vendiéndonos billete para ir a las ruinas jesuíticas de Trinidad (7000 PYG/persona). Él nos guardaba las maletas y nos dijo que cogiendo el siguiente autobús llegaríamos para las 6 am, hora que abrían las puertas. Dudábamos un poco de esta información, pero él estaba tan convencido que cogimos el autobús. Llegamos a las 6 de la mañana, y no había ni un alma por allí. ¡Nos había engañado! Ni siquiera un triste bar para tomar un café o vaso de leche caliente para entrar en calor. Todo estaba helado, literalmente. ¿Tardaría mucho en salir el sol?

Casa de los indígenas.
Ruinas de la Misión Jesuítica de la Santísima Trinidad.
A las 7 am, abrieron el lugar. Tras pagar nuestra entrada (25000 PYG/persona para ver las 3 ruinas: las Reducciones Jesuíticas de Santísima Trinidad de Paraná, Jesús de Tavarangue y Santos Cosme y Damián) entramos en calor viendo un video de introducción. Después salimos para verlas en directo. Las de Trinidad son las mejor conservadas, se puede ver parte de los cimientos de las casas de los indígenas, parte del campanario y la iglesia primitiva, y gran parte de la Iglesia donde se pueden ver figuras de ángeles. ¡¿Quién pudiera retrasar en el tiempo y ver cómo era realmente?! Sin darnos cuenta, pasamos casi 2 horas en su interior, echando un vistazo al pasado…










La Misión Jesuítica de la Santísima Trinidad de Paraná es la reducción jesuítica mejor conservada y extensa.
Restos de la Iglesia Mayor de Trinidad.










En sus paredes podemos observar relevos con ángeles tocando instrumentos.

Restos de la iglesia Mayor de Trinidad.




Las ruinas de Jesús se encuentran a tan solo a 12km, pero el transporte entre Trinidad y Jesús es casi inexistente. El único autobús que va de Trinidad a Jesús se coge en la carretera principal (donde la gasolinera) y pasa a las 9 y 13 am. Si no, hay que coger un taxi…. Nosotros pudimos coger el autobús (5000 PYG/pers), e íbamos totalmente solos en él. Estas ruinas son de menor tamaño y mucho más sencillas. Solo se ven las paredes de la Iglesia con sus columnas interiores y parte del claustro. Según la historia esta misión jesuítica no se acabó nunca de construir y todo se quedó en proyecto…

Fachada delantera de la Iglesia de la Misión Jesuítica de Jesús.
Como no había autobús de vuelta hasta las 13h, decidimos ir caminando por la carretera y hacer autostop (o dedo como ellos dicen) cuando pasara algún coche. No pasaban muchos y la mayoría se quedaban dentro de la zona, pero un señor (un poquito raro…) nos bajó hasta un pueblo llamado Colonia, por donde pasa el autobús a Encarnación (10000 PYG/pers).

Comimos en los restaurantes cercanos a la estación de autobuses de Encarnación. 


















Visión lateral e interior de la iglesia.
Misión Jesuítica de Jesús.













Dudábamos en quedarnos la noche allí (pero no teníamos nada más para ver) o marchar hacia Ciudad del Este… Y los días pasaban. Así que cogimos el autobús a Ciudad del Este (50000 PYG/pers, 6 horas). Llegamos de noche a la terminal, todo estaba casi cerrado y no había ni un alma. Éramos incapaces de orientarnos con el mapa que teníamos, pero teóricamente no estábamos muy lejos del centro. Como estábamos cansados, buscamos un hotel (Hotel Postillon: 70000 PYG/habitación doble con baño, agua caliente y wifi, regateando) en la parte trasera de la terminal y tras comer unas hamburguesas caímos rendidos en la cama.

Entre Paraguay y Brasil
se encuentra una de las presas más grande del mundo:
La Presa de Itaipú.
Todo un orgullo nacional... si solo se tiene en cuenta el avance tecnológico.
Ciudad del Este se encuentra al este de Paraguay y hace frontera con Brasil y Argentina. Es famosa por su zona comercial y muchos argentinos y brasileños acuden a ella para comprar tanto ropa como productos electrónicos a precios bajos. ¡Sería la Andorra sudamericana! Posee la segunda presa más grande del mundo, la Presa de Itaipú, con la que se destruyó una naturaleza considerable, entre ella las Siete Quedas, un conjunto de cataratas semejantes a las de Iguazú…. Esto hizo que responsables de este acto se vieran obligados a crear reservas privadas para “proteger” los pocos restos del bosque atlántico del Alto Paraná. Así que también se puede ver parte de naturaleza visitando estas reservas u otros lugares como el Salto del Monday (cascada).

A la mañana siguiente decidimos visitar la presa de Itaipú. Caminamos hasta el centro y cogimos un autobús que ponía “Hernandarias” en su frontal (3500 PYG/pers). Nos dejó justamente en frente de la presa. Hay visitas gratuitas cada 1h, y consisten en pasar un video donde explican la formación de la presa: 17 años para construirla, nosecuantas toneladas de hormigón y otras tantas de acero y 18 turbinas que la convierten en la presa con mayor formación de electricidad del mundo. Toda un orgullo paraguayo… y brasileño! Porque esta presa se encuentra entre y es de los dos países. Después te dan una vuelta por sus instalaciones, donde solamente te dejan bajar en un mirador donde se ven las compuertas cerradas… Des del lado brasileño también se puede visitar la presa pero hay que pagar.


Si solo se mira la parte de arriba parece que de repente se acaba la tierra,
 pero si miramos para abajo vemos que todo continua... ¡Qué sabía es la naturaleza!
Garganta del Diablo, P.N do Iguaçu.

Tras esta visita, decidimos correr hacia el centro y marchar a ver las famosas Cataras de Iguazú desde el lado brasileño. Cruzar la frontera Paraguay-Brasil desde Ciudad del Este es muy sencillo, y se puede hacer incluso a pie. Lo único importante es recordar de pasar por las oficinas de migración, tanto paraguaya como brasileña, para que te pongan los sellos correspondientes… porque si te descuidas pasas sin poner nada… ¡¡no hay controles!! Ah, y recordar que en Brasil es una hora más que en Paraguay!! Leímos que cruzar el puente que une los dos países es un poco ‘peligroso’, pero nosotros lo hicimos y no pasó nada.

Si hay sol, el arco iris es una imagen perpetua en esta cascada.
P.N. do Iguaçu.
Tras pasar, sacamos dinero en la misma frontera (hay un cajero automático). Para ir a las cascadas hay que coger un autobús que lleva a la terminal del centro de Foç do Iguaçu y desde allí hacer transbordo al autobús num. 120 (2,8 BRL/pasaje). Llegamos a las 15h, y dudamos de entrar… porque a las 18h cerraban. Pero entramos y podemos decir que la vimos tranquilamente y bien, con 1,5-2h hay suficiente. La entrada (41,6 BRL/pers) incluye el autobús que te lleva  hasta el Hotel Iguaçu donde se encuentra el sendero de Trilha das Cataratas o bien hasta la Garganta del Diablo. Hay otras actividades como por ejemplo safari, tirolina por las cascadas o incluso una barca que te acerca a las cataratas… pero van a parte y los precios ¡no son baratos!

El agua salpicaba hasta nosotros... la fuerza de la caida es increible.
P.N do Iguaçu.
Nosotros bajamos e hicimos el sendero Trilha das Cataratas hasta la Garganta del Diablo. Nos quedamos anonadados al ver las gigantes cataratas… no por su altura sino por su extensión. ¡Son impresionantes!, es como si el suelo se partiera e hiciera un escalón gigante a todo lo largo del horizonte… y todo ello inundado por agua y su caída correspondiente. No para de bajar agua y más agua… Es imposible no preguntarte de donde viene tantísima agua… El sendero dura una horita y en todo su recorrido ves las cataratas. Cuando se llega a la Garganta del Diablo hay una pasarela que te adentra a la gran caída de agua. Si se puede llegar a ver sin nadie, es increíble la sensación al cerrar los ojos, ver en tu retina esa imagen espectacular con el arco iris y oír el agua caer con el sonido de los pájaros de fondo y las gotas de agua acariciándote la cara. ¡Son momentos irrepetibles!




Estos simpáticos animales, los kaotis, campan a sus anchas.
Pero los humanos estamos destrozando su alimentación
y potenciando su agresividad en busca de comida "basura"
que vamos dejando en el P.N. do Iguaçu.
Parar esto solo depende de ¡¡NOSOTROS!!


En dos horas acabamos de ver y disfrutar de esa belleza que nos brinda la naturaleza, y aunque no había ganas de marchar… decidimos volver hacia Ciudad del Este. Hicimos el mismo trayecto a la inversa y volvimos a cruzar la frontera a pie sin problemas. De vuelta al hotel pasamos por un lugar donde vendían pollos alast y decidimos que nos habíamos ganado una rica cena.

Marchamos a la cama, tras decidir que al día siguiente marcharíamos de Paraguay. Nuestro paso por este país fue muy breve… pero nos llevamos un buen recuerdo gracias a su gente y teniendo la sensación de que podríamos haberlo explotado más si hubiésemos tenido más tiempo.


Vistas de la caida de la Garganta del Diablo a tan solo un par de metros de ella.
P.N. do Iguaçu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario